Por qué la NFL va a dejar que los asintomáticos sigan jugando como si nada

LAS VEGAS, NEVADA - NOVEMBER 14: DeSean Jackson #1 of the Las Vegas Raiders warms up before a game against the Kansas City Chiefs at Allegiant Stadium on November 14, 2021 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Ethan Miller/Getty Images)

Con la cepa ómicron expandiéndose a gran velocidad y el Covid-19 haciendo estragos en el deporte mundial en general y norteamericano en particular. La NBA y la NHL hacen malabares para poder seguir adelante a pesar de los contratiempos generados por los brotes y los contagios, mientras que la NFL va por libre y modifica su protocolo sanitario desafiando al coronavirus. Un protocolo que entrará en vigor el lunes 27 de diciembre y está orientado a que los positivos entre los jugadores de la Liga hagan el menor daño posible al transcurso natural de la misma, sin importar que haya jugadores contagiados y asintomáticos sobre el terreno de juego.

La pasada jornada de la NFL se cambiaron de fecha tres partidos y el número de jugadores contagiados en las últimas dos semanas supera los 200. Para una competición tan corta, se trata de un inconveniente considerable y que la propia Liga quiere torear de la mejor forma posible. Para ello, y teniendo en cuenta que dos tercios de esos más de 200 jugadores positivos en Covid-19 son asintomáticos, el nuevo protocolo sanitario levantará la mano con ellos y con aquellos que estén vacunados. “Sólo los jugadores no vacunados y aquellos que experimenten posibles síntomas de Covid-19 serán evaluados a partir del domingo”, explicó recientemente Roger Goodell, comisionado de la NFL. “La información médica indica claramente que esta variante es significativamente más contagiosa, pero posiblemente menos grave que las anteriores, particularmente para las personas que están completamente vacunadas y han recibido la vacuna de refuerzo”.

Dicho de otro modo, la NFL no hará seguimiento a estos dos tipos de jugadores, que podrán volver a jugar antes de cumplir con los 10 días de aislamiento del protocolo previo. Y aquí es donde está el peligro. Para empezar, será inevitable que haya jugadores contagiados en el emparrillado. Y para continuar, se abre la peliaguda puerta de la picaresca que lleve a ocultar síntomas del Covid-19 para poder saltar al terreno de juego pese a ser positivos.

EAST RUTHERFORD, NJ - NOVEMBER 21:  New York Jets guard Laurent Duvernay-Tardif (72) during the National Football League game between the New York Jets and the Miami Dolphins on November 21, 2021 at MetLife Stdium in East Rutherford, NJ.  (Photo by Rich Graessle/Icon Sportswire via Getty Images)
Foto: Rich Graessle/Icon Sportswire via Getty Images.

En un deporte como el fútbol americano profesional, en el que los jugadores están más que acostumbrados a saltar al césped con molestias físicas o directamente lesionados, esa posibilidad de esconder síntomas no es para nada disparatada. “Por supuesto que ésa es la parte negativa de todo esto y creo que sabremos más la próxima semana. Después del domingo veremos cómo se traduce todo esto en casos y demás. Sólo espero que los muchachos sean honestos consigo mismos, ya que al final del día, saliendo al campo con síntomas, me están poniendo en riesgo como jugador que sigue las reglas”. Son palabras de Laurent Duvernay-Tardif, jugador de los New York Jets doctorado en medicina, en unas entrevista para el L.A. Times.

Sin embargo, ese riesgo del que habla Duvernay-Tardif no tiene nada que hacer ante la máxima del the show must go on. Sobre todo cuando entra en escena ese poderoso caballero llamado don dinero. El nuevo protocolo sanitario no es una imposición de la Liga, sino que fue aprobado por la Asociación de Jugadores Profesionales, los consejeros médicos y la propia NFL. Todos remando en la misma dirección. Todos mirando a sus bolsillos y siendo conscientes de que la liga de fútbol americano es la que más millones mueve en Estados Unidos y parar, suspender o aplazar la competición acarrearía unas pérdidas descomunales.

La posibilidad de crear una burbuja, al margen de los fans, no es una solución factible para un negocio que además tiene ante sí la posibilidad de aumentar sus ingresos arrastrando aficionados del resto de competiciones que sucumban ante el Covid-19. Comer de tu propio pastel y de los que se dejen la NBA y la NHL. Comer de todos los pasteles. Y si el coronavirus se pone pesado, pues se le ignora, con los riesgos y consecuencias que eso implica, que ya se atajarán más adelante si la situación se descontrola. Ya si eso. Y hasta entonces, se mira para otro lado mientras nadie tosa o le duela la cabeza más de la cuenta.

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