Nnaji: "Quiero ganar la Euroliga con el Barça y, luego, ir a Estados Unidos"

Barcelona, 10 feb (EFE).- Hace media hora que el entrenamiento ha concluido en el Palau Blaugrana, pero James Nnaji (Makurdi, Nigeria, 2004) sigue ensayando movimientos en el poste, con Mike Tobey como esparrin, sin perder de vista sus objetivos.

"Mi meta es ganar la Euroliga con el Barça. Luego, si puedo y me llaman, me gustaría ir a Estados Unidos", se confiesa Nnaji en una entrevista concedida a EFE.

Desde sus 2,12 metros de altura, el jugador, que en septiembre pasado firmó un nuevo contrato con el conjunto azulgrana hasta 2027, asegura estar "viviendo un sueño", algo impensable cuando empezó su periplo de la forma menos esperada, con una publicación en las redes sociales.

"Puse una historia en Facebook y un entrenador que vivía en otra ciudad de Nigeria me escribió. Me dijo que era muy alto y preguntó si me gustaría viajar a otros países. Yo dije que sí, porque en Nigeria no puedes jugar al más alto nivel. Poco a poco empezamos a hablar y pasó lo que pasó", revela el pívot.

HUNGRÍA, PRIMERA PARADA

Lo que pasó fue que Nnaji, con 14 años y solo dos más tarde de iniciarse en el baloncesto, tomó la difícil decisión de separarse de su familia para empezar una nueva vida en un lugar extraño, la ciudad húngara de Pécs, donde fue reclutado por la Academia Ratgeber.

El jugador asegura que se "sentía muy preparado, contento" ante este cambio, pese a reconocer el choque cultural y, en especial, el frío que se encontró en comparación con su país natal. En este contexto, el baloncesto se convirtió en su máxima prioridad.

"Jugaba todo el día, por la mañana y por la tarde. En Nigeria, en cambio, tenía que estudiar de lunes a viernes y solo jugaba los sábados, dos o tres veces al mes como máximo. Además, ayudaba a mi madre en la tienda en la que trabajaba en el mercado", explica.

Fue una etapa de crecimiento personal, pero también físico: "Llegué allí siendo más delgado. En mi país comemos mucho, sobre todo arroz y fufú, pero así no ganas demasiado músculo. En Hungría mi dieta cambió, me dieron muchas proteínas y gané mucho volumen".

LA LLAMADA DEL BARÇA

Esta evolución, sumada a sus avances en la pista, atrajo la atención de las grandes ligas europeas. Con 16 años, Nnaji recibió la oferta del Barça. Entre risas, el pívot reconoce que, al enterarse, creyó que su agente le estaba tomando el pelo.

"¡Pensaba que era una broma! Estaba en mi habitación y vi un mensaje de mi agente: 'James, tienes tres ofertas de España, pero una es del Barça'. Me puse muy contento. Trabajaba cada día para tener la mejor oportunidad para mí, y ésta había llegado", cuenta.

Tras unirse al filial barcelonista en 2020, Nnaji empezó pronto a trabajar con el primer equipo y el técnico Sarunas Jasikevicius no tardó en darle carrete. El 26 de noviembre de 2021, frente al Zalgiris Kaunas, el pívot se convirtió en el jugador más joven de la historia del Barça en debutar en la Euroliga.

El primer gran momento del nigeriano como azulgrana llegó el 9 de enero de 2022. En su estreno en la Liga Endesa contra el Baxi Manresa, el pívot anotó 10 puntos, capturó 5 rebotes, colocó 5 tapones y terminó con 19 créditos de valoración.

"No me sorprende mi papel. Demuestro mi calidad en cada entreno y, si hago las cosas bien, el entrenador me saca en el partido. Jasikevicius es muy bueno, siempre está dibujando jugadas para mejorar y ganar los partidos. Como tenemos buenos tiradores, me pone bloqueos para que tenga mates fáciles", explica Nnaji.

VISIÓN DE FUTURO

Por su parte, el técnico lituano ha destacado reiteradamente la humildad, el trabajo y la voluntad de aprendizaje del pívot, que se está esforzando en ampliar su juego más allá del físico, por el que destaca como reboteador e intimidador cerca del aro.

"Estoy trabajando la mecánica de tiro, que es lo más importante como jugador. Ahora salto mucho, pero en unos años no podré hacer esto. Tengo que aprender a tirar, a pasar el balón, a tener mejor lectura de juego y a ser más técnico", reconoce.

Joel Embiid, la estrella camerunesa de los Philadelphia 76ers, es un referente para él: "Casi cada día cuando me levanto de la cama veo sus partidos. Me fijo en cómo tira en suspensión, cómo finta y los movimientos que hace en el poste bajo".

Pese al éxito, el camino no ha sido sencillo. El pívot se pone serio al hablar de su familia, a la que reconoce extrañar y con la que se reencontró el pasado mes de agosto en Barcelona después de cuatro años. Con todo, está convencido de la decisión tomada.

"Es muy difícil que alguien tan joven como yo tenga un contrato tan largo. Me sorprendió y me alegró. Si hace unos años me dices que hoy iba estar aquí, no te hubiera creído. Empecé a jugar en Nigeria porque soy alto. ¿Qué iba a hacer, trabajar en una oficina con esta altura?, comenta entre risas.

Para terminar, al ser preguntado por qué cree que sería de su vida si no se hubiera dedicado al deporte, Nnaji sorprende: "Me gusta mucho la política. Si no jugara al baloncesto y tuviera una altura normal, me habría gustado trabajar en el Senado o en la Cámara de Representantes".

(c) Agencia EFE