Lionel Messi y un reto diferente en Miami: jugar en el peor equipo y sin estrellas a su lado

Lionel Messi y un mural suyo, en el que aficionados radicados en Miami celebran su llegada al futbol profesional de Estados Unidos. (AP Photo/Lynne Sladky)
Lionel Messi y un mural suyo, en el que aficionados radicados en Miami celebran su llegada al futbol profesional de Estados Unidos. (AP Photo/Lynne Sladky)

Lionel Messi ha cumplido todos los retos que el futbol le ha impuesto. Fue campeón hasta la saciedad en el Barcelona y con Argentina, la deuda de tantos años, rompió la maldición a lo grande: Copa del Mundo y Copa América. Ya no había nada que reprocharle. Es el futbolista modelo que lo consiguió todo en todos los lugares que pisó. Pero su aterrizaje en la Major League Soccer entregará un desafío que estaba pendiente en su carrera: que un equipo de tabla baja dependa totalmente de él.

El Inter de Miami ha vuelto a sumar una frustración más en la temporada. El clima festivo por la llegada de Messi fue eclipsado por la derrota 3-1 contra New England Revolution. Se trató de la caída número doce en la Temporada 2023 para el Inter, que apenas ha ganado en cinco ocasiones (cero empates) y volvió a ser exhibido en defensa: son frágiles y conceden espacios y libertades a los rivales. Hubo un festín. Desconcentración del capitán Yedlin para conceder un penal, indolencia total en un tiro de esquina para el segundo, y un tercer gol en el que los rivales, Bobby Wood y Gustavo Bou, entraron solos al área con doble opción de remate. Ofensivamente, la historia es similar: pocas ideas y nula sensación de peligro.

Ese cóctel servirá para que Messi escale el único escalón pendiente en su vida deportiva. Al estilo de Diego Armando Maradona en el Napoli, Leo tendrá que demostrar que también puede brillar con todo en contra. Desde el principio de su carrera, ha tenido a compañeros de altísimo nivel que lo han ayudado en su camino: Ronaldinho, Xavi, Iniesta, Neymar y Suárez; Di María, Agüero, Riquelme, Tevez; Kylian Mbappé, Neymar otra vez. Los nombres abundan y es normal: los mejores deben rodearse de los mejores. Pero esta vez no sólo será la estrella más reluciente, sino la única. El segundo jugador más brillante del plantel, incluso si se tratara de un buen fichaje, estará muy debajo de él.

Pero los mejores pueden y hasta deben tener una cuota de heroísmo solitario. Messi no estará de vacaciones en la MLS. No sólo por esa voracidad que le ha caracterizado siempre, sino porque esta vez hay algo diferente en el panorama. No le gustará a Messi perder con regularidad. Vamos, no le gustará perder ni una sola vez. Tampoco le gustará dar un pase y que sea desaprovechado. Y en esa misión de supervivencia descansará otro gran atractivo de la llegada de Messi a Estados Unidos: saber cuánto puede influir futbolísticamente en un equipo que naufraga en el último lugar de la Conferencia Este —y que entre los 29 equipos de la MLS sólo mejora al LA Galaxy al Colorado Rapids, peores equipos de la Conferencia Oeste—.

El despido de Phil Neville fue el síntoma más inequívoco de que el equipo no camina. Actualmente el mando lo tiene Javier Morales, pero es interino. Un entrenador nuevo llegará en las próximas semanas y es urgente. No es lo único que apremia. Aunque Messi afrontará ese reto de comandar a un equipo sin figuras, es elemental entender que debería haber algunos fichajes que le den un salto de calidad al equipo en todas las zonas del campo.

No pueden esperar a la siguiente temporada. El fichaje de Messi no basta por sí mismo para considerar exitoso el año, si no consiguen calificar a los Playoffs. La afición del mundo entero no tiene como expectativa ver a un Messi que sufra todas las semanas. Para eso hay que mejorar al equipo actual. En lo inmediato, Messi encajará seguramente en lugar de Cremaschi o Corentin Jean, ya sea como enganche o por derecha. Lo difícil no será encontrarle sitio.

Es una prueba enorme, visto de este modo: no tendrá socios cercanos a su nivel. Muchas veces ya ha sabido lo que es que todo el equipo gire en torno a él, pero nunca ha estado mal acompañado. Y tampoco ha sabido lo que es pelear los últimos lugares. En la MLS será la primera vez. Será algo diferente y emocionante. Messi y su última gran batalla.

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