Manu Ginóbili ingresa al Salón de la Fama, y Fabricio Oberto cree que su amigo será autoexigente hasta con su discurso: “Su legado lo verán otras generaciones”

Amigos dentro y fuera de la cancha de básquetbol: Oberto y Ginóbili, durante la ceremonia de retiro de la camiseta N° 20 de Manu de los Spurs; el bahiense este sábado ingresará en el Salón de la Fama
Amigos dentro y fuera de la cancha de básquetbol: Oberto y Ginóbili, durante la ceremonia de retiro de la camiseta N° 20 de Manu de los Spurs; el bahiense este sábado ingresará en el Salón de la Fama - Créditos: @instagram

SPRINGFIELD, Massachusetts.- “No hubo un premio individual que no los haya tomado como de equipo (…) Estoy acá por las virtudes de los grupos que integré”. Manu Ginóbili , que oficialmente esta noche se convertirá en el primer argentino en ingresar en el prestigioso Salón de la Fama del básquetbol (Naismith Memorial Basketball Hall of Fame), es consciente del peso individual que tuvo su figura, pero no deja de ponderar la influencia directa que tuvieron sus compañeros (en la selección, en San Antonio, en Kinder Bolonia…). Y así lo tomó durante estas horas de celebración: al bahiense, además de su familia, lo acompañan antiguos compañeros de batallas, como Luis Scola, Tony Parker, Pepe Sánchez, Julio Lamas, Tim Duncan (será quien presente a Manu antes del discurso). Y también Fabricio Oberto, claro, su mejor aliado.

Manu Ginóbili, antes de ingresar en el Salón de la Fama del básquetbol: “Después de esto no viene nada más, es irreal”

“Es un fin de semana especial. Poder estar acá, con los chicos, estar celebrando a Manu … Pero también es un lugar del básquet, del equipo, de lo que pasó en todos esos equipos que él los remarca continuamente, diciendo que no estaría acá si no hubiera sido por los grandes equipos que tuvo. Y eso hace que la ocasión sea todavía más grande”, le dice Oberto, a LA NACION, uno de los mejores socios de Manu de la Generación Dorada, dentro y fuera de la cancha.

Fabricio Oberto y Manu Ginóbili posan para los medios durante el Spurs Media Day en San Antonio, Texas el 29 de septiembre de 2006
Fabricio Oberto y Manu Ginóbili compartieron equipos en el seleccionado y, también, en los Spurs

Manu y Fabricio, el escolta y el pivote, potenciaron su amistad integrando el plantel de la selección Sub 22 en el Mundial de Melbourne 1997. Desde entonces, la amistad se volvió inquebrantable . Compartieron -y hasta se enfrentaron- en todas las finales importantes que el básquetbol puede tener a nivel selección, NBA y liga europea. Porque a nivel clubes, por ejemplo, Ginóbili salió campeón de la Euroliga 2001, con Kinder Bolonia, venciendo en la final Tau Cerámica, de España, que tenía como figura a…, Oberto. La vida los llevó a juntarse en San Antonio, donde compartieron la obtención del anillo en 2007, a Cleveland. En el seleccionado jugaron finales de Mundial y de Juegos Olímpicos. Pero, sobre todo, fue Ginóbili una de las personas que más cerca estuvo del cordobés cuando éste debió operarse por problemas cardiacos .

“Entrar en el Hall of Fame le da una sensación de perpetuidad. Ya entra en un Olimpo muy exclusivo -sentencia Oberto-. La medalla de oro (de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004) te pone en un lugar altísimo, pero esto te da un pase que lo consiguen los elegidos nada más. Me parece que él lo está disfrutando muchísimo, porque tampoco es fácil. Hay una presión, una preparación, el agradecer, el discurso, el estar acá es increíble. Me parece que lo está asimilando y viéndolo disfrutar la pasamos todos bien. Cualquiera de nosotros, que lo estamos acompañando, estamos con una ansiedad enorme, damos una o dos vueltas más a la noche, me imagino estar en sus zapatos. Porque además todo lo que él tiene que transmitir, el mensaje. Porque no es sólo agradecer. Casi que tu legado tenés que explicarlo para las próximas generaciones que cuando entren, porque vos entrás en la web a ver los discursos del Salón de la Fama y ves el de Michael Jordan y el de todos, entonces tenés que pensar bien qué mensaje das. Es increíble”.

