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Lionel Messi, en el laberinto de equipo que es PSG, tiene más complicado el camino al gol

A Messi le cuesta encontrar el gol en la Liga francesa; sólo pudo anotar un tanto en lo que va del campeonato, y tampoco pudo con Lorient
Jeremias Gonzalez

Paris Saint Germain cerró su año futbolístico bajo la sombra preocupante que no consigue disipar. Su juego y nivel colectivo despiertan muchas sospechas, que ni siquiera pudo disimular contra un Lorient que es penúltimo en la Liga de Francia, venía con ochos derrotas consecutivas -una por la copa local- y no gana desde hace más de dos meses. Estuvo a segundos de romper esa racha porque había hecho mejor las cosas -defensa dura y contraataques filosos-, pero PSG suele encontrar algún gol aun cuando decepciona.

Esta vez fue con Mauro Icardi, titular porque Kylian Mbappé estaba suspendido, el que con un cabezazo a los 46 minutos del segundo tiempo alcanzó un angustioso empate 1-1. ¿Algo para rescatar en la desteñida noche de PSG en la bretaña francesa? La insistencia y el acierto de llegar a la igualdad cuando hacía más de cinco minutos que tenía un jugador menos por la expulsión de Sergio Ramos.

El saludo entre Messi e Icardi, autor del gol del empate
SEBASTIEN SALOM-GOMIS


El saludo entre Messi e Icardi, autor del gol del empate (SEBASTIEN SALOM-GOMIS/)

Sin Mbappé ni el lesionado Neymar, Lionel Messi quedó por primera vez como la única referencia del tridente ofensivo más afamado de Europa. Si se toman estos 90 minutos como medida, la influencia y desequilibrio que imprime Mbappé están en una escala superior a lo que viene haciendo Messi. Leo sigue buscando sus lugares y momentos en un equipo que no le facilita la tarea porque depende más del albedrío de sus individualidades que de automatismos y ensamble colectivo. Y aquí el señalado es Mauricio Pochettino, que tras el partido admitió su responsabilidad por un primer tiempo en el que PSG fue un descalabro.

Lo que dejó el agónico empate de PSG

Por supuesto que Messi, como gran solista, también tiene para aportar en esta estructura tan particular de PSG, casi en las antípodas de los libretos de Manchester City y Bayern Munich, dos equipos de identidad grupal. Aun con un nivel discontinuo, Messi dejó ante Lorient un remate en el poste, otro apenas desviado y en el tramo final del segundo tiempo exigió dos tapadas del arquero.

Sin deslumbrar, Messi estuvo cerca del gol que tanto se le resiste en la Liga de Francia. Convirtió uno en 11 partidos. Su promedio mejora ostensiblemente en la Champions League: cinco en cinco cotejos.

Remate de Messi en un poste

Messi estará llegando en las próximas horas a la Argentina junto con su familia para pasar las Fiestas. Se reincorporará a los entrenamientos de PSG el 2 de enero. Deja atrás un año muy movilizador para él. Resumido en cifras entre Barcelona, PSG y el seleccionado argentino, durante 2021 disputó 61 partidos y convirtió 43 goles.

En la lista de los máximos goleadores del año, quedó en el sexto lugar, con la posibilidad de que lo alcance Harry Kane, que suma 41 y tiene por delante dos partidos con Tottenham por la Premier League. La nómina de los más eficaces la encabeza, por tercer año consecutivo, Robert Lewandowski, con 69 goles, seguido por Mbappé (51), Erling Haaland (47), Cristiano Ronaldo y Karim Benzema (ambos con 46).

Increíble lo que perdió Di María

Justo este miércoles se cumplieron nueve años del récord mundial de Messi, que en 2012 pulverizó todos los registros con 91 goles en 69 partidos. Esa producción ya es inalcanzable para él mismo, que afrontará 2022 con otro objetivo en forma de Copa del Mundo, la que se disputará en Qatar entre noviembre y diciembre.

En cuanto al partido por la última fecha de la primera rueda, los defectos habituales que se le detectan a PSG estuvieron más acentuados en el primer tiempo, con el agravante de que enfrente había un rival que venía de un golpe tras otro. Lorient no era ningún cuco, y quizá eso lo procesó con una subestimación que lo llevó a una dejadez exasperante. En esos 45 minutos dominó (81 por ciento de posesión) para casi nada y en cada pérdida volvió a exponerse como un equipo muy desarticulado, sin presión ni corte para evitar los contraataques de Lorient, que si no obtuvo una ventaja más amplia que el 1-0 fue por las limitaciones de sus delanteros en los últimos 25 metros.

El golazo de Lorient

Con un 19 por ciento del control de la pelota, Lorient remató 11 veces (cuatro al arco), contra seis de PSG (un disparo de Messi en el poste). El conjunto de Pochettino masticaba el juego sin ideas ni sorpresa. Un fútbol plano, con Messi al trotecito, tratando de encontrar algún espacio entre las dos líneas de cuatro bien comprimidas de los locales. Icardi tuvo el gol a los dos minutos, con un toque que se fue pegado a un poste tras un centro de Mendes. No fue el anuncio de nada, porque PSG se movía a un ritmo parsimonioso y se veía obligado a correr hacia atrás, en un repliegue desordenado, sin tomar las marcas en las réplicas de Lorient.

Más que nunca, PSG dependía de algún destello individual. Lo tuvo Messi, al tomar de aire un pase de Di María y sacar un remate que dio en un palo. Leo y Fideo se buscaron más entre ellos que en conexiones con Icardi. A los 30 minutos se dio el primer pase filtrado de Messi a Icardi, que en la entrada al área fue controlado por un zaguero.

Tras desperdiciar más de un contraataque, Lorient pulió un movimiento ofensivo con varias combinaciones para definir con un golazo de Monconduit desde fuera del área. Los primeros 45 minutos deben de haber sido lo peor de la era Pochettino, que está por cumplir un año de su llegada al club francés.

El cabezazo salvador de Icardi

Para la segunda etapa, el técnico argentino dispuso una línea de tres zagueros con el ingreso de Sergio Ramos, a quien una larga recuperación de una lesión recién le permitió disputar el segundo partido. El tono del desarrollo no se modificó: Lorient mantuvo la muralla de 10 jugadores en su campo. Messi abrió una fisura con un perfecto control de aire de un pase de Ramos y un desborde que buscaba la habilitación a Icardi, pero la pelota le cayó a Di María, que de un gol servido hizo un remate ato. Increíble, tal como lo reflejó la expresión facial de Fideo tras la definición.

PSG no corrigió sus deficiencias para cortar los contraataques locales. Siguió sufriendo, aunque la resistencia de Lorient ya ofrecía grietas por el desgaste. De tan confundido, Paris Saint Germain parecía empezar el receso por las Fiestas dentro del campo, desatendiendo sus obligaciones y responsabilidades futbolísticas, más pendiente de la mesa navideña que de la pelota y el orden táctico. Messi sigue desentrañando ese laberinto de equipo, lleno de luces y sombras.