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Nasser Al-Khelaïfi cumplió el sueño de llevar a Messi a PSG y ahora se mete con todo en el pádel, que ya es un boom

Nasser Al-Khelaïfi cumplió el sueño de su vida, al contratar a Leo Messi; mientras desea la próxima Champions, toma el mando del pádel.
STEPHANE DE SAKUTIN

ROMA.– Fue tenista profesional. Es empresario, presidente de PSG, titular de Bein Sports (una cadena de televisión codificada). Maneja Qatar Sports Investments (invierte en ocio, deporte, entretenimiento) y, entre múltiples ocupaciones y negocios, lo agrada el pádel. Nasser Al-Khelaïfi tiene 48 años, nació en Doha, es multimillonario y no se queda quieto ni un segundo. Nueve meses atrás sedujo a Lionel Messi, al ver sus lágrimas de despedida de Barcelona.

Creó un triángulo imposible: Mbappé-Neymar-Messi, pero otra vez desbarrancó en su máximo anhelo: la conquista de Europa. Se dice que el joven francés –el mejor futbolista del mundo-, renovó su contrato por 300 millones de euros de prima y 100 millones netos, el salario anual. El dinero mueve montañas: en Qatar se hará el próximo Mundial, en una fecha extraña, entre noviembre y diciembre próximos. Mucho debate encierra el origen y el destino del dinero: en el mientras tanto, Nasser se mete en el rectángulo vidriado de un deporte que avanza. El éxito del Italy Major Premier Padel, con las semifinales a tope de la capacidad máxima del Grandstand del Foro Itálico, lo certifican.

El próximo torneo será en Roland Garros, cuando acabe la faena de Rafa Nadal, Nole Djokovic y tantos otros. La incursión del jeque en el pádel causó un revuelo mayúsculo: cambió todo. Entusiasmo, polémica, dudas, conflictos. Y la certeza de que ya nada será igual.

Kylian Mbappé posa con su camiseta del Paris Saint-Germain junto al presidente Nasser Al-Khelaifi; cuando parecía que el francés se iba a Real Madrid, un contrato millonario lo cambió todo
Kylian Mbappé posa con su camiseta del Paris Saint-Germain junto al presidente Nasser Al-Khelaifi; cuando parecía que el francés se iba a Real Madrid, un contrato millonario lo cambió todo


Kylian Mbappé posa con su camiseta del Paris Saint-Germain junto al presidente Nasser Al-Khelaifi; cuando parecía que el francés se iba a Real Madrid, un contrato millonario lo cambió todo

“Este es otro momento trascendental para el desarrollo del padel en el marco del nuevo Premier Padel Tour, tanto en Europa como a nivel mundial”, afirmó el empresario, días atrás. Valentina Vezzali, Subsecretaria de Deportes del Gobierno italiano, agregó: “En los últimos dos años, el deporte mostró una gran resistencia y logró múltiples resultados, lo que le dio a Italia una gran satisfacción. El padel creció mucho en nuestro país en cuanto a número de aficionados y profesionales”. Y Luigi Carraro, presidente de la Federación Internacional de Padel, afirmó: “Este es un momento increíblemente emocionante y muy especial para el pádel. Gracias al excelente trabajo de las instituciones deportivas, los clubes y los jugadores (tanto amateurs como profesionales), nuestro deporte creció enormemente en los últimos cinco años”.

En nuestro país, hay una huella del boom de los años 90. Más aficionados, mientras los mejores viajan a España, por el dinero, las distancias y la infraestructura. La final prevista para este domingo: de un lado, los españoles Alejandro Galán y Juan Lebrón. Del otro, el argentino Martín Di Nenno (nació en Ezeiza, vive en Madrid) y el también español Francisco Navarro. En Italia, la comunión entre el tenis y el pádel es exitosa: van de la mano. En España, la polémica invade el escenario. Sobre todo, porque Al-Khelaifi promovió un nuevo circuito, ambicioso, grande y controvertido. Se trata torneos categoría uno, una nómina de cuatro Majors del Premier Padel 2022: Italia, Francia (en Roland Garros, del 11 al 17 de julio), México (en Monterrey, en noviembre) y Qatar (lógicamente, fue la primera escala), que se jugó en marzo.

