¿Le ha preguntado Movistar a Annemiek van Vleuten que le parece aliarse con los saudíes?

Cycling: 104th Tour de France 2017 / PC Team MOVISTAR
Eusebio UNZUE (ESP) Manager Team Movistar / 
Team Movistar (ESP)/ Press Conference/ Rest Day/ TDF/ (Photo by KT/Tim De Waele/Corbis via Getty Images)
Eusebio Unzúe, cabeza visible de Abarca Sports, la estructura que patrocina Movistar, en una foto de archivo/ (Photo by KT/Tim De Waele/Corbis via Getty Images)

En 2019, la Real Federación Española de Fútbol anunció que las próximas ediciones de su Supercopa se jugarían en formato de Final Four a celebrarse, como sede fija, en Arabia Saudí. La decisión levantó todo tipo de críticas: en aquel entonces, las mujeres ni siquiera podían entrar en los estadios de fútbol y lo más que consiguió este blanqueamiento de un régimen tiránico, misógino y fundamentalista fue que sí, que pudieran entrar, pero en zonas segregadas, lejos de las miradas de los hombres.

Arabia Saudí es un país abyecto en su manera de entender el mundo. Si disientes de su monarquía, puedes acabar como el periodista Jamal Kashoggi, descuartizado en un consulado. Si escribes tuits contra el régimen, aunque sea desde otro país, te puede pasar lo mismo que a Saad Ibrahim Almadi este mismo mes, condenado a dieciséis años de prisión a su vuelta por desacato a las autoridades. Almadi, por cierto, cuenta con 72 años.

Aunque es cierto que se han producido pequeños avances desde la llegada del príncipe Mohammed ben Salman, el papel de la mujer en la sociedad sigue estando supeditado en el día a día a las decisiones del hombre: el nihab ya no sea obligatorio, pero es la norma en la mayor parte del país; las mujeres no pudieron conducir hasta el mismo 2019 y aún a día de hoy no pueden casarse sin el permiso de un tutor masculino.

En cuanto al deporte, Arabia Saudí no mandó un equipo femenino a los Juegos Olímpicos hasta 2012. Sus cuatro miembros tuvieron que participar con el cuerpo totalmente tapado. En la última edición de Tokio 2020, la representación se limitó a dos integrantes: la velocista Yasmeen Al-Dabbagh y la judoka Tahani Alqahtani. En cuanto al ciclismo femenino, las mujeres solo pudieron subirse a una bicicleta en 2013 y la primera carrera se disputó en abril de 2018. Obviamente, no hay ninguna corredora profesional ni parecido.

GUÍA | Los pasos que tienes que seguir para poder ver un vídeo no disponible por tus preferencias de privacidad

Bien, con esta gente acaba de firmar Abarca Sports, la compañía que está detrás del equipo Movistar, un acuerdo de colaboración "a todos los niveles". Se supone que van a ayudar a la federación saudí de ciclismo en tareas de formación, sin especificar en el comunicado si eso va a incluir un proyecto sólido de desarrollo del ciclismo femenino o si seguirá relegado a las catacumbas mientras los príncipes de turno inyectan dinero al equipo de Eusebio Unzúe.

La decisión, sinceramente, es un jarro de agua fría para los valores de la igualdad. Por mucho que presuma de aperturas sociales, Arabia Saudí aún tiene que demostrar mucho antes de lanzarse a colaborar con ellos. Choca especialmente en un equipo -Movistar- cuyos mayores éxitos han venido este año precisamente de su equipo femenino, con la maravillosa Annemiek van Vleuten como gran figura: ganadora de Vuelta, Giro y Tour en un mismo año, una auténtica barbaridad.

A lo largo del año, la superioridad de Van Vleuten y los éxitos en general de las mujeres del equipo invitaban a pensar que podrían cundir de ejemplo para el manejo del equipo masculino. El Movistar femenino no solo era un equipo campeón; era, ante todo, un equipo valiente frente a la prudencia habitual que siempre se ha criticado de Eusebio Unzúe y los técnicos del equipo masculino. Si la semana pasada nos preguntábamos cómo demonios iban a salir del armario los futbolistas cuando sus equipos y sus competiciones estaban plagadas de dinero homófobo, aquí podemos plantearnos una pregunta similar: ¿de qué sirve dar ejemplo como deportistas si tus jefes se alían con los que te quieren ver en la cocina con la pata quebrada?

Seguro que, económicamente, el negocio es redondo, pero ¿dónde quedó la imagen de Movistar? Ya sabemos que eso no importa. Bahrein tiene un equipo entero para ellos. También lo tiene UAE. Ninguno de esos dos países es mucho mejor que Arabia Saudí en el tema de los derechos humanos. Ahora bien, que el mejor equipo femenino o, al menos, el equipo con la mayor estrella -Jumbo probablemente tenga mejor conjunto- vea cómo los que le pagan lo hacen con dinero manchado de misoginia es deprimente. Por supuesto, nadie ha dicho ni mu porque ya lo hemos normalizado, pero de todas las decisiones de Movistar en este 2022 tan extraño, esta ha sido con mucho la más desmoralizante. Con determinada gente, Eusebio, ni a la vuelta de la esquina.

Vídeo | Cuando Emery aprendía el inglés de Birmingham con "Peaky Blinders"

Otras historias que también te pueden interesar: