Mariano Rivera, el lanzador panameño que conquistó Nueva York y Estados Unidos

Mariano Rivera tuvo tal impacto que los New York Yankees retiraron el número 42 de por vida. (Foto: Jim McIsaac/Getty Images)
Mariano Rivera tuvo tal impacto que los New York Yankees retiraron el número 42 de por vida. (Foto: Jim McIsaac/Getty Images)

La virtud de un deportista no siempre se traduce en la participación inicial, también puede llegar cuando se necesita salvación. Esto es lo que define al ex lanzador panameño de los Yankees, Mariano Rivera, aquel que conquistó a Nueva York y Estados Unidos, y que además es considerado por muchos como el mejor cerrador en la historia de la Major League Baseball (MLB).

Su leyenda con los Yankees de Nueva York, una de las franquicias deportivas más importantes en todo el mundo, se escribió gracias a sus 5 anillos de campeonato y a sus 652 salvaciones en 19 años en Grandes Ligas (cifra que lo coloca como el mejor en toda la historia en ese rubro).

The Sandman tocó el cielo desde la tierra que conforma el montículo. Disputó 13 veces el All Star Game y en 2019 se convirtió en el primer jugador en la historia de la MLB en ser elegido de forma unánime para unirse al Salón de la Fama de Cooperstown: obtuvo el 100% de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de América: todo ello siendo un latino en tierra ajena.

Donald Trump otorgándole La Medalla Presidencial de la Libertad a Mariano Rivera. (Foto: MANDEL NGAN/AFP/Getty Images)
Donald Trump otorgándole La Medalla Presidencial de la Libertad a Mariano Rivera. (Foto: MANDEL NGAN/AFP/Getty Images)

Debutó en 1995 como abridor y se retiró en 2013 como relevista leyenda. El Yankee Stadium lo ovacionó en más de una ocasión y Estados Unidos lo reconoció con la La Medalla Presidencial de la Libertad, considerada la condecoración civil más importante del país. En 2019 Donald Trump se la dio, mismo año en el que entró a Cooperstown.

Durante la ceremonia de su ingreso al olimpo de los beisbolistas, el ex salvador recordó a su natal Panamá y dedicó la hazaña a sus raíces latinas; se mostró orgulloso por haber crecido en dónde lo hizo, pese a las adversidades que enfrentó. Y no es para menos solo hay 18 nacidos en Latinoamérica en la exclusiva lista.

“A todo el pueblo panameño, a todo el fanático latinoamericano, esto es de ustedes. Gracias, los amo mucho de una manera especial. Para mi Panamá querida, algo especial que aprendí a hacer, fue siempre donde iba a representar a Panamá, dar lo mejor de mí. Gracias por permitirme crecer en esa República hermosa; a Puerto Caimito, a mi familia de Puerto Caimito, porque me enseñaron a vivir, a aceptar la crianza que me dieron mis padres”, afirmó la leyenda Yankee en el discurso que dio cuando fue ingresado al Salón de la Fama.

La bandera panameña no se ausentó en el día que Rivera fue ingresado al Salón de la Fama. (Foto: Alex Trautwig/MLB Photos via Getty Images)
La bandera panameña no se ausentó en el día que Rivera fue ingresado al Salón de la Fama. (Foto: Alex Trautwig/MLB Photos via Getty Images)

Las raíces humildes que forjó durante su crecimiento en Panamá no lo dejan. En la actualidad el panameño está dedicado a la Fundación Mariano Rivera, la cual fue creada en 1998 para apoyar infancias y juventudes de escasos recursos económicos. La ayuda se hace a través de becas, programas, eventos de caridad y ayuda en casos de desastre.

Él mejor que nadie sabe lo que es pelear contra contextos desfavorecidos. Aunque es uno de los atletas más exitosos de su nación, no pierde el sentido de empatía con aquellos que comparten lo que un día tuvo que sufrir, pues los lujos o la vida "resuelta" es algo con lo que no gozó el Hombre de Arena.

Ahora ya no salvo juegos, ahora salvo vidas. Si enfocamos nuestros esfuerzos en dar oportunidades a los niños bajo programas de educación integral fundamentados en principios y valores, realizaremos el propósito más trascendente de nuestras vidas: brindar la posibilidad para crear un futuro mejor en las sociedades donde logremos impacta”, dijo en conferencia de prensa.

Rivera supo ganarse el corazón de una afición que guarda a múltiples leyendas en su memoria.  (Foto: Elsa/Getty Images)
Rivera supo ganarse el corazón de una afición que guarda a múltiples leyendas en su memoria. (Foto: Elsa/Getty Images)

Rivera nació en Ciudad Panamá el 29 de noviembre de 1969. La aldea en la que creció, Puerto Caimito, no es como las metrópolis; es más bien una localidad de tradición pesquera y humilde. Esa condición orilló a niños como Mariano a crear su diversión. Se hacían bates con ramas de los arboles, guantes y protección a base de cartones y las pelotas estaban forradas de redes para pescar. Así eran los elementos con los que un joven Mariano incursionó en el Rey de los Deportes.

Pese a que también mantenía interés por el fútbol, decidió terminar esa carrera por las lesiones. Intentó incursionar en la pesca para subsistir, al igual que su padre y así se mantuvo por 3 años, y aunque catalogaba a este oficio como algo sumamente difícil, lo tenía que hacer, la vida no estaba resuelta.

El béisbol lo acompañó como un hobbie y no como un camino para triunfar. Se unió a los Vaqueros de la provincia de Panamá Oeste. No tenía un rol, no era el pitcher estrella que hoy sabemos que fue, se desempeñaba como jardinero, o como cualquier otra cosa.

Mariano Rivera tuvo una longeva y exitosa carrera con los Yankees.  (Foto: Ron Vesely/MLB Photos via Getty Images)
Mariano Rivera tuvo una longeva y exitosa carrera con los Yankees. (Foto: Ron Vesely/MLB Photos via Getty Images)

Fue la polivalencia lo que lo llevó al montículo tras una pésima actuación del lanzador estelar. Aquello que fue la “aventura de un solo día”, le mereció una oportunidad para ser visoreado por un scout de los Yankees de Nueva York.

Herb Raybour, scout de los Yankees lo miró pero no reconoció potencial como shortstop. Después lo observó como pitcher y pese a las anomalías vio una incipiente estrella: en 1990 firmó en calidad de jugador amateur por una cantidad cercana a los 2,500 dólares.

No demostraba ser especial, al grado que hubo un momento que los Bombarderos del Bronx lo pusieron como un elemento disponible para traspaso cuando ni siquiera había llegado a Grandes Ligas. Su permanencia no estaba garantizada pero siguió escalando. Supo aguantar, y por fin, ‘Apaga y Vámonos’, debutó como abridor de los Yankees el 23 de mayo de 1995, bajo el mánager Buck Showalter, en un partido contra los Angelinos.

Enter Sand Man, canción del grupo Metálica era parte del ritual con el que Rivera anunciaba su ingreso al diamante. La gente nunca dudaba en aplaudir, y mucho menos lo hizo aquel 26 de septiembre de 2013 cuando se subió al montículo por última vez.

Su hito se consolidó y conquistó a todo Nueva York, a Estados Unidos y al mundo entero. Aquel joven panameño de raíces pescadoras hizo que el orbe entero se parara y aplaudiera el legado que construyó como el mejor cerrador de todos los tiempos.

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