Mundial de Ajedrez: Ian Nepomniachtchi y Ding Liren cometen tantos errores que si jugara Magnus Carlsen vapulearía a los dos

Ian Nepomniachtchi y Ding Liren sostienen un enfrentamiento tan apasionante como plagado de errores en el Campeonato Mundial de Ajedrez.
Ian Nepomniachtchi y Ding Liren sostienen un enfrentamiento tan apasionante como plagado de errores en el Campeonato Mundial de Ajedrez. - Créditos: @Lennart Ootes

Faltando una sola partida para terminar el match por el Campeonato Mundial de Ajedrez en Astana, Kazajistán, el ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren se encuentran empatados en 6,5 puntos. Si esa última partida, que se jugará este sábado, y en la que Ding llevará las piezas blancas, finalizare en tablas, se jugará un desempate de partidas rápidas. Los errores graves de ambos jugadores son el factor que está marcando el encuentro.

Nepo estaba siendo el más regular de los dos, y mantenía la ventaja mínima hasta la –para él– fatídica partida 12. En ella el ruso, con las piezas negras y ante el errático juego de Ding, asumió la iniciativa y obtuvo una clara ventaja con perspectivas de ataque al rey, pero en el momento crítico, cuando más tenso estaba el desarrollo, cometió una serie de groseras equivocaciones que no le permitieron siquiera lograr unas tablas. Así, el match quedó nivelado, y la partida 13 fue un empate de compromiso. Para Nepo fue un golpe psicológico brutal.

Las jugadas de la impactante partida 12

Si hubiera ganado la partida 12 sería virtualmente campeón, pero al perderla, todo volvió a fojas cero. Ahora lo mejor que puede hacer es lo que planea realizar: tratar de empatar la partida que queda e ir al desempate de rápidas, modalidad en la que tiene antecedentes de mayor destreza que su rival.

Ding se encuentra ante una gran oportunidad. En el capítulo 12 tuvo un mérito; aunque no estaba jugando bien, supo mantener suficientemente complicada la posición como para que Nepo nunca tuviera una dirección clara de juego, y esa resiliencia le valió un inesperado regalo. Ahora en igualdad de condiciones, tiene la posibilidad de presionar con blancas en la última partida.

En Astana, la capital de Kazajistán, Nepomniachtchi y Ding protagonizan un match apasionante por paridad y por golpes de escena.
En Astana, la capital de Kazajistán, Nepomniachtchi y Ding protagonizan un match apasionante por paridad y por golpes de escena. - Créditos: @Lennart Ootes

Es obvio que los nervios de los jugadores están teniendo demasiada incidencia en la justa. Hasta cierto punto es natural que así sea. Pero que los errores reemplacen a la maestría técnica no es un buen indicio para el match ni para el futuro campeón. Da la sensación de que Magnus Carlsen vapulearía a ambos. Si uno observa el historial de los campeones del mundo, ve también una historia del carácter de los campeones.

El carismático Magnus Carlsen es el mejor ajedrecista post Garry Kasparov; da la impresión de que el talentoso y sólido noruego, que renunció a defender su condición de campeón mundial, vencería ampliamente tanto a Nepomniachtchi como a Ding.
El carismático Magnus Carlsen es el mejor ajedrecista post Garry Kasparov; da la impresión de que el talentoso y sólido noruego, que renunció a defender su condición de campeón mundial, vencería ampliamente tanto a Nepomniachtchi como a Ding.

Emmanuel Lasker, hace más de cien años, discutía con el joven Albert Einstein sobre física. Éste comentó, años después, que él se limitaba a escuchar, porque Lasker no tomaba de buen grado que lo contradijeran. Raúl Capablanca no estudiaba las aperturas; tan seguro estaba de superar a sus adversarios. Alexander Alekhine era feroz e incansable a la hora de competir. Mikhail Botvinnik, el patriarca del ajedrez ruso, era inconmovible cuando jugaba, y a la edad de setenta años hacía la vertical, mientras desafiaba a los jóvenes a que hicieran lo mismo. Bobby Fischer siempre jugaba a ganar, nunca se avenía a conceder tablas; incluso en una ocasión siguió jugando cuando quedaban solamente los reyes en el tablero. Más cercanos en el tiempo, con personalidades opuestas, Anatoly Karpov, con temperamento de hielo, y Garry Kasparov, un volcán, fueron los dos grandes campeones.

En cambio Nepo y Ding, hasta el momento, dan una imagen de fragilidad. Veremos si el que termine coronándose campeón estará a la altura de sus antecesores.