Mundial Qatar 2022. Gustavo Alfaro: la eliminación, su futuro en Ecuador y la decisión personal

Gustavo Alfaro y su semblante serio durante la derrota contra Senegal, que eliminó a Ecuador del Mundial de Qatar; el rafaelino decidirá en familia cuál será su futuro, pero la Federación Ecuatoriana adelantó que lo quiere.
Gustavo Alfaro y su semblante serio durante la derrota contra Senegal, que eliminó a Ecuador del Mundial de Qatar; el rafaelino decidirá en familia cuál será su futuro, pero la Federación Ecuatoriana adelantó que lo quiere. - Créditos: @Francisco Seco

Moisés Caicedo lloraba en la noche de Doha. El estadio Khalifa era testigo de todo. Cerca, Piero Hincapié no podía creer cómo Ecuador se había quedado fuera del Mundial Qatar 2022 pese a que dos resultados en el partido contra Senegal podían catapultarlo a los octavos de final: el triunfo y el empate. Pero perdió. Y ahí estaban ellos, los dos bastiones de la nueva generación de futbolistas de “LaTri”. A un par de metros, Gustavo Alfaro, el entrenador argentino que los llevó hasta allí, los levantó. Los alentó. Les dijo que levantaran la cabeza. Estaba convencido de que esos jugadores encarnaban el futuro del seleccionado ecuatoriano. ¿Y el futuro de Alfaro? Ésa es otra cuestión.

“En un momento hablamos con la Federación Ecuatoriana de Fútbol y quedamos en hablar después [del Mundial]. Hoy debo parar la pelota yo y ver qué quiero hacer de mi carrera, si voy a seguir dirigiendo o no”, señaló el entrenador rafaelino de 60 años. Sobre un posible retiro, añadió: “Son cosas que me he planteado antes. Uno quiere que suceda lejos, pero no debo pronunciarme ahora. Estoy embargado por el dolor de esta eliminación. Hay que tratar con tranquilidad esas cosas”, apuntó. El ex DT de Boca sabía que la de este martes era una batalla compleja, sobre todo por el poderío físico de los senegaleses, que salvo en algunos lapsos del segundo tiempo no le dejaron a Ecuador realizar su juego.

El resumen de la derrota de Ecuador ante Senegal

Pero la palabra que está en la otra cara de esta eliminación es “futuro”. El equipo que se plantó ante los campeones africanos –no contaron con su máxima estrella, Sadio Mané– tenía en mente el Mundial de 2030. O como temprano, el de 2026. Caicedo, por ejemplo, entró a la historia ecuatoriana: a los 21 años y 27 días se convirtió en el goleador más joven de Ecuador en mundiales. Quebró la racha de Enner Valencia, que a los 33 años era una de las revelaciones del torneo y había sido el autor de los últimos seis goles del equipo en una cita ecuménica: tres en Brasil 2014 y tres en Qatar 2022. De los once titulares, tres nacieron después del año 2000 (Hincapié, Caicedo y Gonzalo Plata). Y apenas dos tienen más de 30 años: Hernán Galíndez, el arquero argentino nacionalizado (35), y Valencia. “Éste es un equipo con más futuro que presente. Ojalá estas batallas les sirvan a los chicos el día de mañana”, dijo Alfaro al borde de la cancha, cuando la tristeza de la eliminación todavía estaba a flor de piel.

En sus palabras había una sensación de despedida. “El país y nosotros esperábamos llegar muy lejos. Ésta es una generación muy joven de jugadores que vino luchando durante dos años. Ojalá esto sirva de experiencia para el futuro”, apuntó e insistió. La desazón llegó producto de la expectativa nacida del buen desempeño ante Países Bajos (1-1) en la segunda fecha. Ecuador debía refrendarlo frente a Senegal. Y no lo hizo. “Cometimos los errores en el partido clave. El margen de error era exiguo, los detalles podían marcar las diferencias y fue lo que sucedió. El dolor que todos tenemos no tiene que hacernos perder de vista la camada de estos chicos, para que esta experiencia les sirva en el futuro. La templanza se gana con batallas que hay que dar. Tendrán su revancha más adelante”, enfatizó el entrenador argentino. De nuevo, el futuro.

Los jugadores están arrumbados por la eliminación; muchos de ellos son jóvenes, más sensibles a semejante decepción.
Los jugadores están arrumbados por la eliminación; muchos de ellos son jóvenes, más sensibles a semejante decepción. - Créditos: @Francisco Seco

Sobre ese mañana, el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Francisco Egas, adelantó que su intención es que el Alfaro y su cuerpo técnico continúen. Al dirigente no se le escapa que Alfaro guió al equipo al cuarto puesto en la eliminatoria sudamericana y construyó solidez defensiva: fue la tercera de las defensas menos vencidas en esa clasificación. El rafaelino mostró que puede potenciar a los jóvenes ecuatorianos y competir de igual a igual con potencias de otros continentes. La negociación para mantenerlo en el cargo, sin embargo, ni siquiera empezó. Dependerá, sobre todo, de las ganas que tenga Alfaro de mantenerse al frente de un proyecto que se inició a mediados de 2020 y que terminó en Doha este martes.

Otra cuestión no se debe pasar por alto: Ecuador llegó a la capital qatarí envuelto en el escándalo por Byron Castillo, que se perdió el Mundial por una lesión. Sin embargo, la incógnita se mantiene: ¿qué habría hecho la FEF con el jugador si hubiera estado sano? ¿Lo habría llevado al Mundial con la consiguiente exposición a que los rivales protestaran por su inclusión? Chile y Perú fueron al Tribunal de Arbitraje Deportivo con pruebas de que Castillo, en realidad, había nacido en Colombia. La FEF se declaró víctima de la situación. Y el tribunal, máxima instancia de apelación, castigó a Ecuador con una multa por haber falsificado información. Pero lo mantuvo en el plantel del Mundial. Esa polémica había mantenido hasta último momento en vilo a Alfaro y sus dirigidos.

Las posiciones finales del grupo A

Qatar 2022 quedó atrás para la joven generación de jugadores ecuatorianos y un puñado de veteranos. Tal como hizo en otras ocasiones, Alfaro parará la pelota y tomará una decisión sobre su futuro, tanto el personal como el profesional. Mientras tanto, esos mismos jugadores que se desplomaron sobre el césped del estadio Khalifa seguirán con su progreso. Y tal vez, dentro de cuatro años, muchos vuelvan a disputar la Copa del Mundo. Con Gustavo Alfaro en el banco de suplentes o sin él. El argentino ya hizo su trabajo: potenciarlos.