Otra del “Loco” Moutet: se resbalaba, tiró la raqueta con violencia, el juez de silla no le quería dar la mano... y abandonó

Corentin Moutet, fuera de sí
Corentin Moutet, fuera de sí - Créditos: @Captura de pantalla

El ATP de Nápoles, que se juega sobre superficie rápida y reparte premios por 612.000 euros, tiene como máximo favorito al título al español Pablo Carreño Busta (15) y el segundo cabeza de serie es el local Matteo Berrettini (16). Es un torneo nuevo en el calendario, que ya pasó por varias controversias en su semana inaugural. Más allá del juego, ocurrieron otras historias. En realidad, son parte del relato, pero..

Corentin Moutet, en plena discusión, antes del adiós
Corentin Moutet, en plena discusión, antes del adiós - Créditos: @Captura de pantalla

El ATP de Nápoles, sobre superficie rápida y con premios por 612.000 euros, tiene como máximo favorito al título al español Pablo Carreño Busta (15) y el segundo cabeza de serie es el local Matteo Berrettini (16). Más allá del juego, ocurrieron otras historias. En realidad, son parte del relato, pero..

El tenista francés Corentin Moutet, de exquisita mano izquierda en un envase de 1,75 metro, nunca pasa inadvertido. Es tan hábil como irascible. En un mismo partido puede derramar un tenis de alta jerarquía o protagonizar bochornosas reacciones. El actual 65° del ranking mundial estuvo cerca de ser agredido por un rival el mes pasado. Fue en el Challenger Open d’Orleans, en un partido por los octavos de final contra el búlgaro Adrian Andreev, quien no toleró las actitudes de Moutet. El jugador galo volvió a llamar la atención. Ayer y hoy.

La primera acción se produjo en la primera ronda del ATP 250 de Nápoles, en la cancha central. Tras perder el primer set (por 7-6 [9-7]) ante el joven local Luca Nardi (130°, 19 años), Moutet (23 años) y su rival volvieron a disputar un parcial muy parejo en el segundo y llegaron a la definición en el tie-break. Allí fue cuando el nacido en París, muy exigido en el score ya que no podía perder el “desempate” si pretendía continuar en el torneo, ganó un punto sorprendiendo a todos los presentes en el Tennis Club Napoli, generando aplausos y también algunos silbidos.

En un momento, la pelota le quedó servida a Moutet en su campo cerca de la red, amagó con devolverla de smash, pero rápidamente hizo la mímica de ese tiro, dejó la raqueta abajo y terminó pasándola con un toquecito sutil, inalcanzable para su rival, que prácticamente ya había dado por perdido el punto. Es verdad que Moutet tenía un buen margen para hacer lo que hizo, pero la acción, sorpresivamente genial y con una pizca de arrogancia, llamó la atención.

Este jueves, perdía con el serbio Miomir Kecmanovic por 5-3 en el primer parcial. Se resbalaba, su zurda no explotaba como en sus mejores noches, hablaba solo. Hablaba, también, con el juez de silla. Se sentía incómodo, improbablemente lesionado. Falló una volea, a centímetros de la red y lanzó la raqueta con violencia. Ya estaba fuera de sí. Más tarde, intentó hablar con el juez, extendió su brazo izquierda, a modo de despedida, a lo que la autoridad no le siguió la corriente, aunque lo escuchaba.

Insistió en sus reclamos, volvió a extender el brazo y más tarde, abandonó, por una supuesta lesión, bajo el reclamo de los hinchas italianos, incómodos por el comportamiento del irascible francés.