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Nick Kyrgios golpea a un niño en un ataque de furia e incomprensiblemente le perdonan

El enfant terrible del mundo de la raqueta, Nick Kyrgios, ha encontrado a su socio perfecto, el también australiano Thanasi Kokkinakis. Juntos han llegado a las semifinales del torneo de dobles del Open de Australia haciendo de cada uno de sus partidos un show en el que muestran lo mejor y lo peor de su tenis. Para ello cuentan con el apoyo, muchas veces muy poco respetuoso, del público y el beneplácito de la organización, que les permite prácticamente todo, incluso saltarse las normas.

Nick Kyrgios se lleva la mano a la cara tras dar un pelotazo a un niño en el Open de Australia y el pequeño llora tras recibir el golpe. (Foto: Eurosport / Quinn Rooney / Getty Images).
Nick Kyrgios se lleva la mano a la cara tras dar un pelotazo a un niño en el Open de Australia y el pequeño llora tras recibir el golpe. (Foto: Eurosport / Quinn Rooney / Getty Images).

En el duelo de cuartos de final que les medía al neozelandés Michael Venus y al alemán Tim Puetz, Kyrgios tuvo una de sus habituales idas de olla y golpeó con rabia una bola después de que la jueza de silla hubiera cantado let. Tras rebotar en el suelo, la pelota llegó hasta la grada y, desafortunadamente, golpeó a un niño, que rompió a llorar.

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Si se tratara de cualquier otro torneo, probablemente hubiera sido descalificado, pero no ocurrió nada salvo el evidente susto de todos los presentes en la pista. La norma de abuso de bola es clara: “Los jugadores no deben golpear, patear o lanzar violenta, peligrosamente o con ira una pelota de tenis mientras esté en los terrenos de juego del torneo, excepto durante un punto de un partido (incluido el calentamiento). A los efectos de esta regla, el abuso de bolas se define como golpear una bola de forma intencionada o imprudente fuera del recinto de la cancha, golpear una bola peligrosa o imprudentemente dentro de la cancha o golpear una pelota sin tener en cuenta las consecuencias”.

Hay un precedente bastante reciente, el de Novak Djokovic en el Open de Estados Unidos de 2020. Durante su duelo de octavos de final ante Pablo Carreño, el serbio le dio un pelotazo a una jueza de línea y el árbitro le descalificó. Además, le retiraron todos los puntos y los premios en metálico que había ganado durante el torneo.

Incomprensiblemente, Kyrgios no recibió ninguna sanción por esta acción. En su favor hay que apuntar que, tras el pelotazo, se acercó inmediatamente al niño para disculparse y le regaló una de sus raquetas. El pequeño aceptó el presente y cambió las lágrimas por una sonrisa.

El niño sonríe tras recibir las disculpas y la raqueta de Kyrgios. (Foto: Quinn Rooney / Getty Images).
El niño sonríe tras recibir las disculpas y la raqueta de Kyrgios. (Foto: Quinn Rooney / Getty Images).

El partido siguió después como si nada y la pareja de australianos continuaron su show particular apoyados por el público, que abucheó en numerosas ocasiones a sus oponentes pese a las advertencias de la árbitra, incluso mientras la bola estaba en juego o iban a efectuar su saque. Se creó así una atmósfera terrible nunca antes vista en una cancha de tenis.

Kyrgios se vino arriba y se las tuvo tiesas en varias ocasiones con el neozelandés Venus y también con la jueza de silla, Eva Asderaki. “No tienes ni idea de lo que estás haciendo”, le dijo en un momento del segundo set antes de arrojar su raqueta contra el suelo.

El bronco y feo partido terminó con la victoria de la pareja aussie en tres sets por 7-5, 3-6 y 6-3 y su clasificación para las semifinales del primer Grand Slam de la temporada.

Pero el espectáculo no terminó con la conclusión del encuentro, ya que Kyrgios y Kokkinakis protagonizaron después una esperpéntica entrevista aún sobre la cancha. Cuando a Kyrgios le preguntaron por las parejas que habían eliminado hasta ahora, respondió: “Ha sido bastante fácil”. El público volvió a enloquecer.

“Conozco al tipo grandote desde que era un niño gordito de Canberra. Es delgado y se ve bien ahora. Pero hemos pasado por muchas cosas juntos”, dijo después Kokkinakis. “Pero esto… Venir aquí… Jugamos por diversión, pero queremos impresionarlos, muchachos, y tener este apoyo es... El ambiente es increíble”.

“Escenas irreales. No he terminado, quiero ganar esto”, añadió Kyrgios y su compañero sentenció: “Esperemos que nos mantengan en esta cancha. Cuanto más ruido, mejor. Así que, emborrachaos y venid aquí”. La multitud nuevamente se volvió loca.

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