Néstor Gorosito: la decisión que tomó cuando Ruggeri y Gareca llegaron de Boca a River... y qué le respondió a Mauricio Macri cuando lo quiso en 1996

Néstor Gorosito, DT de Gimnasia y Esgrima La Plata, un personaje más allá del fútbol
Néstor Gorosito, DT de Gimnasia y Esgrima La Plata, un personaje más allá del fútbol - Créditos: @Luna Alfredo

Era chico. Tenía 18, 19, 20 años. River era un club enorme: campeón del campeonato, campeón de la Copa Libertadores por primera vez. Campeón del mundo. Un día, el Bambino Veira le pidió un favor a Pipo Gorosito, una de las joyas de las inferiores, el dueño de esta historia. “Pibe, ¿podés dejar de tomar sol un minuto?”, le dijo. Pero el chico, un 10 de los de antes, no le hizo caso.

El sol es mi vida, de hecho no voy a ir al Mundial, voy a quedarme acá, para ver tranquilo, en mi casa, todos los partidos y... seguir tomando sol”, contó Gorosito, un DT bohemio, de los de antes. A los 58 años, dirige a Gimnasia y Esgrima La Plata, uno de los punteros del campeonato. Con una campaña de campeón y un grupo de jóvenes promesas, sostenidas por Brahian Alemán y Rodrigo Rey.

La gente corea su nombre. El Bosque explota como nunca antes. El equipo juega bien y gana, por lo general. Hace una temporada que conduce al Lobo, y se mantiene como director de orquesta con los mismos ayudantes de siempre, Cacho Borelli (Jorge, el ex defensor) y Chapa Zapata (Gustavo, el ex mediocampista), amigos desde la época de San Lorenzo.

En esa época, en realidad un tiempo antes, en 1985, Boca jugaba con camisetas pintadas con marcador. No tenía un peso. Y River atravesaba una de sus versiones de su estirpe, conocido como el Millonario. En ese tiempo, Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, ambos jugadores surgidos de la cantera de Boca, se transformaron en refuerzos de River. Atrás quedaban días tormentosos y de incertidumbre, las presiones y una interminable huelga de los futbolistas, respaldadas por Futbolistas Argentinos Agremiados.

Pero hubo un pacto para que Boca no se quedara sin nada y dos jugadores de River también cruzaron de vereda: Carlos Daniel Tapia y Julio Olarticoechea. Pipo, demasiado joven, tomó una decisión. Estaba en el club de Núñez desde los 6 años... “Estuve como tres meses que casi no les hablaba, porque venían de Boca. A mí me gustaba joder mucho, pero con todos, eh, menos con ellos. Les daba las manos, ‘hola, cómo te va, chau’ y nada más. Hoy tengo una relación con los dos espectacular”, comentó el DT, que desprecia los drones y la modernidad y le encanta hablar y hacer docencia como en la vieja época. “El 4 y el 7, antes estaban a 50 metros. Ahora, no hay más de 15 metros de distancia, por ahí aparece el 8, que tiene que hacer la diagonal para que el 4 suba....”, explica. Siempre así.

Otra época: Oscar Ruggeri, flamante técnico, y Néstor Gorosito, el 10 de San Lorenzo, bromean en la primera práctica que dirigió el DT, el 4 de diciembre de 1998; el destino los separó y hoy Pipo es u
Otra época: Oscar Ruggeri, flamante técnico, y Néstor Gorosito, el 10 de San Lorenzo, bromean en la primera práctica que dirigió el DT, el 4 de diciembre de 1998

Sigue con la anécdota con el gran defensor y el buen delantero, que como entrenador lo superó todo. “Con el tiempo, se rompió el hielo. Me di cuenta que pasaba el tiempo y el único que no les daba bola era yo... En su momento, un día, Carlos Heller (vicepresidente de Boca, por ese entonces) pidió al Vasco y a mí... Pero Hugo (Santilli, el presidente) no quiso largarme, entonces fue Daniel.... Y la rompió tanto, que fue al Mundial”, contó Pipo, en referencia al Chino Tapia, uno de los integrantes de México ‘86.