-Si pudieras elegir algunos momentos junto con Ginóbili, más allá de los grandes resultados, ¿Cuáles serían?

-Las charlas… El siempre mantener una objetividad. Poner en un plano a dónde está parado el equipo. Hubo momentos donde lo vi, incluso enfrentándolo, y que tenía una mala noche, pero sabías que la noche siguiente no iba a errar, que iba a ser contundente. Después, tuve la chance de compartir mucho de extra básquet y me siento un afortunado porque te hace mejor. Es de esas personas que tienen una lista muy reducida, que te hacen mejor la vida , que te desafían continuamente, que te está escuchando y te presta atención, como para buscar un por qué de todo y construir una idea. Tiene un plus, como cuando estaba enojado porque perdió: tenía un modo de recuperarse, con una mirada especial, de entrar en la cancha…, sabías que iba a resolver cosas. Si hoy yo tuviera que jugar un dos contra dos, tres contra tres, dame ese equipo con él y jugamos.

Ginóbili y Oberto, en la actualidad, compartiendo la pasión por la bicicleta
Ginóbili y Oberto, en la actualidad, compartiendo la pasión por la bicicleta - Créditos: @captura

-Y vos, en lo personal, fuiste de los compañeros que más lo disfrutaron en distintos ámbitos.

-Sin dudas. En los viajes nos sentábamos juntos, compartíamos horas de vuelo, siempre charlando, viendo documentales. Por ejemplo, unos de Malvinas, que traíamos, mirábamos y debatíamos de todo. También veíamos series juntos. Esos momentos son únicos. Hoy, compartimos la pasión por la bicicleta y también tenemos charlas en esos momentos. Pero estamos aprendiendo a relajar y a disfrutar del camino, no ir como si las hubiéramos robado las bicis (sonríe). Uno tiene que disfrutar de ese camino, de estar atento para disfrutarlo, porque si no los momentos se te pasan.

-¿Vale la pena hacer comparaciones y decir si es el mejor deportista argentino de todos los tiempos?

-Estar sentado en la mesa de los más grandes ya es suficiente. Comparar deportes…, ya comparar atletas del mismo deporte, pero de diferentes épocas, es muy difícil. No se puede comparar a Rod Laver con Federer, porque no compitieron. Yo estoy en contra de las comparaciones. Maradona, Messi… Viejo, tuvimos la suerte de que estos dos monstruos nacieran en el país. ¿Por qué no los disfrutamos en vez de ver qué hacía el otro? ¿Por qué es A o es B? ¿Por qué no te pueden gustar los dos? Y eso me parece que hay que buscar de cambiar. Y Manu lo deja claro en sus mensajes.

-¿Son conscientes de que la generación Dorada fue mucho más que un éxito deportivo, que dejaron un legado de inspiración?

-Sí, nos da mucho orgullo, es un honor tremendo tener esa posición, pero no nos da derechos: nos da responsabilidades. Siempre. Esa es la confusión que por ahí uno dice: ‘Ah, yo hice esto, tengo derecho a…’. No, no hay derechos por eso. Hay un montón de chicos, padres, jóvenes, que hacen referencia a aquel equipo y nosotros tenemos que tener la responsabilidad constante de hacer las cosas bien, como lo hemos hecho siempre. Muchas veces hacer las cosas bien es decir lo que pensás, lo que te gusta o no; no tiene nada de malo. Pero creo que el equipo siempre fue de remar, de trabajar junto y de solucionar problemas dentro de la cancha y si los teníamos afuera, también lo solucionábamos. Por todo eso también es que Manu destaca tanto los equipos en los que participó.

Ginóbili y su sonrisa plena, en la charla con la prensa del viernes
Ginóbili y su sonrisa plena, en la charla con la prensa del viernes - Créditos: @NATHANIEL S. BUTLER