El factor Netflix en la Fórmula 1: las claves del imperio deportivo que más creció en los últimos años

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‎ - Créditos: @Bryn Lennon - Formula 1

Ni el fútbol, ni el básquet, ni el rugby, ni el fútbol americano. Los números señalan que la Fórmula 1 es el imperio deportivo de mayor crecimiento en los últimos años. El deporte es más complejo que el show que transmiten las pantallas y del espectáculo con el que vibran miles de espectadores en cada circuito que visita el Gran Circo. Un organismo rector, como la Federación Internacional del Automóvil (FIA), define y regula el deporte, pero el secreto del impacto y el éxito global es propiedad de Formula One Managment, la principal empresa operativa de la categoría reina del automovilismo.

La compañía explota los derechos comerciales, desde la marca al logotipo. Detalla el calendario, negocia los contratos con los promotores de cada gran premio, comercia los derechos televisivos y los acuerdos de licencias para el uso de la marca F.1. También gestiona la logística de las diez escuderías y el equipamiento del paddock y los hospitalities de una cita a la otra del calendario.

Bernie Ecclestone fue el visionario que cambió las reglas del juego y la estructura de las ganancias del deporte. Liberty Media, la actual controladora, fue quien explotó, en apenas cinco años, el valor comercial de un negocio que recorre cuatro de los cinco continentes, profundizó los lazos con los promotores árabes y asiáticos y penetró como nunca antes en el mercado estadounidense.

Bernie Ecclestone fue el visionario que cambió las reglas del juego; Liberty Media, la actual controladora, fue quien explotó, en apenas cinco años, el valor comercial de la F1
Bernie Ecclestone fue el visionario que cambió las reglas del juego; Liberty Media, la actual controladora, fue quien explotó, en apenas cinco años, el valor comercial de la F1 - Créditos: @Yui Mok - PA Images

La apreciación de la F.1 tuvo un estallido en el último lustro y, aunque la pandemia mundial de Covid-19 afectó al negocio, no derribó los números. Las cifras siempre fueron en aumento: en 2017, la primera temporada dirigida por Liberty Media, la facturación bruta escaló a 1.700 millones de dólares, cuando el registro histórico bajo el mando de Ecclestone había ascendido, en 2016, a US$1.500 millones. Al año siguiente, 2018, trepó a US$1.820 millones y en 2019 superó la barrera de los 2.000 millones. La pandemia desató el caos y en 2020 apenas se arrimó a 1.000 millones de dólares, un número crítico, pero que no causó estragos: los 17 grandes premios resultaron más de los imaginados, cuando la temporada comenzó el primer fin de semana de julio de aquel año. El impacto de los beneficios récord de 2021, con una facturación de 2.140 millones de dólares –un 30% más que en el mejor año con Ecclestone- podría ser superado en 2022. Las cifras finales del año pasado todavía no fueron expuestas por Liberty Media, pero hasta septiembre el dato revelaba US$1.819 millones.

Al momento en que el conglomerado estadounidense compró en 4.400 millones de dólares el negocio, el mundo del deporte apuntó a la excelente venta que ejecutaba Ecclestone. El magnate se desprendía de un producto que estaba en baja consideración, con el abrumador dominio de Mercedes en los mundiales de Pilotos y de Constructores. Los medios de comunicación son la fortaleza del nuevo propietario y los compradores conocían de qué modo se componía el negocio universal: las tasas de carreras se mantienen en secreto, pero los archivos financieros resaltan que en la mayoría son contratos de diez años que tienen un ajuste de un 5% cada doce meses; las cifras rondan entre los 30 y 50 millones de dólares.

Un calendario de 23 grandes premios genera, entonces, un ingreso de US$900 millones anuales. Los derechos de televisión se estiman en 600 millones de dólares al año: Sky Sports, de Gran Bretaña, abonará US$1.000 millones por un acuerdo plurianual; en Países Bajos, el Grupo Nent negoció a un valor de 36 millones de dólares anuales y ESPN renovará los derechos para los Estados Unidos en una cifra 15 veces superior a la que abonaba en 2022: de US$5 millones pasará a desembolsar entre 75 y 90 millones de dólares hasta 2025.

