Este magnate perdió 36.000 millones de dólares en unos días. ¿Quién es y qué pasó?

Gautam Adani, presidente y fundador del Grupo Adani, en Boston el año pasado. (M. Scott Brauer/The New York Times)
Gautam Adani, presidente y fundador del Grupo Adani, en Boston el año pasado. (M. Scott Brauer/The New York Times)

El multimillonario indio Gautam Adan enfrenta un gran reto: una pequeña empresa estadounidense acusa a su conglomerado de fraude y manipulación bursátil.

Louis Vuitton. Tesla. Amazon. Las empresas que hay detrás de las personas más ricas del mundo no necesitan presentación. Pero el año pasado, un nombre que no goza del mismo reconocimiento mundial se unió a esta exclusiva lista.

El nuevo participante era el Grupo Adani, un conglomerado indio que controla puertos, minas de carbón, empresas alimentarias, aeropuertos y más. El ascenso astronómico del grupo había proporcionado a Gautam Adani, su fundador políticamente bien relacionado, una fortuna de casi 120.000 millones de dólares, según Bloomberg, lo que lo situaba en compañía de Bernard Arnault, Elon Musk y Jeff Bezos.

El paso de Adani por esa posición no duró mucho. Aunque sigue siendo enormemente rico, sobre el papel Adani ha perdido más de una cuarta parte de su riqueza, o más de 36.000 millones de dólares, en los últimos días. Y enfrenta quizá el mayor reto de su carrera.

La semana pasada, Hindenburg Research, una pequeña empresa de inversiones de Nueva York, acusó a la empresa de Adani de “fraude fiscal descarado, manipulación de acciones y lavado de activos”. El Grupo Adani ha rechazado las acusaciones de Hindenburg, que puede beneficiarse si caen las acciones del conglomerado.

El martes, Adani Enterprises, la empresa insignia de Adani, recaudó 2500 millones de dólares mediante la venta de nuevas acciones a inversores, una medida que se estaba preparando antes del informe de Hindenburg.

Desde el informe, el Grupo Adani ha perdido aproximadamente una quinta parte de su valor, perdiendo decenas de miles de millones de dólares en valor de mercado en menos de una semana. Y el alcance de Adani —que sigue siendo el hombre más rico de Asia y dirige uno de los mayores conglomerados de India— podría presagiar consecuencias más graves para un país que ha sido un punto brillante de la economía mundial.

“Es un riesgo para el sistema financiero indio”, afirma Tim Buckley, analista residente en Sídney, que ha seguido los negocios de Adani durante más de una década.

Esto es lo que hay que saber sobre el Grupo Adani, su fundador y Hindenburg Research.

Grupo Adani (AP/Ajit Solanki)
Grupo Adani (AP/Ajit Solanki)


El Grupo Adani ha alcanzado nuevas alturas en los últimos años

Adani inició un negocio de importación y exportación de polímeros en la década de 1980 y poco a poco fue ampliando sus actividades a las infraestructuras.

En los noventa, empezó a construir un puerto en Mundra, en su estado natal de Gujarat. Luego añadió a su cartera minas de carbón, centrales eléctricas y aeropuertos. En la última década, consiguió uno de sus mayores acuerdos internacionales: el proyecto Carmichael en Australia, una de las mayores minas de carbón a cielo abierto del mundo.

El año pasado, el Grupo Adani compró un negocio de cemento en India a Holcim, multinacional de la construcción con sede en Suiza. En otra muestra de la diversificación de su negocio, Adani tomó el control de NDTV, un medio de noticias independiente.

El éxito del conglomerado Adani, en cierto modo, es paralelo al crecimiento de la economía india, que ya es la quinta del mundo. Adani, de 68 años, se ha autodefinido como un industrial que contribuye a paliar la falta de infraestructuras de su país.


Los críticos dicen que las conexiones políticas de Adani lo distinguen

El Grupo Adani no estaría donde está, dicen sus detractores, sin la proximidad de su fundador al primer ministro Narendra Modi, que ha ayudado a la empresa a conseguir lucrativos contratos o, en algunos casos, a que se cambien por completo las normas de licitación.

Modi, como Adani, es de Gujarat, y cuando Modi se convirtió en primer ministro en 2014, voló a Nueva Delhi en un avión de Adani. La relación de Adani con Modi ha creado una percepción generalizada en India de que Adani puede llegar a cualquier acuerdo que desee, creando un terreno de juego desigual.

Adani ha rechazado las acusaciones de trato preferencial. Los cimientos de su negocio, dijo Adani en una entrevista reciente, se sentaron en la década de 1980, cuando el gobierno indio relajó las restricciones comerciales.

“Mi éxito profesional no se debe a ningún líder individual, sino a las reformas políticas e institucionales iniciadas por varios líderes y gobiernos durante un largo periodo de más de tres décadas”, declaró Adani a la revista India Today.


