El mejor Messi, perdido en una travesía que dejó a PSG en la niebla y con varios interrogantes por resolver

Mbappé y Hakimi en supermercado en un viaje particular antes del duelo con Rennes
Mbappé y Hakimi en supermercado en un viaje particular antes del duelo con Rennes

Una peripecia inusual, una aventura impropia para semejante empresa. Hay cuestiones que están por fuera del poder económico. No hay constelación de estrellas que pueda contra el clima. Lo que mal empezó, mal acabó. Una combinación letal entre un equipo inestable emocionalmente y lo impredecible que puede el pronóstico del tiempo, dejó a París Saint Germain sumido en la niebla deportiva. No corrió riesgo su condición de líder, pero sí perdió su corona de invicto. Claro que resultó un poco más inquietante lo que mostró en la derrota con Rennes por 2-0: un arsenal de recursos ofensivos desaprovechados y un desequilibrio estructural que lo dejó expuesto en los contraataques.

Un particular capricho del destino. Porque además la pérdida del invicto coincidió con lo mejor de Lionel Messi en PSG. Ese primer tiempo, para el 30, fue una producción a la altura de su época de 10. Participativo, directo. Involucrado con la causa. Expresando en acciones su deseo de hacer que este conjunto de estrellas se convierta en un verdadero equipo. Fue, también, la más coordinada sintonía del tridente que compone junto con Kylian Mbappé y Neymar. Especialmente por el sector izquierdo de la cancha. Se asociaron y generaron algunas buenas jugadas (varias de peligro).

La derrota de PSG

Messi dejó un par de veces mano a mano a Mbappé con Gomis, el arquero del Rennes. Y una a Di María. También lo puso a Neymar en una buena posición para convertir en el área, luego de una pared llena de virtuosismo. Luego estrelló un tiro libre en el travesaño que, si entraba, hubiera cambiado el curso del encuentro.

Pero también la antojadiza ventura lo traicionó en la cancha a PSG. En la última jugada, un contraataque preciso terminó con el 1-0 de Gaetan Laborde. El árbitro no dejó que los parisinos repusieran del medio. Se terminó la etapa. Al vestuario a masticar bronca después de 70% de posesión y varias oportunidades claras de gol. Sin poder recuperar la pelota para tomarse revancha. Y tampoco pudo tocarla en el el arranque del segundo tiempo. Porque el que movió del medio fue el local. Y tras cinco toques Flavien Tait volvió a quebrar a Donnarumma. Insólito.

Desde allí ya nada fue igual. Desanimados por su mala estrella, los dirigidos por Pochettino perdieron ritmo e intensidad. Se llenaron de dudas y Messi no fue la excepción, más allá de otro tiro libre con destino de escuadra que se fue por poco.

Es un equipo en formación, suele decir Pochettino, todavía después de 11 encuentros. Ni siquiera tendrá tiempo para trabajar. La ventana internacional traerá a Messi, Angel Di María y Leandro Paredes a Sudamérica.

El jueves próximo estarán en Asunción para jugar con Paraguay; y luego viajarán a Buenos Aires para recibir en el Monumental a Uruguay, el domingo 10, y a Perú, el jueves 14. La el resto de la numerosa legión extranjera de PSG también partirá a diferentes destinos por sus obligaciones nacionales.

El viaje imprevisto

Estaba previsto que todo el plantel de PSG volara a Bretaña el sábado a la noche, sin embargo, las condiciones climáticas provocaron un cambio de planes en el itinerario. El fuerte viento y la intensa lluvia en París obligó a suspender los vuelos nocturnos. Por lo tanto, era necesario hacer una nueva ingeniería para trasladar al grupo para el encuentro con Rennes. Casi todo el plantel estaba en Camp des Loges, el campo de entrenamiento del equipo parisino, para ir desde allí al aeropuerto, pero en ese lugar fueron reubicados en un ómnibus para viajar a Rennes.

Algunos futbolistas ya se habían trasladado al aeropuerto Le Bourget, por su cuenta, pero ante el escenario de no poder viajar y que el resto del equipo estaba rumbo a Rennes en ómnibus, tuvieron que subirse a sus vehículos y desandar los 354 kilómetros que separan París de Bretaña.

Di María deja pasar una buena oportunidad luego de una gran habilitación de Messi; PSG perdió su primer partido de la temporada
LOIC VENANCE


Di María deja pasar una buena oportunidad luego de una gran habilitación de Messi; PSG perdió su primer partido de la temporada (LOIC VENANCE/)

En el camino se detuvieron para comprar algunas previsiones. A unos 35 kilómetros de París, en Trappes, se dirigieron a un supermercado y algunos fanáticos captaron imágenes de los futbolistas comprando allí. Kylian Mbappé y Achraf Hakimi, se quedaron con todas la miradas y los focos, tanto que apareció en las redes sociales una foto de ambos sentados en el piso del lugar junto a las góndolas de las galletitas.

No fue el mejor traslado, el descanso de los futbolistas no fue el ideal para disputar un partido y quizá haya sido uno de los puntos claves para el final de una racha de 8 juegos sin derrotas. Pero nadie puso excusas. Lo que sucedió en la cancha, con la falta de eficacia y la poca fortuna en algunas acciones, fueron el desencadenante para la derrota de un equipo que ya había dado algunas señales de un rendimientos poco confiable en la victoria ante 2-0 frente a Montpellier. “Hay tardes que las cosas no salen y hay que asumirlas. Hay que tomar lo positivo, porque esto nos da una llamada de atención de que los equipos contrarios compiten, de la mejor manera y que también tiene calidad. Es un tirón de orejas para nosotros”, analizó Pochettino, tras la derrota.

Aunque jugó su mejor partido en PSG, Messi se fue con una sensación amarga
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Aunque jugó su mejor partido en PSG, Messi se fue con una sensación amarga (LOIC VENANCE/)

El diario deportivo L’Equipe informó que Kylian Mbappé, Achraf Hakimi, Keylor Navas y Neymar fueron los jugadores que manejaron sus propios vehículos rumbo a Bretaña. Cuando le preguntaron si el traslado incómodo afectó al equipo, Pochettino no dudó. “El principal responsable de esto soy yo -se lamentó-. Estoy molesto porque a nadie gusta perder. Estamos frustrados y decepcionados de no haber transformado nuestras ocasiones y de conceder estos goles. Las cuestiones físicas no nos afectaron. Tuvimos cinco días (desde el partido contra el Manchester City, por la Champions League) . Repito, hicimos 25-30 minutos de muy buena calidad. Teníamos el control del juego. Concedimos el gol en un momento alto nuestro. Y después, cuando comenzamos la segunda parte, inmediatamente estuvimos 2-0 abajo”, dijo el DT de PSG.

Todavía es muy temprano para encender las alarmas. Pero hasta aquí todo (internas, flojos rendimientos), se escudaban en los resultados positivo. Ahora se dio vuelta la ecuación. Tantos partidos ganó sin jugar bien... y esta vez le tocó perder cuando no lo merecía. Hay demasiados recursos para solucionar problemas. Puede haber sido apenas un mal paso. Pero necesita mostrar algo distinto si no quiere que en el futuro se lo recuerde nada más que como un equipo amontonó estrellas.