Leandro Stillitano, de ayudante de Ariel Holan a ser el tapado elegido por Independiente para ser el nuevo entrenador

“De chico vivía a siete cuadras de la cancha. Mi papá estuvo un par de años en las inferiores del club y alguna vez incluso se entrenó con la Primera cuando el técnico era Pastoriza y jugaban Bochini y Galván”, recordó alguna vez Leandro Stillitano. Fue durante su paso por Independiente entre 2017 y 2019 mientras trabajaba junto a Ariel Holan, a quien asistió como ayudante de campo y, sobre el final de ese período, también como entrenador de la Reserva. Lo recuerdan bien los empleados de los distintos departamentos del club con quienes compartió tareas en ese tiempo. No así los hinchas, igual de sorprendidos que el resto del fútbol argentino al conocer la noticia de que a a sus 39 años, este hombre sin ninguna experiencia al frente de un equipo de Primera es el apuntado para guiar la siempre difícil nave del Rojo.

Según dejaron trascender desde el club, Stillitano, actualmente ayudante de campo de Gustavo Quinteros en Colo Colo, resolverá este lunes su desvinculación del club chileno para afrontar su nuevo compromiso al frente de Independiente. La sorprendente decisión que tomó la flamante comisión directiva de la entidad de Avellaneda llegó casi por descarte, a medida que se tachaban los nombres de técnicos más afamados, pero también más caros e inalcanzables para las famélicas arcas de la institución (un mes después de desde su asunción, las autoridades darán a conocer el lunes el estado económico y legal del club). “No solo era una cuestión de plata. Una de las primeras preguntas que nos hacían todos era sobre el plantel con el que iban a contar y hasta saber si podremos levantar las inhibiciones que ya nos puso la FIFA y las que todavía puedan venir no estamos en condiciones de dar una respuesta honesta”, afirman desde el seno de la dirigencia.

Así se fueron cayendo nombre cotizados como Ricardo Gareca, Gabriel Heinze, Carlos Tevez, Mauricio Pellegrino o Néstor Gorosito, y hasta otros con menos caché, como Hermes Desio o Luis Islas. Aunque quizás el caso más notorio haya sido el de Gustavo Quinteros. El afán del exentrenador de las selecciones de Bolivia y Ecuador y reciente campeón en Chile con Colo Colo por trabajar en la Argentina hizo pensar por un momento que iba a animarse a cruzar la Cordillera, pero al final el acuerdo no prosperó. Aunque sin duda fue a partir de aquellas charlas que surgiría la posibilidad de contar con su ayudante directo: Leandro Stillitano.

Vivir desde adentro el mundo del fútbol siempre fue la meta de este hombre que nació en Avellaneda en 1983, año que traía un título bajo el brazo para el Rojo, campeón del torneo Metropolitano. Stillitano Lo intentó como jugador entre 2005 y 2009, en Lugano y Dock Sud, hasta que una desgracia familiar -la muerte de su padre- y la necesidad de abrirse camino por otras vías lo empujaron a colgar los botines. Se puso a estudiar la licenciatura en Recursos Humanos en la Escuela Argentina de Negocios (tiempo después agregaría una diplomatura en Coaching Deportivo), pero el imán de la pelota lo seguía atrayendo: en simultáneo obtendría el título de director técnico.

Stillitano arrancó su carrera en el banco de suplentes en Primera D. Fue en 2012, en San Martín de Burzaco (su equipo acabó tercero y cayó en las semifinales del Reducido por el ascenso) y continuó en 2014 en la C, cuando dirigió a Juventud Unida en los últimos partidos del torneo. No se conformó y su empeño por mejorar y aprender lo impulsaría a dar el salto en el primer semestre del año siguiente. Quería conocer nuevos métodos de trabajo y le pidió permiso a Matías Almeyda para asistir a los entrenamientos de Banfield, el equipo que por entonces dirigía. Fue ahí donde conoció a Holan, ayudante del Pelado y técnico de la Reserva.

Tal vez haya sido la pasión que ambos sienten por Independiente o pura afinidad, pero lo cierto es que seis meses más tarde, cuando Defensa y Justicia contrató al ex preparador de hockey para que hiciera su primera experiencia en el fútbol, se llevó con él a Stillitano, y lo mismo ocurriría en 2017, cuando fue el Rojo el que llamó a la puerta.

Junto al actual entrenador de Universidad Católica, el que desde enero sería el máximo responsable del Rey de Copas vivió la última gran alegría del club: la campaña de ese mismo año que culminaría con el Maracanazo ante Flamengo y la conquista de las copas Sudamericana y Suruga Bank. También el lento declive posterior del equipo y el comienzo de una etapa de problemas de todo tipo que derivaron en la actual situación.

En aquel momento nadie se hubiera atrevido a predecir que ese primer paso por Independiente daría sus frutos casi cuatro años más tarde, un tiempo durante el cual Stillitano amplió su experiencia trabajando junto con Quinteros en los Xolos de Tijuana (México) y en Colo Colo, donde pudo sumar una Supercopa y el campeonato de este año a su sala de trofeos. Hasta que las líneas del tiempo y el espacio volvieron a cruzarse para marcar un punto de encuentro en el lugar y el momento justo.

“La idea de juego de Leandro es parecida a la que tenemos nosotros. Es ideal para un equipo grande. Él tendría la personalidad para pararse frente a un grupo. Aprendió mucho. Nosotros perdemos un ayudante, pero estamos contentos por él”, dijo en las últimas horas Gustavo Quinteros a Radio La Red. Y continuó: “Ya hablamos con Leandro. Es muy trabajador y muy capaz. El ya estuvo de ayudante de campo en un proceso bueno. Yo lo voy a apoyar y le voy a desear lo mejor”.

De un lado hay un entrenador que ambiciona comenzar una carrera en solitario sin poner trabas ni en cuestiones de dinero ni en el plantel que vaya a recibir. Del otro, una directiva accesible a su agujereado bolsillo. La coincidencia es completa porque, además, la persona en cuestión estrenaría el currículum con la camiseta de sus amores, conoce a la perfección los valores que transmite el ADN del club y ya conoce la casa.

Si no hay ningún inconveniente en el medio, el nuevo técnico de Independiente se llama Leandro Stillitano y casi, casi, es un desconocido. A partir de ahora, el mundo del Rojo -y el de todo el fútbol argentino- tendrá que empezar a descubrirlo.