En la pulseada, ESPN se impuso a la NBC y a los servicios de streaming Amazon y Netflix, que emite la serie Drive to Survive, considerada un factor de la creciente popularidad de la F.1 en los Estados Unidos. Con un público volcado a IndyCar y NASCAR, la serie generó estadísticas impactantes: en 2019 –año de la primera temporada- la audiencia de la F.1 aumentó un 41%. En 2021, creció un 56% . La histórica y polémica definición del Mundial de Pilotos entre Max Verstappen (Red Bull Racing) y Lewis Hamilton (Mercedes) en Abu Dhabi 2021 resultó el séptimo acontecimiento por cable con mayor audiencia de la historia.

Los menores de 25 años representaban apenas el 14% de los seguidores antes de Drive to Survive y el seguimiento de un gran premio de manera online asciende ahora a 40% entre los jóvenes de 18 a 24 años, mientras que en el rango de 25 a 35 años no baja del 25%. Las redes sociales, el contenido multimedia y las exhibiciones como el F1 Live London materializaron un cambio de rumbo en las audiencias.

Stefano Domenical es el CEO de la Formula 1
Stefano Domenical es el CEO de la Formula 1 - Créditos: @Eric Alonso

“La F.1 está aprovechando al máximo nuestra creciente popularidad en todo el mundo, como lo demuestran la asistencia a los grandes premios, la audiencia televisiva y el compromiso en todas las plataformas”, apuntó Greg Maffei, presidente y director general de Liberty Media. El año pasado, el Gran Premio de los Estados Unidos, en Austin, recibió 440.000 espectadores, más del doble de la asistencia de 2019. Un estudio que ordenó la F.1 en diez grandes premios señala que la mitad de quienes asistieron lo hacían por primera vez.

Dos franquicias de la NBA y clubes top de las grandes ligas

El Fondo de Riqueza Soberana de Arabia Saudita estuvo interesado el año pasado en comprar el negocio por un precio de 20.000 millones de dólares. Las negociaciones nunca alcanzaron carácter oficial y desataron un conflicto entre la F.1 y el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem. El dubaití consideró que se trata de una cifra exagerada. “Como guardianes del deporte motor, la FIA, como organización sin ánimo de lucro, se muestra cautelosa ante la posibilidad de que se ponga a la F.1 un precio inflado. Se aconseja a cualquier comprador potencial que aplique el sentido común, tenga en cuenta el bien mayor del deporte y presente un plan claro y sostenible, no sólo un montón de dinero. Es nuestro deber considerar cuál será el impacto futuro para los promotores en términos de aumento de las tasas y otros costos comerciales y el impacto adverso que pueda tener en los aficionados”, publicó Ben Sulayem, que en las últimas horas y tras la tensión se alejará del día a día con la categoría, dejando espacio al griego Nikolas Tombazis, director de tecnología de la FIA.

Los 17.000 millones de dólares en que está valuada la F.1, según Forbes, equivale a la compra de las dos franquicias más costosas de la NBA: Golden State Warriors, cuatro veces campeón y dos veces subcampeón en la última década, con figuras como Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, tiene un valor de 7.000 millones de dólares. New York Knicks alcanza los US$ 6.100 millones y es uno de las cuentas de negocios de Madison Square Garden Sports, propietario –entre otras actividades- de New York Rangers (NHL). Con esa cifra también podría adquirirse a los dos equipos que lograron más títulos -17- en la historia de la NBA: Los Ángeles Lakers y Boston Celtics, valuados en 5.900 y 4.000 millones de dólares, respectivamente.

