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Lionel Messi: un debut para empezar a calentar la zurda y tomar nota del duro fútbol francés

Messi encara con la pelota dominada en su debut en Paris Saint Germain
FRANCK FIFE

Lionel Messi ya es un pasajero del fútbol francés, después de toda una vida al volante de Barcelona. A los 34 años empezó otra etapa y desafío en su formidable carrera. Había una expectativa global alrededor de su debut en Paris Saint Germain, que finalmente se produjo a los 20 minutos del segundo tiempo en el triunfo por 2-0 de visitante sobre Reims, con goles de Kylian Mbappé, por la cuarta fecha de la Ligue 1.

En su primer contacto con un medio nuevo, Messi habrá confirmado un par de presunciones: va a formar parte de un equipo con varios interlocutores para el juego asociado y enfrentará a rivales sin muchas contemplaciones a la hora de frenarlo con foul en cuanto intente desnivelar en el uno contra uno. Le hicieron tres faltas y no le cobraron un agarrón a la altura del cuello cuando ingresaba al área. Bienvenido al rigor físico del fútbol francés.

Messi se toma el rostro después de que Munetsi lo agarrara para frenar un avance
FRANCK FIFE


Messi se toma el rostro después de que Munetsi lo agarrara para frenar un avance (FRANCK FIFE/)

En los 26 minutos que jugó -incluidos los seis adicionados-, ocupó preferentemente la zona central, a modo de enganche, detrás de Mbappé. Varios toques de arranque, algunos hacia atrás con Herrera, para empezar a familiarizarse. Cuando profundizó, lo buscó a Mbappé, que hizo valer sus galones de figura de PSG al arrogarse la finalización de las dos jugadas. ¿Habrán sido los únicos minutos en una cancha que compartieron Messi y Mbappé, expectante por su factible transferencia a Real Madrid? En las próximas 48 horas se acabará el misterio.

El debut de Leo tenía más de un condicionante. No solo debe insertarse en un equipo y una competencia nuevas, sino que necesita adquirir ritmo, ya que su último partido oficial fue hace casi 50 días, en la final de la Copa América. Y no hizo pretemporada, solo un par de semanas de acondicionamiento físico. Es probable que esa dinámica la incorpore en los tres partidos de eliminatorias que le esperan con la Argentina. Tras el encuentro en Reims, volvió a París para abordar el avión que lo traerá a América del Sur.

El debut de Messi se empezó a palpitar desde que llegó al estadio. En la antesala del vestuario, con los equipos formados para entrar en la cancha, la mirada de Messi era la del curioso que registra todo en un entorno desconocido. Su frondoso álbum futbolístico incorpora desde este domingo imágenes inéditas. En el banco, cubierto con un tapaboca con los colores del club, se sentó en un lugar para asegurarse interlocutores que hablaran castellano, con Paredes a su lado y el español Ander Herrera en la siguiente butaca.

Para la historia: Messi debuta en PSG

En su última temporada en España, solo había sido suplente en dos oportunidades. En la Copa América, Lionel Scaloni le quiso dar descanso frente a Bolivia, pero Messi impuso su voluntad de jugar. Disputó los siete partidos completos. Quiso que fuera su torneo, de principio a fin. No ocupaba el banco desde del 7 de febrero, cuando entró a los 12 del segundo tiempo por Riqui Puig y dos minutos después marcó el tercer gol del 3-2 ante Betis.

Centro de Di María, gol de Mbappé

Como espectador cercano, Messi comprobó lo que antes ya había visto en el palco del Parque de los Príncipes o por televisión: PSG es capaz de desnivelar cualquier partido en cuanto combinan algunas de sus destacadas individualidades. Ni siquiera necesita ejercer un amplio dominio o desgastarse en reiteradas cargas ofensivas para encontrar el gol.

Di María, poseedor del récord de asistencias en la historia de PSG, con más de 100 pases-gol desde agosto de 2015, enganchó sobre la derecha para servir de zurda el centro que Kylian Mbappé conectó con un portentoso cabezazo antes del anticipo del zaguero central. Funcionó la fórmula: el rosarino como extremo y el francés en su función de centro-atacante, con Neymar arrancando desde el sector izquierdo.

Tres goles –también acredita dos asistencias- en cuatro fechas de Mbappé, cuyo futuro se definirá entre lunes y martes, con la última propuesta de 170 millones de euros más 10 en variables que hizo Real Madrid por su pase. PSG quiere retenerlo para su proyecto estelar de conquistar la Champions League, pero Mbappé ya dejó constancia de su deseo de emigrar al negarse sistemáticamente a la renovación del contrato que vence en junio de 2022.

Messi y su mirada para ir descubriendo un entorno en el que todo es nuevo.
FRANCK FIFE


Messi y su mirada para ir descubriendo un entorno en el que todo es nuevo. (FRANCK FIFE/)

La expectativa por el ingreso de Messi no se cumplió con el regreso de los jugadores del descanso. Pochettino no hizo cambios para el comienzo del segundo tiempo. Más allá de sus individualidades, PSG, colectivamente, es irregular, inconstante. No siempre se defiende bien con la pelota. Y se expone a sustos. Más de dos minutos se tomó el VAR para no convalidar el empate de Marshall Munetsi, que cargó sobre un rechazo de Keylor Navas a un cabezazo.

Mbappé define un contraataque para el 2-0

El griterío en el estadio Auguste-Delaune, con su capacidad para 22.000 espectadores completa por primera vez, se incrementó cuando Messi salió a los 12 minutos a hacer el calentamiento sobre la banda, junto a otros compañeros. Desde las tribunas empezó a bajar el “¡Meeeessi, Meeeessi!”, mientras Mbappé asegurada el triunfo al coronar con una definición de primera un fulminante contraataque con la proyección del lateral Hakimi por la derecha.

Pochettino apoyó su brazo sobre el hombro izquierdo de Messi mientras le daba las últimas indicaciones. Entró a los 20 minutos, previo al fuerte abrazo que le dio a Neymar, su amigo y reemplazado. Salía el 10 e ingresaba el 30, el mismo número de sus comienzos en Barcelona. Ya no es un adolescente, ahora es un consagrado que dejó algunos toques -dio 20 pases, con un 95 por ciento de precisión-, mientras calienta la zurda para futuras intervenciones decisivas.