El magnate convenció a varios jugadores y lanzó el proyecto con torneos en diversas ciudades del mundo (México, Estados Unidos, Francia, Dinamarca, Bélgica, Austria, Finlandia, Suecia, Argentina, Holanda, España y Portugal). Del otro lado, el World Padel Tour mantenía contratos hasta fines de 2023. Relegado, ahora demandó a la Federación Internacional, a Qatar Sports y hasta a la asociación de jugadores “por competencia desleal”.

Nasser Al Khelaifi celebra tras la final de la Copa de Francia entre el Paris Saint-Germain (PSG) y el AS Monaco (ASM) en el Stade de France el 19 de mayo del año pasado, en Saint-Denis; la Champions League es su auténtica obsesión
John Berry


Nasser Al Khelaifi celebra tras la final de la Copa de Francia entre el Paris Saint-Germain (PSG) y el AS Monaco (ASM) en el Stade de France el 19 de mayo del año pasado, en Saint-Denis; la Champions League es su auténtica obsesión (John Berry/)

La Federación Internacional de Padel es el órgano rector desde 1991, con vínculos con todos los actores. El World Padel Tour es el circuito más importante, le pertenece a la compañía española Damm y tiene contratados a los mejores jugadores del mundo. Y, en último término, la asociación de jugadores. La idea (casi sellada) del qatarí es crear un circuito ambicioso de 10 torneos en 2022 y 2023. Y a partir de 2024, unos 30…

Un ejemplo del dinero invertido: el torneo que se juega en Roma, en otras circunstancias, habría aportado unos 125.000 euros. Ahora, reúne unos 525.000. Sustentado en cuatro “Grand Slams” (como en el tenis) y unos seis de categorías FIP 1000, algo así como los Masters 1000.

El proyecto exige que los torneos se jueguen en países que respiren padel, con participación de unos 100 jugadores y potencialmente televisado a unos 50 países por Bein Sports, el canal oficial. Los jugadores, en general, están entusiasmados: jugar en el Foro Itálico o, próximamente, en Roland Garros, supera cualquier sueño. En Roma pasaron buena parte de los 20 mejores del mundo.

Y ahora, la idea es ir por todo: por ejemplo, convertirse en un deporte olímpico. A la Argentina, la idea le interesa. De todos modos, más allá de los millones y los deseos, hay contratos firmados y acuerdos prestablecidos por años. Y una tradición detrás.

El torneo en Roma resultó un éxito
Giampiero Sposito


El torneo en Roma resultó un éxito (Giampiero Sposito/)

Según se supo, los jugadores que cambian de vereda se arriesgan a multas de entre 300.000 y 500.000 euros. Un ejemplo: el conflicto actual entre Premier Padel y World Padel Tour llevó a que se disputen pruebas de ambos circuitos en las mismas fechas. Sucede con el Italy Major y el Mallorca Challenger. En Roma, un jugador, aparentemente lesionado, abandonó un partido. Y estaba inscripto, con otra pareja, en la bella ciudad española. Hay una investigación en curso. Se abrió un expediente, se analizarán las imágenes y, con todas las pruebas, tomará nota el comité de disciplina.

Fernando Belasteguin, el crack histórico, tiene la palabra autorizada. “El balance es espectacular. En Doha pensaba que había sido el mejor de los torneos, porque las instalaciones son espectaculares, pero esto lo supera. El Foro Itálico lo tiene todo: tiene mística. Y el estadio Olímpico a 200 metros. Es un sueño que vivimos despiertos. Ojalá que la competencia sea sana, que todos los organizadores conviertan cada torneo en el mejor. Y si alguien comete algún tipo de irregularidad, que sea castigado”, afirma.

Damm, una compañía cervecera española, promovió en 2014 el World Padel Tour (WPT), el campeonato mundial. Sus dueños son fanáticos de este deporte. Según cuentan en España, el grupo es uno de los impulsores de que el pádel casi igualara al tenis en cuanto al crecimiento en todos los órdenes.

Una semana atrás, el empresario aplaudía, feliz en la maravillosa fiesta de París, fin de temporada con fuegos artificiales por el título local de PSG. La definición de la Champions League tuvo incidentes y la magia de la ciudad luz, pero sobre el campo de juego jugaron otros gigantes. Es su cuenta pendiente, mientras imagina nuevos negocios.

El pádel no es el fútbol, lógicamente. Es una explosión: de ilusiones renovadas y de tradiciones rotas. Una batalla de intereses que reflejan el potencial económico de un deporte con empresas que lo sustentan. Y potenciales millones de espectadores que aguardan por algo nuevo, superador. El pádel es un espectáculo entretenido. Y no dura demasiado tiempo.