LeBron James cree que Los Angeles Lakers está comenzando a recuperarse después de la victoria del sábado por 143-138 sobre San Antonio Spurs, la quinta en los últimos seis compromisos del equipo de Darvin Ham.

"Creo que estamos cada vez más en una cuerda. Seguimos aprendiendo unos de otros. Como dije antes en la temporada, somos un grupo nuevo, con un sistema nuevo, un nuevo cuerpo técnico, tratando de implementar las cosas sobre la marcha. Nuestros momentos de enseñanza fueron durante los juegos y, lamentablemente, perdíamos", dijo James en diálogo con la prensa después de anotar 39 puntos, el máximo de la temporada.

Y agregó: "Es solo una sensación de que no están realmente seguros el uno del otro, no nos conocemos, pero creo que en las últimas semanas seguimos aprendiendo unos de otros, seguimos jugando un buen balón, compartimos el balón".

Los ánimos estallaron en el tercer cuarto del partido cuando Russell Westbrook quedó ensangrentado después de ser golpeado en la frente por un codazo de Zach Collins. El jugador de los Lakers cayó al suelo después del golpe e inmediatamente se levantó en represalia, pero James lo apartó.

Ham dijo que las acciones de James mostraron la hermandad del equipo: "No quieres empeorar la situación, quieres intentar calmarlo. Tienes a un tipo con sangre en toda la cara que está comprensiblemente molesto. Tener a Bron ahí muestra la hermandad que necesitamos. Esa imagen, esa acción y esa creencia mutua, necesitamos eso para representar a nuestro equipo".

James no solo apartó a Westbrook, quien siguió jugando después de recibir tratamiento, sino que ayudó a aplicar una toalla para detener el sangrado. "De hecho, vi el corte justo cuando sucedió en el piso. En cuanto a la falta, obviamente fue un golpe duro. No quería que Russ lo intensificara más, especialmente con él sangrando así. Solo traté de intervenir y difuminarlo lo más posible", concluyó la estrella de los Lakers.

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