No hace falta atizarle a Lewis Hamilton para elogiar a George Russell

BAHRAIN, BAHRAIN - MARCH 10: George Russell of Great Britain and Mercedes and Lewis Hamilton of Great Britain and Mercedes walk in the Paddock during Day One of F1 Testing at Bahrain International Circuit on March 10, 2022 in Bahrain, Bahrain. (Photo by Mark Thompson/Getty Images)
George Russell y Lewis Hamilton, durante los tests de Bahrein a principios de temporada (Photo by Mark Thompson/Getty Images)

A principios de año, el finlandés Valtteri Bottas, compañero de Lewis Hamilton en Mercedes de 2017 a 2021, mostraba sus reservas acerca de su sustituto, el británico George Russell. "No creo que nadie pueda ganarle a Lewis con su mismo coche", afirmaba Bottas olvidando lo que hizo Nico Rosberg en 2016, cuando se proclamó campeón del mundo. Los piques entre Russell y Bottas venían de lejos, desde la irrupción de Russell en la Fórmula 1 en 2019 como la siguiente "gran esperanza inglesa", con todo lo que eso conlleva.

Russell era el entusiasmo, el futuro. El chico que, con veinte años, había ganado las GP3 Series y el campeonato del mundo de Fórmula 2. Bottas era la regularidad en ocasiones mediocre. El funcionario siempre dispuesto a cumplir cualquier orden que le llegara, empeñado en sacrificar su carrera por la de Hamilton sin levantar nunca la palabra. Cuando, en los últimos días de 2020, se rumoreó que Russell podría quitarle el puesto a Bottas, se dice que fue el propio Hamilton el que puso el grito en el cielo. Después de la experiencia con Alonso en 2007 o con Rosberg en 2016, y preparando ya el asalto a su octavo campeonato mundial, no quería follones internos de ningún tipo.

Así que Mercedes decidió prolongar un año más a Bottas y el resto es historia: Hamilton se quedó a una vuelta de batir el récord que comparte con Michael Schumacher y Russell se tuvo que conformar con perder otro año en Williams, con un auténtico desastre de coche. Cuando Toto Wolff vio que no tenía sentido seguir cortando la carrera del inglés, decidió dar luz verde al cambio. Probablemente, él ya supiera por entonces que 2022 no iba a ser un gran año para Mercedes, precisamente, así que, si había tensiones en el paddock, desde luego no iban a decidir un campeonato del mundo.

BARCELONA, SPAIN - MAY 22: Third placed George Russell of Great Britain and Mercedes celebrates on the podium during the F1 Grand Prix of Spain at Circuit de Barcelona-Catalunya on May 22, 2022 in Barcelona, Spain. (Photo by Clive Mason/Getty Images)
George Russell celebra desde el podio su tercer puesto en el Gran Premio de España (Photo by Clive Mason/Getty Images)

Y Wolff tenía razón. No está siendo un gran año para Mercedes. No a la altura de un equipo que ganó siete mundiales de pilotos seguidos, al menos. El coche no puede competir con Red Bull ni con Ferrari y se pasa las carreras con un traqueteo infame contra el suelo del circuito de turno y unos evidentes problemas de velocidad punta, que dificulta mucho el adelantamiento en pista. Ahora bien, para Russell está siendo un año fabuloso. Teniendo en cuenta las condiciones, no hay otra manera de definir el hecho de que lleve tres podios en ocho carreras y en ninguna de ellas haya bajado del quinto puesto.

Su regularidad es asombrosa y no se corresponde con lo que estamos viendo de Ferrari para abajo. Mientras que hay un puñado de pilotos y escuderías que van variando cada carrera para repartirse los puntos -McLaren, Alpine, Alfa Romeo, incluso Aston Martin...-, Russell siempre está por delante de ellos y, en consecuencia, por delante de su compañero de equipo, Lewis Hamilton, desafiando así la predicción de Valteri Bottas. De hecho, en la clasificación del Mundial, Russell va cuarto, por delante de Carlos Sainz, y a apenas 17 puntos de Charles Leclerc. Si el Ferrari sigue fallando, George puede acabar tercero. Sería una barbaridad teniendo en cuenta la diferencia de potencial -obviamente, no de fiabilidad- entre ambos coches.

Por eso parece un poco absurdo señalar a Lewis Hamilton en la situación y cebarse con él. Hasta ahora, carrera a carrera, estamos dando por hecho que el año de Hamilton está siendo malo. A ver, para un piloto que ha sido diez veces primero o segundo a lo largo de su carrera y que nunca, en quince años, ha bajado del quinto puesto en una clasificación mundial, ir sexto puede parecer un desastre. Pero no lo es. Hamilton ha tenido un par de calificaciones malas y una carrera pésima, incomprensible, en Imola... pero sigue siendo el segundo de entre los "mortales" y con cierta diferencia.

Cebarse con Hamilton e ignorar la barbaridad que está haciendo Russell en su primer año con un coche competitivo es injusto. Puede que después de las veintidós carreras del calendario esté por delante de los Ferrari o esté por detrás de su compañero. Eso, obviamente, no lo sabemos. Lo que sabemos es que las expectativas estaban justificados. El chico es una máquina, un reloj. No comete errores y sabe imponer su jerarquía. Que Hamilton está nervioso y frustrado lo vemos todo, pero el mundo no se acaba en Hamilton. Miremos un poco más allá, veamos a este chico de ya veinticuatro años -solo uno menos que Verstappen- y démosle todo el crédito que se merece.

Vídeo | Mercedes presenta el W13, el coche para que Hamilton vuelva a ganar

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