No se siente parte de la vieja generación, dice que si tiene que cambiar, debería ser otro. “Tengo un hijo que tiene 15, así que para hablar con los chicos de ahora, debería tener otro padre. Los valores son los mismos de siempre”, apuntó, en una entrevista en ESPN.

Dejó otras frases con su estilo.

1) “Te digo lo que me daba bronca: los periodistas decían ‘los entrenadores más grandes no tienen léxico para hablarles a los jugadores jóvenes, con los pibes’. Yo soy padre de un nene de 15 y una nena de 17. Les tengo que buscar un padre más joven porque sino… No. Es respeto, es valor, es decir que todo lo que vos le decís después pasa en la cancha. El otro día eran 14 jugadores surgidos de las inferiores en el partido de Gimnasia contra Independiente. Y entonces vos después tenés que competir con River que te saca a un jugador que vale diez millones de dólares y te pone uno que vale 9. ¿Si pasa eso porque estamos ahí? Porque es fútbol y nadie tiene la razón”.

2) “Los chicos hoy quieren todo servido, rápido, todo más fácil. No los jugadores. Todos. Y uno, que está en el fútbol, tiene que adaptarse y tratar de facilitarle las cosas. Por eso hoy cambió la forma de liderar. No es como antes. Hay que hablar más, persuadir más. Es reiterar, repetir… Antes mi viejo, con la mirada, me hacía así (pone mirada seria) y yo me ponía a llorar.

3) “Nosotros con mi cuerpo técnico tenemos una forma de conducir completamente clara: y es así, cara a cara. Todo lo que sea con respeto con nosotros pueden venir y hablarlo. Y yo quiero que vengan y me pregunten ‘¿por qué yo no Pipo? ¿Qué me falta? ¿Qué necesito? ¿En qué tengo que mejorar?’ Yo quiero que vengan y me pregunten. Y además tengo claro que no con todos se actúa igual, con algunos tenés que consensuar un poco más, hay mucho de psicología. Tenerlos bien de la cabeza es tan importante como lo táctico. Que tengan ganas de venir a entrenar. Y hoy los veo con ganas de verse, de venir a entrenar”.

Gimnasia vive en la efervescencia
Gimnasia vive en la efervescencia - Créditos: @Fotobaires

4) “Nosotros somos parte del plantel. Me encariñé mucho con el club. Gimnasia es un equipo grande. Tenía en la cabeza que había que comer mierda todos los días y no, de a poco fuimos cambiando ese chip. De cambiar la mentalidad. Por ahí un día nos cobraron tres penales en la cancha de River, pero tratamos de ganar. De impulsarlos a ganar”.

5) “Los muchachos más grandes tienen una preponderancia sobre los más chicos y vos como DT tenés que tomar el rol de meterte con el dirigente y decirle: “Dani necesita cobrar un poco más porque no le alcanza para vivir, viene de una familia muy pobre; entonces es lógico que tenga desconcentraciones”.

6) “Cuando yo llegué a Gimnasia necesité generar un cambio de mentalidad. Para los que no somos de determinadas ciudades, ir a jugar con Central y Newell’s a Rosario es muy difícil; ir a la cancha de Gimnasia y Estudiantes para los que venimos de Buenos Aires es lo mismo. Gimnasia vive en La Plata; Estudiantes, con los logros que tuvo se lo enrostraban. Y entonces yo decía ya está, ya pasó, pasó hace 40 años. ¿Cuántas veces ganaron en la cancha de Boca? Vamos, no tengan miedo, salgan. Y vamos y ven que ganan… Eso cambia. Si Boca y River encarrilan, va a ser un problema para los demás ¿Para qué estamos nosotros? Cuando falten 4 partidos, ahí sí voy a decir si estamos para pelear”.

Y una más. El día que Mauricio Macri, el presidente de Boca, lo llamó para tentarlo, en 1996. Pipo jugaba en Japón, en Yokohama Marinos. “Le agradecí, pero no... Volví a San Lorenzo”.