Martinete, el castigo de la lucha libre que fue prohibido en México por su letalidad

The Undertaker le aplica un martinete a Bray Wyatt en 2015. (Don Feria/AP Images for WWE)
The Undertaker le aplica un martinete a Bray Wyatt en 2015. (Don Feria/AP Images for WWE)

El martinete es uno de los castigos más peligrosos en la lucha libre profesional. Debido a su letalidad, permanece prohibido en el pancracio; puede acabar con vidas y provocar múltiples lesiones. Y es que conlleva un gran riesgo en su ejecución: busca azotar la cabeza del luchador directo en la lona. Existen formas seguras de realizarlo; aunque en México, eso parecía un simple mito.

The Undertaker expandió el martinete a nivel global, en las últimas décadas, en la WWE. Cargaba a los oponentes boca abajo con tal de golpearlos sobre el cuadrilátero. Pero debía proteger el cuello del rival con las piernas para no ponerlo en peligro, así cuidaba sus cervicales y minimizaba la caída. Sin embargo, si lo aplicaba mal, podría haber lesionado de gravedad a sus contrincantes. Nunca lo hizo.

Eso le sucedió a “Stone Cold” Steve Austin. En 1997, cuando tenía 33 años y era la mayor estrella de la WWE, recibió dicho castigo de Owen Hart y terminó con el cuello roto. Pese a que ganó el combate, permaneció paralizado por minutos. Apenas logró sostenerse en pie. Luego del incidente, su trayectoria se acortó significativamente; se retiró en 2003, nunca volvió a ser el mismo.

En México no ha sido la excepción. Dado que es uno de los movimientos más polémicos en el circuito, y que derivado de su mala práctica expone la salud de los gladiadores, gobiernos lo han prohibido dentro de sus reglamentos oficiales. Tijuana, Monterrey y Ciudad de México son las ciudades de la República en donde un réferi, apegado a las normas, puede descalificar a un gladiador por ejecutarlo. En carteles del resto del país suelen apegarse, sin omisión, a los lineamientos establecidos.

El caso más reciente fue el de Pagano, quien el 18 de febrero fue conectado con la movida sobre una silla. Dado que no protegieron su cuello al impactarlo en el ring, quedó inmóvil de inmediato. Los médicos le diagnosticaron trauma medular; por lo que fue operado con urgencia. Le descomprimieron la columna vertebral y estará fuera de los encordados por tiempo indefinido.

No obstante, la situación obedecía a una historia que culminó de una forma inesperada: con la lesión legítima del apodado Noa Noa Style en el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera de Ciudad de México. El reglamento no entró en vigor porque el encapuchado que lo atacó no estaba involucrado en el choque de parejas. Asimismo, el réferi se mantenía noqueado. Ese fue el motivo por el que aún con Pagano gravemente herido, Psycho Clown terminó el compromiso en desventaja ante Chessman y Negro Casas.

A partir de los noventa, tres atletas lo adoptaron como un sello personal para imponer condiciones en el deporte-espectáculo: Love Machine, Abismo Negro y Universo 2000. En ocasiones, lo ejecutaban sin escrúpulos, pues lucía devastador ante la mirada de los espectadores. Hasta que el acto comenzó a ser perjudicial para aquellos que recibían el daño cervical.

El estadounidense Art Barr, que compitió con el nombre de Love Machine en el Consejo Mundial de Lucha Libre y Lucha Libre Triple A, sostuvo una rivalidad con Blue Panther que acabó de la forma más polémica posible: perdió su máscara porque aplicó un martinete. Provocó que El Maestro Lagunero abandonara la Arena México en camilla, mientras él mostraba su rostro frente a las cámaras.

“Esto es merecido, está proscrito de la lucha libre profesional. Esto es ilegal, puede tener repercusión a nivel de vértebras cervicales y médula ósea, esto no se vale”, indicó el comentarista Alfonso Morales durante la transmisión de 1992. “Fue un martinete, está prohibido completamente en la lucha libre. El señor no lo entendió. Lo siento”, agregó el réferi Roberto “El Güero” Rangel.

Eventualmente, Blue Panther volvió a la actividad física; Love Machine continuó compitiendo con normalidad, hasta que falleció por un paro cardíaco en 1994. En suma, Abismo Negro fue otro de los exponentes de la movida. Tanto así que, a menudo, era conocido como El Rey del Martinete en Triple A. En 1998, lesionó a Jorge Brenan, presentador de televisión del programa Duro y Directo.

Junto a su hermano Antonio, Brenan luchó por única vez frente a Abismo Negro y Pentagón en una jaula de acero. Tras el ataque, se convulsionó y recibió atención médica; optó por nunca volver al pancracio. “En una lucha en jaula está permitido, es una lucha callejera. Estábamos en la guerra. El señor no tenía un cuello preparado, luchísticamente hablando, yo no tuve la culpa”, declaró el gladiador.

Universo 2000 efectuó su propia variante del martinete, la llamó “El Martillo Negro”. Con ella, dejó fuera de circulación al Rayo de Jalisco Jr. en 1999. "Estuve parapléjico por 28 días. No podía mover ninguna parte del cuerpo. Me rompió los músculos del cuello, varios discos de la columna vertebral. Me pusieron una placa de titanio, hasta la fecha la llevo, toda mi vida me voy a acordar de Universo 2000 porque estuvo a punto de retirarme de la lucha libre", reveló a Excélsior.

Con la misma maniobra, rapó y retiró al mítico Perro Aguayo en 2001. Roberto Rangel no lo sancionó, sino que, a diferencia de su decisión con Love Machine, lo reconoció como justo ganador. Una vez finalizada la batalla, el Dr. Alfonso Morales entrevistó al luchador y este le indicó que se trataba de “un castigo nuevo en la lucha libre”.

Tres años después, Universo 2000 no corrió con la misma suerte. Tal como Art Barr, vio caer su incógnita por descalificación. Clavó la cabeza de Canek sobre la lona, de ahí que el juez Rafa “El Maya” lo despojó del triunfo y lo obligó a quitarse la capucha. ”Donde te vea que me vas a referear, soy capaz de matarte aunque me tengan que castigar o correr de la lucha”, expresó.

Pero, la muerte fue la consecuencia más severa de un martinete. Cometa Tapatío falleció a raíz de uno en Guadalajara, Jalisco; lo recibió de Black Psycho en 2012. No consiguió acomodar su cuello a tiempo para resguardarlo. En su lugar, se lastimó las cervicales. Luego de una intervención quirúrgica y ocho días en el hospital, perdió la vida.

Muchos podrán catalogar al pancracio como una farsa, porque a diferencia del boxeo y las artes marciales mixtas, está guionizado. Es cierto, no deja de simbolizar entretenimiento. Pero, al fin y al cabo, es combate. Los golpes y castigos son reales; con tal de cuidar el bienestar físico de los deportistas, hay reglas que jamás deben romperse entre las cuerdas.

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