La maldición que impide a Argentina volver a ganar un Mundial

MEXICO CITY, MEXICO - JUNE 29: Diego Maradona of Argentina holds the World Cup trophy after defeating West Germany 3-2 during the 1986 FIFA World Cup Final match at the Azteca Stadium on June 29, 1986 in Mexico City, Mexico. (Photo by Archivo El Grafico/Getty Images)
Diego Armando Maradona levanta la Copa del Mundo de 1986. Foto: Archivo El Grafico/Getty Images.

El 29 de junio de 1986, la Argentina de Carlos Salvador Bilardo le ganó 3 a 2 a la Alemania de Franz Beckenbauer en el Estadio Azteca y se proclamó campeona del mundo por segunda y última vez en su historia. Desde entonces y hasta la fecha, para los argentinos los mundiales de fútbol solo sirven para dos cosas: acumular decepciones, falencias y frustraciones y demostrar que son los mejores haciendo publicidades.

Muchos y muy variados son los motivos por los que la selección albiceleste, siempre integrada por los mejores futbolistas del mundo, no ha vuelto a ganar un Mundial desde el título conseguido en México ‘86: El polémico penal que sancionó el árbitro mexicano Edgardo Codesal que Andreas Brehme transformó en gol y victoria de Alemania en la final de Italia 1990, el doping positivo de Diego Maradona y el consiguiente impacto emocional de su expulsión del torneo sobre sus compañeros en Estados Unidos 1994, el remate al poste de Gabriel Batistuta, la tarjeta roja a Ariel Ortega y el gol de Dennis Bergkamp en los cuartos de final en Francia 1998… ¿Más? El agotamiento físico, la falta de eficacia y la ausencia de un Plan B en Corea & Japón 2002, la lesión del Pato Abbondanzieri, el cambio de Juan Román Riquelme y dejar a Lionel Messi en el banquillo en Alemania 2006, el planteamiento de Diego Maradona y los errores defensivos contra Alemania en Sudáfrica 2010, los goles fallados por Gonzalo Higuaín y Rodrigo Palacio en la final de Brasil 2014 y el caos táctico y la escasa capacidad de liderazgo de Jorge Sampaoli en Rusia 2018 son los ejemplos más destacados. Terrible.

Leo Messi vio la copa muy cerca en Brasil 2014, aunque no la pudo alzar para la selección de Argentina. Foto: Action Images / Andrew Boyers  Livepic
Leo Messi vio la copa muy cerca en Brasil 2014, aunque no la pudo alzar para la selección de Argentina. Foto: Action Images / Andrew Boyers Livepic

Es por todo esto que cada cuatro años toma fuerza la leyenda de la promesa incumplida que se terminó convirtiendo en una maldición para la Selección Argentina. La misma tiene su origen cuando el combinado que dirigía Carlos Salvador Bilardo viajó a comienzos de 1986 al Norte del país para instalarse en Tilcara, una pequeña localidad ubicada en la provincia de Jujuy. Según Bilardo, el clima característico de esa época del año y los más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar con los que contaba el poblado permitían reproducir a la perfección las condiciones con las que se iban a encontrar los futbolistas argentinos durante la cita mundialista a disputarse en México, por lo que se trataba de un paraje ideal para realizar una mini-pretemporada.

Ricardo Bochini, Carlos Tapia, Ricardo Giusti, Néstor Clausen, Sergio Batista, Claudio Borghi, Oscar Ruggeri, Jorge Comas, Oscar Garré, José Brown, Marcelo Trobbiani, Oscar Dertycia, Luis Alberto Islas y Sergio Almirón, todos integrantes por aquel entonces de equipos del fútbol argentino, fueron los futbolistas que Carlos Salvador Bilardo hizo concentrar en Tilcara. Diego Armando Maradona, Jorge Valdano y Daniel Passarella, principales figuras de la Selección, no formaron parte de la expedición por los compromisos que tenían con sus clubes. De los catorce que fueron a Tilcara, solo Comas y Dertycia no formaron parte del plantel argentino durante el Mundial de México.

Sara Vera posa en su campo de fútbol de Tilcara, en el que la selección argentina estuvo entrenando en 1986 y al que prometió regresar. Foto: CARLOS REYES/AFP via Getty Images.
Sara Vera posa en su campo de fútbol de Tilcara, en el que la selección argentina estuvo entrenando en 1986 y al que prometió regresar. Foto: CARLOS REYES/AFP via Getty Images.

Durante los diez días que duró la concentración en Tilcara se llevaron a cabo jornadas de entrenamiento a doble turno y partidos contra equipos formados por jugadores de la zona. Todo resultó según lo planeado, y es que tanto el cuerpo técnico como los jugadores pudieron experimentar en primera persona los efectos de la altura y del calor y obtener así la información necesaria para afrontar el Mundial. De hecho, y a pedido de Carlos Salvador Bilardo, Argentina fue la primera selección en llegar a México. No solo eso: los jugadores llegaron con varios kilos de más a sabiendas de que el clima, los entrenamientos y los partidos poco a poco y con el paso de los días los irían llevando a su peso ideal.

¿Y como nace la maldición? Supuestamente, al final de su estancia y como agradecimiento al trato recibido, los futbolistas argentinos prometieron regresar con la Copa en el caso de ganarla para honrar a la Virgen de Copacabana de Punta Corral, patrona de esas tierras. Sin embargo, y a pesar de haberse proclamado campeones del mundo en México, ningún integrante del equipo regresó dando comienzo a la que se conoce como "Maldición de Tilcara". Hasta que no se cumpla aquella promesa, Argentina no volverá a ser campeona del mundo. Aunque los protagonistas siempre negaron el hecho, algunos volvieron en 2018 invitados por uno de los principales patrocinadores de la FIFA. Ricardo Giusti, Sergio Batista, Carlos Tapia, Nery Pumpido, Oscar Garré, Hector Enrique, Carlos Brown y Julio Olarticoechea regresaron a Tilcara, se sacaron fotos y se fueron, pero el gesto no fue suficiente y Argentina volvió a decepcionar en el Mundial de Rusia. El hecho de que no hayan vuelto todos los integrantes de la expedición original, incluido Carlos Salvador Bilardo, o que lo hayan hecho sin la Copa original, puede que haya invalidado el cumplimiento de la promesa y, por tanto, roto la maldición.

Con el paso del tiempo, la leyenda se agiganta y reflota cada vez que se acerca el Mundial. En Qatar, la Selección de Lionel Scaloni tiene una nueva oportunidad para demostrar que la Maldición de Tilcara no existe. La manera de hacerlo es una sola: ganando la Copa del Mundo. ¿Podrá?

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