Adani enfrentó polémicas antes de las acusaciones de Hindenburg

Por lo general, el multimillonario ha mantenido un perfil bajo a pesar de haberse convertido en uno de los hombres más ricos del mundo. Es seguidor de la religión jainista, que hace hincapié en el ascetismo, y él y su familia controlan férreamente su conglomerado (Hindenburg ha criticado la estructura de propiedad de su empresa).

Meses antes de que Hindenburg hiciera sus acusaciones, la vertiginosa subida de las acciones de una filial de Adani llamó la atención. Gran parte de la actividad comercial de la filial, Adani Enterprises, se rastreó hasta sociedades patrimoniales con sede en paraísos fiscales, lo que llevó a especular con que las acciones —que habían contribuido a impulsar el patrimonio personal de Adani— estaban siendo manipuladas. Las acciones de las siete filiales de Adani se han disparado más de un 800 por ciento en los últimos tres años, según Hindenburg.

Anteriormente, la empresa de Adani enfrentó investigaciones por presuntas irregularidades fiscales relacionadas con importaciones de carbón, pero finalmente fue absuelta. Adani también estuvo vinculado a una estafa de manipulación del mercado bursátil indio urdida por un corredor de bolsa de Bombay llamado Ketan Parekh.

A medida que el imperio empresarial de Adani ha ido creciendo, ha recurrido a bancos extranjeros para financiar sus adquisiciones e inversiones. Esto, según Buckley, el analista australiano, podría significar un mayor escrutinio.

“El gran problema es que Adani se ha pasado los últimos cuatro años endeudándose en Wall Street”, afirmó Buckley. “Si recaudas dinero en Estados Unidos, tienes que jugar con las reglas de Estados Unidos”.


Hindenburg tiene un buen historial

Hindenburg, que toma su nombre de la famosa aeronave condenada al fracaso, es lo que se conoce en Wall Street como un operador en corto activista. La empresa busca fraudes y otras irregularidades en los mercados públicos, denuncia las irregularidades y gana dinero mientras lo hace. Obtiene beneficios cuando su objetivo, a menudo una empresa que cotiza en bolsa, ve caer el precio de sus acciones.

Algunos han criticado a los operadores en corto activistas por apostar contra las empresas. Los operadores dicen que están ayudando a vigilar el mercado.

Hindenburg, que solo tiene unos pocos años de vida, ha atacado a unas 30 empresas y se dio a conocer al derribar al fabricante de vehículos eléctricos Nikola. Según Bloomberg News, las acciones de esas empresas cayeron alrededor de un 15 por ciento, en promedio, el día después de que Hindenburg emitiera sus informes, y habían bajado un 26 por ciento seis meses después.

En el Grupo Adani, el fundador de Hindenburg, Nathan Anderson, se enfrenta a un Goliat. Hindenburg dijo que investigó los negocios de Adani durante dos años antes de publicar su informe el 24 de enero. El Grupo Adani amenazó con demandar a Hindenburg, que respondió diciendo que acogería con agrado una demanda en Estados Unidos, donde podría exigir documentos de Adani como parte del proceso legal.

Entre las acusaciones de Hindenburg está la de que las empresas fantasma dirigidas por el hermano mayor de Adani, Vinod Adani, ayudaron al conglomerado a manipular los precios de sus acciones. Según Hindenburg, las empresas fantasma también se emplean para blanquear activos de las empresas privadas de Adani a las que cotizan en bolsa, “para mantener la apariencia de salud financiera y solvencia”.

Hindenburg destacó lo que denominó “evidentes irregularidades fiscales y manejos poco claros”, y señaló que el hecho de que las empresas cotizadas de Adani no tuvieran directores financieros con muchos años de antigüedad era una señal de alarma. El operador en corto también puso en duda la calidad del auditor independiente de dos filiales, Adani Enterprises y Adani Gas. Los empleados del auditor eran “esencialmente recién salidos de la escuela, difícilmente en condiciones de examinar y pedir cuentas de las finanzas de algunas de las mayores empresas del país”.

Hindenburg continuó diciendo que incluso si se ignoraban sus alegaciones, las empresas del Grupo Adani estaban tan sobrevaloradas que sus acciones podrían caer un 85 por ciento. El grupo también está sobrecargado de deudas, añadió Hindenburg.

El Grupo Adani ha calificado las acusaciones de Hindenburg como ataques contra la India y a su “historia de crecimiento y ambición”. Hindenburg ha contratacado diciendo: “El futuro de India está siendo frenado por el Grupo Adani, que se ha cubierto con la bandera india mientras saqueaba sistemáticamente la nación”.

La lucha podría tener implicaciones geopolíticas, dado que Estados Unidos corteja a India como contrapeso a China, en el marco de una agrupación denominada Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, conocida como Quad, que también incluye a Japón y Australia, según Buckley. No está claro cómo se resolverá el conflicto, pero una cosa es segura, dijo: “Va a ser muy complicado”.

Vivek Shankar es editor sénior de la sección internacional. Anteriormente, trabajó para Bloomberg News en San Francisco, Sídney y Washington. @vivshank

© 2023 The New York Times Company

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