Los clubes de fútbol quedan empequeñecidos frente a tamaños números: Real Madrid, catorce veces campeón de la Championes League y actual defensor de la corona, posee un valor de 5.100 millones de dólares. En la misma cifra se cotiza Barcelona. En la Premier League, el campeonato que tiene a más de la mitad de los 20 clubes top en materia de ingresos, según Deloitte, Manchester United alcanza los 4.600 millones de dólares; Liverpool, US$ 4.450 millones y Manchester City, US$ 4.250 millones. Las tres cotizaciones no superan a la de la F.1. Por el dinero de la F.1 también se podría comprar al Bayern Munich (US$4.275 millones), Paris Saint-Germain (cuyo precio rondaría los US$3.200 millones) y Juventus (US$ 2.450 millones).

Entre clásicos, modernos y de lujo

El avance de los grandes premios en países árabes y asiáticos y la triple fecha que albergará los Estados Unidos en 2023 incomoda a los puristas de la F.1, que observan con recelo el peligro que podrían correr citas emblemáticas como Silverstone –donde empezó la historia en 1950-, Monza, Mónaco o Spa-Francorchamps. Para esta temporada salió del calendario el Gran Premio de Francia, que fue parte del primer campeonato del mundo y tuvo presencia –con siete autódromos diferentes- en 62 de las 73 rondas mundiales. La novedad del almanaque será el retorno del Gran Premio de Las Vegas, donde Carlos Reutemann (Williams) cayó de pie en 1981 frente a Nelson Piquet (Brabham).

El regreso será impactante y pomposo. El grupo Caesars Entertainmet lanzó uno de los paquetes más caros y exclusivos, a un valor de US$5 millones, que incluye cinco noches en el hotel Nobu Sky, ubicado sobre la recta del circuito; 12 entradas para el Paddock Club, acceso al Pit Lane Walk, un Rolls Royce con chofer para toda la estancia, un mayordomo y otros lujos. El hotel Wynn presenta ofertas de US$1 millón para acceso a seis personas. Un año antes, la F.1 se estrenó en Miami, en un entorno urbano en la zona de Miami Gardens, alrededor del Hard Rock Stadium, en el que habitualmente juegan los Miami Dolphins de la NFL. De este a oeste, el Gran Circo cruza territorios y conquista audiencias.

La presencia en Estados Unidos aparece como una contraofensiva al avance que expusieron países asiáticos y luego las naciones árabes. La expansión resultó una movida de Ecclestone, que vislumbró el negocio y también los millones. El primer eslabón fue el GP de Malasia, que se desarrolló entre 1999 y 2017. Los GP de Bahréin y de China desembarcaron en 2004 y aunque la F.1 se esfuerza en mantener a Shanghái en el calendario, la pandemia mundial de Covid-19 y las medidas sanitarias que adoptan los gobiernos europeos con los pasajeros que vuelvan desde el gigante asiático detuvieron la presencia en 2019.

La apreciación de la F.1 tuvo un estallido en el último lustro y, aunque la pandemia mundial de Covid-19 afectó al negocio, no derribó los números; las cifras siempre fueron en aumento
La apreciación de la F.1 tuvo un estallido en el último lustro y, aunque la pandemia mundial de Covid-19 afectó al negocio, no derribó los números; las cifras siempre fueron en aumento - Créditos: @Alex Bierens de Haan

Luego se sucedieron Turquía, que tuvo una primera etapa entre 2005 y 2011 para reaparecer en 2020 y repetir en 2021; Singapur, en 2008 y vigente en la actualidad; Abu Dhabi, presente desde 2009; Azerbaiyán, existencia perfecta a partir de 2017. También Arabia Saudita, que se estrenó en 2021, al igual que Qatar, que tras el Mundial de fútbol del año pasado se reinsertó en el almanaque. Asomaron y por distintas razones ya no son parte de la grilla Corea del Sur (2010-2013) e India (2011-2013). La invasión a Ucrania anuló la presencia de Rusia, donde la F.1 corrió de modo ininterrumpido entre 2014 y 2021.

La Fórmula 1, un imperio de millones que engloba negocios, audiencias, expansión geográfica y el contraste entre lo clásico, lo moderno y lo exclusivo para sostenerse en la cúspide.