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Que tanta paz lleve Marc Soler como descanso deja en Movistar

Spain's Marc Soler celebrates winning the stage 4, 168.7 km loops around Estavayer-le-Lac during the Tour de Romandie UCI World Tour 2021 cycling race on April 30, 2021 in Estavayer-le-Lac. (Photo by Fabrice COFFRINI / AFP) (Photo by FABRICE COFFRINI/AFP via Getty Images)
Photo by FABRICE COFFRINI/AFP via Getty Images

El deporte profesional exige mucho. Es complicado ser un tipo conformista y campechano, y triunfar en la más alta competición. Parece que Marc Soler lo entendió perfectamente y lo que sabemos de él apunta a un corredor ambicioso, en ocasiones incluso problemático, pero a la vez con mente frágil y dificultad para la agonía. Marc Soler no es Enric Mas, vaya. Montó el numerito público en la Vuelta de 2020 cuando iba escapado y le obligaron a parar para ayudar a Nairo Quintana y no quedó nada bien en el territorio presuntamente privado de los distintos documentales de Movistar.

Marc Soler es el típico que se mete con los mecánicos, el que cuestiona las tácticas y el que cuando se queda del grupo, se cruza y dice: "No voy, me bajo". Promesa del ciclismo español desde que en 2015 ganara el Tour del Porvenir, Soler tuvo su momento definitorio en 2018, cuando se impuso en la París-Niza y pareció que sí, que iba para adelante, que estábamos ante un campeón con todas las letras. Nos equivocábamos. A sus 27 años, aún no sabemos muy bien qué clase de corredor es: no destaca en las contrarrelojes, le cuesta aguantar con los mejores en las grandes subidas, tiene cierta habilidad para filtrarse en fugas pero no tanto para rematarlas...

Soler podría ser uno de esos corredores que se va labrando un palmarés a base de etapas o clasificaciones destacadas en vueltas de cierto nivel, pero ya se sabe que cuando uno destaca de joven y corre en Movistar, todo lo que no sea subir al podio del Tour sabe a poco. Y el caso es que la historia de Soler con las grandes vueltas ha sido una historia de constantes fracasos. Profesional desde el mismo 2015, lo más que ha conseguido Marc en todos estos años es un noveno puesto en la Vuelta de 2019. Por una razón o por otra -la mala suerte también influye- se ha tenido que retirar de las últimas tres en las que ha competido. Quizá su gran oportunidad habría sido el Giro del año pasado, en el que partía en la planificación como único cabeza de filas, pero Unzúe prefirió llevarlo a Francia junto a todo el arsenal navarro. Pronto se vino abajo y aun así casi logra acabar entre los veinte primeros.

El problema, en definitiva, de Marc Soler ha sido todos estos años la indefinición. Igual que decía antes que no sabíamos qué hacía bien, es justo decir que tampoco está claro qué hace mal. No es un pésimo contrarrelojista, escala aceptablemente y, ya quedó dicho, se maneja bien en la lectura de carrera. Si fuera un poco peor en cada una de esas cosas, ya sabríamos dónde ubicarlo: un buen gregario a lo Carlos Verona, quizá con opción de ganar alguna etapa. Marc Soler es una expectativa andante porque siempre te da la sensación de que puede acabar explotando... y ese momento no llega nunca. Con los años, esa frustración del aficionado, esa frustración del entorno de Movistar sin duda ha tenido que trasladarse al propio corredor.

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Uno ve "El día menos pensado" y cada vez que aparece Soler está pidiendo perdón o le están echando una bronca por algo que ha hecho. Su gesto es siempre de no entender lo que está pasando, de una continua desintonización con la realidad, un "no sé qué queréis que haga" que se repite carrera a carrera, plano a plano. Está claro que este chico necesitaba un cambio y está claro también que en su equipo habrán estado encantados de que él haya tomado la decisión. De entrada, pese a tener que retirarse en Giro y Tour y al gran papel que hizo en la edición del año pasado, Soler ni siquiera se ha presentado a la Vuelta de este año.

Acabado el periplo en Movistar, Soler tiene la oportunidad de empezar de cero cobrando un buen dinero en el UAE, el equipo de Tadej Pogacar, que se está poniendo las pilas de cara al año que viene porque se ve que no consideran que ganaran el Tour con suficiente ventaja. Ese empezar de cero le va a venir de maravilla, la verdad, o esa pinta tiene. Tendrá que cuidar el carácter, pero por un lado se va a quitar el peso de las expectativas de encima y por otro lado ya se sabe que correr en equipos de Joxean Matxin siempre es positivo a la hora de disfrutar de segundas oportunidades en tu carrera. Y, si no, que se lo pregunten a Juanjo Cobo.

Coincidirá de paso en el equipo con Juan Ayuso, la gran perla del ciclismo español y ganador del Girino de este año. En principio, eso también le viene bien porque la prensa andará exigiendo al chaval y a él le dejarán un poco en paz. Además, el UAE no hace documentales sobre sus temporadas, así que todo son ventajas. Ojalá que, de verdad, Soler encuentre el revulsivo que necesita para levantar una carrera que se acaba. Llevamos un montón de años oyendo hablar de él pero aún le quedan cuatro o cinco en la élite sin problema. En cuanto se defina como corredor y se deje de reivindicaciones, todo será más fácil.

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