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Marcos Rojo tiró botellas a los hinchas de Gimnasia en medio del caos del gas lacrimógeno

Marcos Rojo, habitual capitán de Boca pero identificado con Estudiantes por su pasado, ofrece una botella de agua a hinchas de Gimnasia agobiados por gases lacrimógenos en el Bosque de La Plata.
Marcos Rojo, habitual capitán de Boca pero identificado con Estudiantes por su pasado, ofrece una botella de agua a hinchas de Gimnasia agobiados por gases lacrimógenos en el Bosque de La Plata. - Créditos: @Captura de pantalla

LA PLATA.– En medio del caos y la desesperación por los gases lacrimógenos lanzados por la policía bonaerense fuera del estadio en ocasión de Gimnasia vs. Boca, una actitud de un protagonista llamó la atención. Positivamente.

El partido por la Liga Profesional de Fútbol ya había sido detenido –luego sería suspendido– y miles de hinchas del Lobo en las colmadas tribunas del estadio de La Plata sufrían las consecuencias de la sustancia que se utiliza para dispersar a revoltosos. Ya los planteles y los cuerpos técnicos se retiraban hacia los vestuarios, incluso entre muchos espectadores que habían saltado al campo de juego, cuando Marcos Rojo se solidarizó con simpatizantes triperos.

Que no son ciertamente simpáticos para con el ahora capitán de Boca –en este caso, ausente del partido por una lesión–, por su pasado como defensor de Estudiantes de La Plata. Rojo, a punto de sumergirse en la escalera que conduce al camarín visitante en el estadio del Bosque, reparó en el malestar del público en una popular y le arrojó tres botellas de agua para que calmara el ardor.

Los gases lacrimógenos producen esa sensación agobiante, que provoca además mucha tos y, por supuesto, lágrimas. Y por ende, un irrefrenable impulso a salir de la zona afectada por la sustancia. A ella había recurrido la policía bonaerense por los disturbios que había en los accesos al estadio, en principio a raíz de una sobreventa de entradas por parte del club local.

Rojo, mundialista en Brasil 2014 y Rusia 2018, es conocido por su temperamento y por excesos tanto en las canchas como fuera de ellas. Sin embargo, la situación desesperante de hinchas prácticamente archirrivales lo movió a socorrerlos.