Lionel Messi y su salida de Barcelona. “Una historia de amor que se fue deteriorando”, según Laporta

El presidente Laporta, en la conferencia de prensa en la que expuso sobre la difícil situación económica de Barcelona y la salida de Messi
El presidente Laporta, en la conferencia de prensa en la que expuso sobre la difícil situación económica de Barcelona y la salida de Messi

En menos de cinco meses de gestión, Joan Laporta es consciente de que tomó una decisión que marcará todo su mandato. Hasta el último día será recordado como el presidente que priorizó la situación económica de Barcelona por sobre la continuidad de Lionel Messi. El dirigente que cuando asumió alardeó con que la renovación de contrato la resolvía “con un asado”, es el mismo que debió reconocer en la última reunión con el padre de Messi que el acuerdo alcanzado era inviable. El rupturista que inauguró una nueva era, que siempre será revisada y evaluada por las consecuencias de negarle los que hubieran sido los últimos dos años de plenitud deportiva al mejor futbolista de la historia del club.

Laporta no quiere seguir derramando lágrimas sobre el divorcio con Messi y ubica el futuro como un tiempo que Barcelona debe afrontar con ilusión y expectativas. Una vuelta de página. “Fue triste, pero necesario”, dijo a modo de reafirmación. El club rompió la negociación cuando admitió que ni aun rebajándose un 50 por ciento el contrato que debía ser renovado podía encuadrarlo dentro de los límites salariales que le impuso La Liga.

La ruinosa situación económica del club lo impedía. En la última conferencia de prensa, Laporta expuso que heredó una deuda de 1300 millones de euros, con un patrimonio negativo de 451 millones y una pérdida en el último ejercicio contable de 481 millones, cifra que quintuplica los números en rojo (97) de la temporada 2019/20. “La institución está por encima de todos. La hubiésemos puesto en riesgo (en caso de firmar con Messi). La situación es dramática, tiene solución, pero es dramática”, expresó Laporta.

En este contexto, la autoridad agregó: “Fueron negociaciones que los dos esperábamos que fructificaran como teníamos pensado. Y no salió, hay un disgusto mutuo y es comprensible. No conseguimos que esto acabara saliendo como queríamos. Yo le sigo teniendo la misma estima que le tenía, es una lástima”.

El presidente admitió que se trató de mucho más que la salida de un jugador (“la de Messi y Barcelona fue una de las historias de amor más bonitas que vivió este club”), pero que como todo vínculo sentimental estaba expuesto a los riesgos del desgaste y los desencuentros: “Al final se ha ido deteriorando. Es la ley de la vida”. También hizo una velada crítica futbolística: “En los últimos años no se consiguieron los objetivos deportivos que se esperaban”.

17 de marzo: Laporta asume la presidencia de Barcelona con Messi en el acto. Por entonces todo apuntaba a la continuidad del N° 10
David Ramos


17 de marzo: Laporta asume la presidencia de Barcelona con Messi en el acto. Por entonces todo apuntaba a la continuidad del N° 10 (David Ramos/)

“El disgusto fue grande, y es comprensible”, justificó Laporta la frialdad con que Messi lo saludó y evitó nombrarlo en la conferencia de prensa que se despidió en medio de un llanto. La relación entre ambos era afable y cercana desde la anterior gestión de Laporta (2003/10) y se supone que el rosarino lo votó en las elecciones de marzo, a las que concurrió por primera vez como socio.

Laporta reconoció que la presentación de Messi en Paris Saint Germain le provocó “sensaciones contradictorias, como a todos los barcelonistas”. Y no le escapa a lo que puedan deparar los caminos del fútbol: “Ahora quizá seremos rivales y tendremos que asumirlo. No es agradable que haya ido a un adversario directo como el PSG, pero le deseo lo mejor, me gustó verlo feliz. Se lo merece él y su familia”. Esa posibilidad podría darse en la Champions League, aunque no ocurrirá en la etapa de grupos que se conformará en el sorteo del 26 de este mes, ya que ambos ocuparán el mismo copón.

Lionel Messi no pudo evitar el llanto el día de su despedida de Barcelona
Joan Monfort


Lionel Messi no pudo evitar el llanto el día de su despedida de Barcelona (Joan Monfort/)

El entusiasmo de Laporta pasa por la buena imagen que dejó Barcelona en el 4-2 a Real Sociedad, en el debut por la Liga, primer partido sin Messi en el plantel después de 17 años. “Se vio en el equipo que el vestuario está fuerte, motivado y comprometido”. Y reforzó su mensaje de borrón y cuenta nueva cuando lo consultaron por los hinchas que corearon el nombre de Messi en el minuto 10 y los silbidos que se superpusieron: “Respeto a todo el mundo. Me quedo con la gente alentando y los gritos de ‘Barça, Barça’. Cuando la Real se puso 3-2, el público animó y llevó al cuarto gol de Sergi Roberto”.

Para contrarrestar la situación de debilidad en que pudo dejarlo la salida de Messi, Laporta exhibe la buena recepción que tuvo entre los otros cuatro capitanes su pedido de disminución de los salarios. Ya lo hizo Gerard Piqué, que de manera simbólica dijo que está “jugando por cuatro duros”. Gracias a ese recorte del zaguero central, el club pudo inscribir a tres refuerzos, de los cuales dos (Memphis Depay y Eric García) fueron titulares frente a Real Sociedad; el otro, Rey Manaj, estuvo en el banco.

Sergio Agüero, que se recupera de una lesión, espera ser anotado en los registros de La Liga. Dependerá de que Sergio Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto resignen parte de sus ingresos, algo que está en vías de concreción. “Tanto Jordi, como Busquets y Roberto se están portando muy bien. Llegaremos a los acuerdos entre las dos partes. Harán un acto de servicio al club y en el momento que podamos se lo reconoceremos”, concluyó Laporta.