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Messi no se hizo dueño del equipo porque PSG no se presentó como un equipo en la Champions League

Lionel Messi y un gesto inequívoco: el Paris Saint-Germain (PSG) no pasó del empate en el estadio Jan Breydel de Brujas ante el local
KENZO TRIBOUILLARD

Pasadas la efervescencia y el revuelo que causó su transferencia a Paris Saint Germain, para Lionel Messi llegó la hora de la verdad de la cancha, su lugar preferido si le dan a elegir entre el fútbol y la exposición mediática que inevitablemente genera su figura. Primeros 90 minutos completos tras la media hora del debut frente a Reims. La extrañeza de verlo desde afuera con el N° 30 no es mucho mayor a la que debe haber sentido Messi ante la necesidad de acoplarse a un contexto nuevo, en el que las complicidades y los entendimientos instantáneos son materias pendientes.

De arranque volvió a la ubicación que tantas veces ocupó en Barcelona, con punto de partida sobre la banda derecha, como en sus comienzos y cuando en 2014 se incorporó Luis Suárez para formar el tridente con Neymar. Por entonces, fue Messi el que le propuso a Luis Enrique salir de la posición más centrada para dejársela a Suárez. La fórmula de tres delanteros poderosos y temibles se replica en PSG con Messi, Kylian Mbappé y Neymar.

Lo mejor de Brujas 1 - PSG 1

El día previo, Mauricio Pochettino había dicho que el suyo todavía no es un equipo consolidado, como sí lo es Chelsea. El entrenador habló con conocimiento de causa, no quiso pecar de falsa modestia. Si algo transmitió PSG en el empate 1-1 en Brujas fue falta de sustento colectivo, de sincronización entre las líneas. Fue un equipo demasiado largo, fracturado en el medio, donde Leandro Paredes quedó expuesto por la ausencia de una presión coordinada con los dos interiores (Herrera y Wjnaldum) y una defensa con dificultades para dar un paso al frente y achicar. Una estructura muy permeable, obligada a contrarrestar la poca implicación del tridente para la recuperación de la pelota. Ninguno de los tres marca la primera línea de presión. Solo Neymar cumplió con algunas labores de repliegue con el lateral de su lado.

Amonestado por un foul tras una pérdida, Paredes fue reemplazado para el segundo tiempo por Danilo, un volante central de corte más defensivo. En la búsqueda de mayor cohesión también ingresó Draxler por Wjnaldum. Pochettino intentaba corregir la línea que hace de pegamento en todo equipo.

PSG sufrió mucho con la movilidad y el atrevimiento de Brujas. Le aparecían rivales por todos lados en las veloces transiciones. En sus primeros movimientos profundos, Messi combinó más con Mbappé. Con una asistencia a espaldas de los centrales dejó al francés en situación de definición, pero el remate fue tapado por el arquero Mignolet.

Messi lucha por el balón con el defensor colombiano Eder Álvarez Balanta: el exRiver lo siguió de cerca
KENZO TRIBOUILLARD


Messi lucha por el balón con el defensor colombiano Eder Álvarez Balanta: el exRiver lo siguió de cerca (KENZO TRIBOUILLARD/)

Messi se movía como uno más, no se sentía dueño del equipo. Con rápidos repliegues, Brujas tapaba el juego interno de PSG. Lúcido lector del juego, Messi interpretó que la media distancia era un recurso necesario. En uno de sus clásicos recortes hacia adentro, sacó un zurdazo que se estrelló en el travesaño.

El gol de PSG había llegado al gol con una incursión por la derecha de Mbappé, con enganche y centro para la llegada desde la segunda línea de Ander Herrera. Ni con el 1-0 PSG tuvo tener el gobierno del desarrollo. Brujas movía mucho la pelota y sus ataques en ráfagas complicaban al rival. No sorprendió el empate de Vanaken ante un PSG que no tomaba las marcas.

En el primer tiempo, PSG había sido más noticia por sus fisuras que por el peso decisivo de su tridente, que de todas maneras no dejaba de ser una amenaza. Cualquier aparición aislada podía tener su reflejo en el marcador, más que en el concepto global del juego.

El tridente Neymar, Mbappé y Messi; falta más entendimiento y soporte colectivo del resto
KENZO TRIBOUILLARD


El tridente Neymar, Mbappé y Messi; falta más entendimiento y soporte colectivo del resto (KENZO TRIBOUILLARD/)

Una variante forzada fue la salida de Mbappé a los cinco minutos del segundo tiempo, con una lesión en el tobillo izquierdo. Ingresó Mauro Icardi, que formó una doble punta con Neymar, mientras Messi se paró más de enganche, tuvo más contacto con la pelota, como ocurre en el seleccionado. Se juntó con Neymar y un remate de Leo fue despejado por Mignolet. En su radar también aparecía Icardi como un socio. Pero a esas alturas ya quedaba claro que el partido era muy dificultoso para PSG. Los belgas contabilizaron 16 remates (7 al arco) contra 9 (4) de PSG.

Por la velocidad de Brujas, Messi llegó a tarde a una pelota dividida y cometió un foul de amonestación a Rits. La planilla del rosarino indicó que hizo una falta más (2) de la que recibió (1). Quedó un remate más de Messi que salió desviado. Hubo poco de Neymar, sin explosividad en el uno contra uno, más esforzado que determinante. Se le va poniendo físico de veterano al brasileño.

Después de 120 goles en 149 partidos con Barcelona por la Champions League, Messi tuvo un debut europeo en un PSG que dejó más de una duda. Si habría que calificarlo a Leo, no pasó el 6. El tridente podrá meter miedo, pero el equipo no es todo lo bueno como para ahorrarse sustos.