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Lionel Messi: bautismo de gol en la Ligue 1 y en la temporada que más lo exprime física y mentalmente

Brazos desplegados y rostro sonriente de Lionel Messi para festejar su primer gol en la liga de Francia, el que aseguró el triunfo sobre Nantes.
Brazos desplegados y rostro sonriente de Lionel Messi para festejar su primer gol en la liga de Francia, el que aseguró el triunfo sobre Nantes.

Lionel Messi está habituado a jugar bajo la presión que implica responder a las expectativas que fue generando en una carrera de más de 15 años en primera división. Esa demanda externa se le hizo más pesada en esta temporada, entre un calendario que estrangula el físico y la mente de un futbolista de elite, y su propia coyuntura, con un cambio de club y de país que no figuraba en sus planes. Los niveles de estrés y ansiedad se disparan.

Messi lleva meses tratando de corresponder al mismo tiempo a su amor al seleccionado y a la construcción del vínculo afectivo y futbolístico con Paris Saint-Germain. Se le acumulan los viajes y los partidos a un cuerpo de 34 años. Pone su inmenso talento y su pasión por el juego al servicio de una industria que a veces parece diseñada más para máquinas que para seres humanos. El negocio es impaciente.

Lo mejor de PSG 3 vs. Nantes 1

Cuando subió al avión para la reciente doble ventana de las eliminatorias en la que la Argentina consiguió la clasificación anticipada para el Mundial, Messi trajo en sus oídos el rezongo de Leonardo, director deportivo de PSG, quejoso porque al tiempo que tiene que dedicarle al seleccionado se lo quita a conseguir una más rápida adaptación a su club.

¿Dónde se reflejaba esa lenta inserción de Messi en PSG? En las secuelas que le dejó el planchazo del venezolano Luis Martínez en la pierna izquierda. Y deportivamente, en que no había marcado goles en los 326 minutos de los cinco partidos que llevaba jugados por la Ligue 1. Una estadística muy superada en la Champions League, con tres tantos en tres cotejos.

De regreso a la capital francesa, Messi primero se ocupó de tranquilizar de palabra a sus patrones. En Instagram escribió que tocaba seguir luchando y enfocarse en conseguir los objetivos que se había marcado con el club, para así “terminar el año de la mejor manera posible”.

Lafond le tapa un segundo mano a mano

Setenta y dos horas después de aterrizar, Messi fue titular en un nuevo y nada novedoso triunfo: 3-1 sobre Nantes, equipo de mitad de tabla, para sostener un cómodo liderazgo. Si bien era esperable, la victoria tuvo su complejidad, resuelta por Messi en los últimos 10 minutos, cuando el partido estaba 1-1 y el equipo de Mauricio Pochettino tenía un futbolista menos por la expulsión al arquero Keylor Navas a los 19 minutos del segundo tiempo.

En situación de apuro, Messi apareció con su primer gol en el liga local para asegurar un éxito que seguía en discusión. El Parque de los Príncipes asistió a una de esas definiciones que tantas veces se le vio en el Camp Nou. De cara a la tribuna D’Auteuil, donde los hinchas radicales de PSG festejaron el 30º aniversario de esa agrupación, Messi hizo un gol marca registrada. Tras recibir de Kylian Mbappé, encaró y enganchó hacia adentro para desairar al defensor Andrei Girotto; cerca de la medialuna se perfiló para cruzar el zurdazo que entró a media altura junto a un poste. El Messi de la liga de España desembarcaba definitivamente en la Ligue 1.

Los radicales de PSG festejan el aniversario de la agrupación

Antes de dejar el campo, interrogado por un reportero que parecía más emocionado que él, Messi se refirió al valor deportivo y simbólico que tenía su tanto: “Muy feliz por mi primer gol en la liga. Tenía ganas. Había tenido dos ocasiones, también alguna otra en partidos anteriores. Por suerte convertí, porque se nos había complicado. Y sirvió para ganar, que es lo más importante”.

Todo bien tras el golazo a Nantes, un alivio ante la exigencia de Paris Saint-Germain vía Leonardo, el director deportivo.
Agencia AFP


Todo bien tras el golazo a Nantes, un alivio ante la exigencia de Paris Saint-Germain vía Leonardo, el director deportivo. (Agencia AFP/)

Messi marcaba una bisagra con su gol. Lo consiguió en su sexto encuentro por torneo local, mientras que en Barcelona lo hizo en el séptimo, a Albacete, tras recibir un pase de Ronaldinho. Desde su debut en Francia, atrás quedaron 21 remates al arco (seis contra Nantes). Pudo festejar en el primer tiempo, cuando el arquero Alban Lafont le tapó dos definiciones en el área, una de derecha y otra de zurda.

De derecha, no pudo con el arquero

Sin anotarlo, Messi fue influyente en el 2-1, a los 36 de segundo tiempo, cuando una habilitación hacia la izquierda para el lateral Juan Bernat fue interceptada por el cruce de Dennis Appiah, cuyo despeje se metió junto a un poste. El 1-0 de PSG también fue algo accidental: el remate de media distancia de Leandro Paredes, jugador que falló uno solo de los 105 pases que hizo, se desvió en Mbappé. En previsión del cotejo del martes en Manchester frente al City por la Champions League, Ángel Di María fue suplente. También Mauro Icardi quedó en el banco.

Pochettino siempre trata de que sus palabras sobre las figuras que tiene a cargo suenen lo más mesuradas posible: “No creo que Messi estuviera preocupado por hacer su primer gol en la liga. Ya había marcado en la Champions y mostró de qué es capaz”, sostuvo el entrenador.

Nantes es el club 83 ante el que Messi convierte, sobre los 96 con los que se enfrentó en su carrera. Un alivio para quien vestido con el Nº 30 siempre debe ejercer de Nº 10.