Lionel Messi y su sana costumbre de volver habitual lo extraordinario: 103 goles, una voracidad que no se extingue y un gigante asiático a sus pies

Lionel Messi disfruta y cuando eso sucede todo es posible dentro de una cancha; otro récord con la camiseta de la selección argentina
Lionel Messi disfruta y cuando eso sucede todo es posible dentro de una cancha; otro récord con la camiseta de la selección argentina - Créditos: @Di Yin

Se tiene que tratar de un truco de magia, no hay otra explicación. No puede ser verdad que con naturalidad un ser humano transforme lo extraordinario en algo habitual. No hay razón científica que permita entender cómo es que un simple mortal pueda tener la capacidad de hacer creer que todo es posible. Porque no lo es, sin embargo, con su sola presencia alcanza para imaginar que la historia se modifica sin excepción. Porque puede ser una competencia oficial o un compromiso normal y que él se encarga de derribar las lógicas para dejar una huella imborrable a su paso. Si alguien consideraba que esta gira de la selección argentina se trataba pura y exclusivamente para cumplir con los siete sponsors que la Asociación del Fútbol Argentino tiene en China, se equivocó por completo: Lionel Messi, en la victoria por 2 a 0 ante Australia, les regaló a los millones de fanáticos el gol más rápido de su carrera (79 segundos), un zurdazo perfecto para dejar en Pekín otro mojón en su fantástica historia .

El golazo de Lionel Messi al minuto de juego en Argentina vs. Australia, el más rápido suyo en la selección

Sólo les importaba verlo jugar. Los chinos querían que Messi estuviese el mayor tiempo posible dentro del campo de juego y cumplió, porque siempre quiere jugar, no le gusta salir. Porque no importa que ya cuente 36 años, que tenga una vitrina llena de trofeos, su voracidad está intacta. Lo sabe Scaloni, por eso les había anticipado a todos los fanáticos locales que no se preocuparan, porque el capitán argentino iba a regalarles lo que ellos pretendían. Y claro, cómo no se iba a animar el DT a prometer a cuenta... Porque el gol 103 en la historia del rosarino con la selección argentina, en 72 partidos, no sólo fue el más veloz de su carrera, sino que ingresó en el top 10 de los tanto más rápidos del conjunto albiceleste.

Y la sonrisa de Messi tras esa maravilla que dibujó de zurda y que se acomodó junto al palo de Mathew Ryan, permitió comprender, mientras celebraba con sus compañeros, que los padecimientos que sufrió estos últimos dos años con una camiseta (la de PSG), con la otra, la celeste y blanca, no tienen cabida. Es que el capitán, no importa dónde esté, lo que a él le importa es defender con orgullo a la selección. Y lo demostró cuando no le salían las cosas, cuando lo atormentaban los traspiés y ahora que es campeón del mundo no se permite otra cosa más que cuidar con celo esa condición.

No hay marca que se le resista. Pulveriza los récords con una facilidad que abruma. Porque la gente disfrutó sus toques, se quedó con la foto de sus pases, con la imagen de un fanático violando la seguridad para tratar de abrazarlo, con el video de su gol, con sus saludos a las tribunas, pero detrás, en los libros, con su gol, se deberá escribir que Lionel Andrés Messi es el primer jugador en toda la historia de la selección que convirtió en 7 partidos consecutivos (marcó 10 goles). El rosarino borró el registro que desde hace 78 años indicaba que René Pontoni tenía el privilegio de haber convertido en 6 partidos seguidos entre 1944-45 (13 festejos).

Lionel Messi convirtió el gol más rápido de su carrera con la camiseta de la selección
Lionel Messi convirtió el gol más rápido de su carrera con la camiseta de la selección - Créditos: @Lintao Zhang

Entiende todo, sabe cuándo decir y cuando no. Les dio a los chinos lo que pretendían, 90 minutos de juego, un gol, otro récord, los saludos, las entrevistas con los medios locales y una victoria de la selección para sostener el estatus. Y cuando tuvo la oportunidad “facturó” la humedad, el cansancio, lo pesado del ambiente, lo complejo de una gira por Asia...

Cada uno de sus movimientos implica un impacto, porque con sus goles no son simples marcas en su palmarés, sino que cuando amanecía el juego, con ese toque de zurda hacia la red, se ubicó en el sexto lugar de los goles más rápidos en la historia de la selección argentina. La nómina la componen Mauro Icardi, que anotó a los 71 segundos en un amistoso ante México, en 2018, Cristian Kily González, que marcó a los 68 segundos frente a Uruguay, en la Copa América 99, Gabriel Batistuta, que quemó las redes a los 60 segundos del choque contra Chile, en la Copa América 95, Darío Franco, que puso su sello a los 50 segundos del clásico ante Brasil, por la Copa América 91, y Daniel Passarella, que gritó a los 40 segundos del juego ante México, por la Copa América 1979.

Los fanáticos chinos disfrutaron de la magia de Lionel Messi
Los fanáticos chinos disfrutaron de la magia de Lionel Messi - Créditos: @WANG ZHAO

Insistió con su idea de ser prudente de hablar acerca del próximo Mundial, fue claro que necesita vacaciones y no pensar todavía en su nueva aventura en Inter Miami, saludó a cada uno de sus compañeros y demostró una vez más que siendo campeón del mundo no puede dejar la selección, que necesita disfrutar por un tiempo más del logro.

Hizo su trabajo, dejó otra página histórica, felicitó a sus compañeros, fue especialmente a darle su bendición con un choque de manos a Alejandro Garnacho, no le importó que era un juego amistoso, debía cumplir con todo y ahora sí ya es tiempo de su descanso. Por eso no habrá mas funciones en Asia del capitán argentino, ya que no seguirá con el equipo a Yakarta, para el choque con Indonesia. Su vuelo tendrá una primera parada en Barcelona y después el destino será Rosario, para recargar energías, para ser parte de la despedida de Maxi Rodríguez y después de la de Juan Román Riquelme.

Todo reluce en su horizonte. Disfruta de ser parte de la selección, mira su cinta de capitán con un amor conmovedor, encontró un destino nuevo para su carrera, sonríe, se divierte y mientras tanto, graba a cada paso un capítulo fantástico como si se tratase de un paso normal, pero la realidad es que no lo es. Y eso es imposible comprenderlo sin creer que se trata de un pase de magia.