Miguel Layún, el futbolista que fue víctima, al extremo, del odio de la afición

Miguel Layún consiguió dos campeonatos con América en 2013 y 2014 (Foto: Miguel Tovar/LatinContent via Getty Images)
Miguel Layún consiguió dos campeonatos con América en 2013 y 2014 (Foto: Miguel Tovar/LatinContent via Getty Images)

Todo es culpa de Miguel Layún. Así comenzaba la frase que persiguió al futbolista durante su etapa con las Águilas del América y después en toda su carrera. Lo que comenzó como una tendencia graciosa, después se convirtió en algo peligroso e incontrolable que puso en riesgo hasta a su familia.

Layún, canterano del Veracruz debutó con los Tiburones Rojos en 2007 y dos años después viajó a Europa para jugar con el Atalanta de la Serie A de Italia. Cuando regresó a México, por ahí de 2010, fue fichado por el América en una de sus peores épocas como conjunto y lo primero que hicieron los aficionados fue encontrar un responsable. Ese fue Miguel Layún.

En ese momento nació la mítica expresión que acompañó a Layún durante su faceta deportiva: “Todo es culpa de Layún”. El veracruzano comenzó a recibir el desprecio de los seguidores del América, como si él fuese el único culpable de la racha con la que caminaba el club azulcrema: “Me agarraron de chivo expiatorio. En los medios de comunicación comenzaron con eso y a la gente le hizo click. A partir de ahí inició. Lloré varias veces. Gracias a eso fui con una psicóloga”, narró el defensor en entrevista con el Escorpión Dorado.

El acoso tuvo un límite, en el que gracias a la estabilidad emocional del jugador no se llegó a un intercambio de golpes, pues contó para el Podcast de Yordi Rosado que una vez insultaron a él y a su familia cuando iba a una simple cena: “Iba caminando con mis familiares y esposa. Un tipo me mentó la madre y cuestionó a mis papás del porqué me habían tenido. Ese día quise agarrarme a golpes. Estaba desquiciado”.

En 2011, cuando el dorsal número 19 de las Águilas comenzó a mostrarse en el Estadio Azteca, la suerte le jugaba en contra, pues en un partido que enfrentaron contra Toluca en el Clausura 2011, casi mete un autogol y eso elevó los ánimos de las butacas. Se puso en el ojo del huracán.

El seguimiento mediático hacia Layún como 'responsable' de la 'mala suerte' del América llegó hasta el punto en el que en una ocasión se volvió protagonista de una cápsula televisiva dedicada exclusivamente a burlarse de él. En un partido en el que el Barcelona tuvo una gira por los Estados Unidos y enfrentó a las Águilas, el lateral derecho tuvo acompañamiento de la cámara durante los minutos que jugó.

Se convirtió en la burla de la TV. Algo de lo que él se dio cuenta hasta después. “Había muchos que se acercaban positivamente. Yo noté que otros aprovecharon el momento. Si yo estaba cerca de la jugada ellos gesticulaban ante un error mío para hacerlo más evidente”.

Las situaciones que vivió sirvieron para cambiar el enfoque de la historia, pues luego lo tomó a su favor. En Twitter, publicó un mensaje que le dio la razón a esos “enemigos” que se escondían entre las gradas y detrás de usuarios anónimos en redes: “Se me poncho una llanta!! #todoesmiculpa”, escribió en su cuenta personal como mofa a los que lo atacaban.

Cuando América enfrentó a Cruz Azul en la final del Clausura 2013, Jorge Pietrasanta, narrador del encuentro, centró la atención en el jugador con más presión en la tanda de los penaltis: “Todo será culpa de Layún. La va a tirar Layún. Si Layún lo mete el América es campeón y todo será culpa de Layún”, para su fortuna, el esférico terminó en el fondo de la red y las Águilas consiguieron el título número 12 de su historia.

Hoy en día todas las burlas y bullying que sufrió Layún ayudaron a forjar al futbolista: “Soy lo que soy gracias a ese episodio. Tal vez si hubiera tenido las cosas más cómodas mi historia hubiera sido diferente. No hubiera conocido la capacidad de resiliencia para afrontar las cosas”.

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