Mundial de Ajedrez: en un partida histórica y récord, Magnus Carlsen quebró a Ian Nepomniachtchi

Magnus Carlsen se cree "mejor jugador" que Ian Nepomniachtchi, y la titánica victoria en el sexto capítulo de su serie por el cetro mundial de FIDE en Dubaí pareció darle la razón.
GIUSEPPE CACACE

La serie Magnus Carlsen vs. Ian Nepomniachtchi, atestada de empates entre jugadores cautos por el Campeonato Mundial de ajedrez en Dubái, tuvo un quiebre en la sexta partida. Una partida dramática y que tuvo muchos vaivenes. Y que puede resultar determinante: en una serie extremadamente pareja hasta el momento, poblada únicamente por tablas al cabo de cinco capítulos, el noruego quedó 3,5 a 2,5 al frente. Entre tanta igualdad, una ventaja que vale oro en la definición de la competencia de FIDE, prevista a 14 capítulos.

Después de una apertura equilibrada, en la que el ruso volvió a mostrar su excelente preparación, todo indicaba que se produciría un nuevo empate. Incluso Carlsen mostraba signos de incomodidad; su posición era pasiva y en su afán por hacer la jugada más exacta quedó apremiado por tiempo. Nepo tenía una ligera ventaja y más margen en el reloj. Y de hecho algunos presagiaban que el campeón iba a perder. Pero justo entonces el desafiante cometió un error psicológico: jugó rápido para inducir a error a su rival y el que se equivocó fue él. No fue una falla grave y la posición volvió a estar equilibrada, pero activó el “killer instinct”, el instinto asesino, de Carlsen.

Nepomniachtchi observa, Carlsen se devana los sesos; el noruego revirtió el panorama contra el ruso y logró un triunfo memorable en un cruce agotador.
GIUSEPPE CACACE


Nepomniachtchi observa, Carlsen se devana los sesos; el noruego revirtió el panorama contra el ruso y logró un triunfo memorable en un cruce agotador. (GIUSEPPE CACACE/)

Cualquier otro jugador habría estado feliz de concertar tablas. De hecho, la ventaja era nominal y no se veía cómo se podía progresar. Pero el noruego, aun con escaso tiempo remanente, una y otra veces eludía las tablas e intentaba exprimir las piedras. Con astucia esperó hasta último momento para, como un prestidigitador, exponer un plan ganador que no vieron los expertos maestros comentaristas ni las computadoras.

Nepo, con una mueca de horror, vio que las tablas aparentes se trastocaban como por arte de magia en una derrota inexorable. Queda claro que fue una lucha titánica, y que aunque el match está lejos de haber quedado definido, ahora Carlsen es quien dicta el ritmo. Como un equipo de fútbol que gana por 1 a 0, el noruego puede replegarse y defender en busca del contraataque, mientras quien tiene que salir a arriesgar es el que hasta ahora se defendía.

El remate de la colosal victoria de Carlen sobre Nepomniachtchi en la sexta partida del Mundial.
El remate de la colosal victoria de Carlen sobre Nepomniachtchi en la sexta partida del Mundial.


El remate de la colosal victoria de Carlen sobre Nepomniachtchi en la sexta partida del Mundial.

En esta posición, Carlsen con blancas jugó 133. e6! aprovechando que si la dama capturaba la torre (133... Dxf5) seguía un jaque doble de caballo en g7 que ganaría la dama. La partida continuó: 133... Dg6 134. Tf7! Rd8 (no servía 134... Dxe6 135. Cg7+ Rxf7 136. Cxe6 Rxe6 137.Rg5, ganando) 135. f5 Dg1 136. Cg7, y Nepo abandonó. La dama negra podía dar algunos jaques, pero no evitar que el rey blanco se refugiara en g8, después de lo cual se ganaría fácilmente avanzando el peón rey. Una definición monumental de Carlsen.