¿Qué momento vive el periodismo deportivo?

Soccer Football - FIFA World Cup Qatar 2022 - Group E - Spain v Germany - Al Bayt Stadium, Al Khor, Qatar - November 27, 2022 General view as Spain's Nico Williams lies down behind the wall to defend a free kick REUTERS/Matthew Childs
Imagen random, y sin embargo bella, del España-Alemania de Qatar 2022. (Foto: Reuters/Matthew Childs)

Cuando uno decide escribir sobre un campo que sus colegas ignoran, convertirse en una especie de referencia no tiene gran mérito. Por eso de vez en cuando me entrevistan estudiantes de Periodismo que buscan ayuda para sus trabajos o gente que tiene un blog (esto ya poco), un podcast (cada vez menos) o un canal de YouTube o Twitch (cada vez más). Muy a menudo, la primera pregunta del cuestionario es: “¿Qué momento vive la prensa deportiva?”

La pregunta es magnífica si la intención es agudizar la pereza del entrevistado. ¿De verdad se creen que se puede resumir eso en un minuto o dos? ¿Se creen que he escrito una tesis y que he memorizado las conclusiones por si llegaba este momento? Mientras tratas de transmitirle esto al entrevistador, con las mejores palabras posibles, ganas tiempo para articular una respuesta medianamente razonable. Para salir del paso, suelo decir que la prensa deportiva actual se caracteriza por su voracidad, que es una palabra con fuerza. Lo de “la dictadura del click” está ya muy manido, aunque no por sobado es menos cierto. Es una lacra esa necesidad constante por llevar usuarios a la web durante las 24 horas del día, por hacernos ver que hay novedades donde no las hay. Muchas exclusivas pero muy pocas noticias.

Para no sentirme un disco rayado, quizá en la próxima entrevista cambie de respuesta. Diré que el periodismo es víctima de la desintermediación, que no tiene la fuerza de voracidad pero es aún más larga. La semana pasada escribí aquí mismo que para ser periodista ya no vale con tener un micrófono. Como varios copiaron esa frase y la pegaron en su twitter (citando), entiendo que no es mal resumen. La prensa sigue siendo esencial para una sociedad (una prensa que cumpla con su labor, claro) pero se ha vuelto casi del todo prescindible para los protagonistas del deporte, que pueden comunicar directamente a los aficionados. “Sin filtros”, como dijo Luis Enrique al anunciar su Twitch. El seleccionador es el último en recibir los palos, como antes Ibai y algunos otros, de unos profesionales que no acaban de entender las modernas herramientas, aunque por supuesto tratarán de subirse a ellas. Casi siempre tarde.

Luis Enrique, al menos, sigue atendiendo a los periodistas en la sala de prensa, aunque sea con desgana. En LaLiga esa desintermediación es aún más radical, como demuestra el celoso control que ejercen sobre su producto, hasta el punto de tomar decisiones editoriales que corresponderían a los operadores televisivos, achicados por contrato, resignados a tener que preguntar a los futbolistas por el partido y no por cualquier otra cosa que les permita llenar páginas y programas. Como para no agarrarse a una ceja arqueada para estirar la polémica de la semana.

Si han llegado hasta aquí, habrán notado que estoy caminando en círculo en torno a algunas de mis obsesiones, que he ido poniendo por escrito en La Libreta durante los últimos 18 años. Durante los últimos cuatro, mi ventana ha sido esta columnita de los martes que hoy toca a su fin. Por eso quiero dar las gracias a Yahoo Deportes y a todos los que os habéis pasado por aquí, de manera puntual o esporádica. La lectura, ya lo sabéis, era opcional. Espero que hayáis sacado algo en limpio. A día de hoy.