Para entender a Luis Enrique hay que mirar a su principal referente: Javier Clemente
Luis Enrique es un entrenador que no deja indiferente. Sus listas como seleccionador vienen acompañadas siempre de un run-run inevitable y por el que han pasado todos los entrenadores de la selección española en sus diferentes etapas, pero en Luis Enrique y su idea de grupo se aprecian claramente reminiscencias de su pasado como jugador y la influencia que tuvieron en él sus entrenadores, en este caso uno especialmente: Javier Clemente.
Luis Enrique jugó en la selección española entre 1991 y 2002 casi de forma ininterrumpida. Tuvo varios seleccionadores y muy diferentes, debutó con Luis Suárez en un amistoso ante Rumanía en abril del 91 y se marchó con Camacho tras el Mundial 2002. En la selección absoluta fue discípulo del propio Suárez, Clemente y Camacho. Y en la Olímpica lo fue de Vicente Miera, ¡conquistando la medalla de oro en los JJOO de Barcelona 92! Pero sin ninguna duda los seis años en los que Javier Clemente dirigió la selección influyeron de una manera muy significativa en Luis Enrique.
Futbolísticamente, Clemente y Luis Enrique no se parecen en casi nada, y eso que Luis Enrique fue casi indiscutible como titular cuando el técnico de Baracaldo estuvo al frente de la selección. Lucho jugó en banda y arriba con él. Su polivalencia y entrega innegociable era muy del agrado del técnico vasco. Sin embargo, el asturiano como seleccionador dispone un sistema distinto al de su mentor. Suele jugar un 4-3-3, le gusta que la selección presione muy arriba, pero cuando inicia el juego desde atrás tenga más paciencia, como hemos comprobado en los últimos días con sus instrucciones directas a Busquets en los entrenamientos, a través de un sistema por el cuál los jugadores reciben sus instrucciones por un walkie pequeñito situado en su espalda.
Además, apuesta por jugadores muy técnicos en mediocampo. A Clemente le gustaba mucho más contar con centrocampistas de fuerza, incluso alineaba centrales como Miguel Ángel Nadal o Rafael Alkorta en muchas ocasiones en la zona central del terreno de juego. Luis Enrique juega con extremos que tengan desborde, mientras Clemente solía alinear como mucho uno. Porque optaba muchas veces por jugar con cinco centrocampistas y un delantero o tres centrales y cuatro centrocampistas.
Sin embargo, son muy similares en que ambos exigen que sus jugadores sean muy comprometidos cuando el equipo no tiene la pelota.
Gestión de grupo
Pero lo que si era innegociable para Clemente y lo es para Luis Enrique es que los jugadores seleccionados cumplan con su idea de juego y se puedan adaptar plenamente, poniendo siempre las necesidades del equipo por encima de las propias individuales. En este punto, en su idea de grupo y equipo, se aprecia claramente la influencia de Clemente en él. Con Clemente iban jugadores que participaban menos en sus clubes como Julio Salinas o el propio Alkorta en detrimento de otros que sí eran titulares y también seleccionables en el propio Barça o en el Real Madrid.
Cuando Clemente decidió prescindir de Míchel a partir de aquel empate a cero en Sevilla, ante la República de Irlanda, en noviembre de 1992, en España comenzó un debate enorme que duró hasta la lista final previa al Mundial de EEUU en el verano de 1994 sobre la ausencia del ocho blanco. A Emilio Butragueño solamente le convocó en aquel partido ante Irlanda y no volvió más, a Manolo Sanchís nunca le llevó y Martín Vázquez aguantó una convocatoria más, ante Letonia en diciembre de aquel año 92, pero tras lesionarse con el Madrid, nunca volvió una vez recuperado.
Clemente prefería otro perfil de jugador, más polivalente y menos específico. No solamente sucedió con los componentes de la 'Quinta del Buitre', otros jugadores más técnicos de la época, como eran Quique Sánchez Flores, Fran, Fernando Gómez Colomer o Luis Milla, tampoco contaron nunca para Clemente o como en el caso de Fran, muy poco.
En las listas recientes de Luis Enrique últimamente han desaparecido jugadores como Sergio Ramos, Iago Aspas o Sergio Canales. Para cada ausencia hay una razón distinta, como confirmó recientemente el seleccionador, pero el denominador común es que, por unos motivos u otros, él considera que no se adaptan a los requisitos grupales, dentro y fuera del campo, que exige para la selección. Y sin embargo cuenta con otros como Eric García, Ferrán Torres, Sarabia o Asensio, que juegan menos en sus clubes en algún caso, pero responden a las exigencias de su seleccionador.
Clemente fundó en su día el España Fútbol Club y Luis Enrique maneja una idea similar. No conciben la selección como la reunión de los mejores futbolistas del país y sí como un grupo unido que crea fielmente en su idea y la defienda con uñas y dientes dentro y fuera del campo. La palabra grupo y equipo adquiere otra relevancia y una importancia capital en sus preferencias a la hora de elegir los jugadores.
No hay una fórmula mágica para el éxito de una selección, pero sí es cierto que hoy día prima más que nunca que los equipos mezclen bien. Y en una selección, que tiene menos tiempo para entrenar junta que un club, más aún. Por eso Luis Enrique en este caso prioriza jugadores que hayan interiorizado bien su sistema y compartan su idea de grupo. Y eso no es nuevo en España, ya lo hizo Javier Clemente hace ahora casi 30 años. Compartirlo o no, ya depende de la opinión de cada uno.
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