El laboratorio de Martín Demichelis en River, de la tablet a la nutrición: cómo trabaja el DT que quiere dejar su huella

Apasionado por la táctica, estudioso de cada aspecto del juego y fanático de River, Martín Demichelis ni siquiera dudó un segundo cuando la dirigencia del club de Núñez le realizó la propuesta formal para asumir el enorme desafío de ser el reemplazante de Marcelo Gallardo. Preparó las valijas, dejando atrás la serenidad de Europa, para regresar a la Argentina e instalarse en la zona de Nordelta. Desde allí por lo menos cuatro veces a la semana recorre los 68 kilómetros que separan su hogar del predio de Ezeiza, lugar en el que funciona su exitoso laboratorio futbolístico.

Disciplinado al máximo porque cree fuertemente en la cultura del trabajo dentro y fuera de la cancha, Demichelis habitualmente deja el confort de su cama cuando el sol ni siquiera se asoma por la ventana con el propósito de llevar adelante una planificación adecuada mucho antes de iniciar cada práctica. “Me levanto a las 5:30 de la mañana para ir al River Camp y vuelvo a la noche”, contó hace unas semanas, en conferencia de prensa. A casi 20 años de su partida a Alemania para incorporarse a Bayern Munich, el técnico hizo el camino inverso para volver a River desde la Reserva del equipo alemán -participa de la cuarta categoría del fútbol teutón-, donde asumió en abril de 2021 y estuvo hasta noviembre de 2022: dirigió 73 partidos oficiales, con 38 triunfos, 18 empates y 17 caídas.

Además del reto de sustituir al DT más ganador de la historia de River, Demichelis no sólo aceptó la idea de retornar a su país, sino también de conformar un nuevo cuerpo técnico para estar rodeado de la mejor manera posible en el siempre competitivo fútbol argentino. Aunque vio la mayoría de los partidos de River durante los últimos años, necesitaba del conocimiento de sus colaboradores para actualizarse sobre los rivales, cuestiones logísticas y otros detalles que exceden las imágenes que podía observar a través de su computadora.

Tras no tener éxito al buscar a su amigo Javier Gandolfi como principal ayudante de campo debido a que dejó ser el DT interino de Talleres para quedarse definitivamente con el cargo, optó por Javier Pinola, a quien conoció en Alemania: el ex marcador central es ídolo del Nuremberg, donde actuó desde 2005 hasta 2015. Además, Germán Lux completa el tridente principal de un equipo de trabajo que le delegó la preparación física a Flavio Pérez, acompañado por Diego Riberi, de pasado como arquero en Quilmes, y Diego Mirabella. Alejandro Saccone es el responsable de entrenar a los arqueros.

Lejos de sufrir desacoples en el trabajo cotidiano, el cuerpo técnico, sin una estructura de experiencia previa, pese a que muchos se conocían previamente por haber crecido profesionalmente en River, mostró una eficiente metodología de trabajo desde su primer día, el 10 de diciembre de 2022.

ADN riverplatense

Demichelis conoce profundamente la filosofía del club en materia de juego, mirando el arco de enfrente, con la premisa de darle un buen destino a la pelota mediante la salida desde el fondo. Para justificar su intención de avanzar a partir de la posesión en las zonas delicadas donde un error puede tener como acto seguido la reposición desde el círculo central, dio una explicación de carácter matemático aplicado a la táctica.

“Estoy cien por ciento convencido que, si un rival te viene a presionar con tres, hay que salir jugando; si viene a presionar con cuatro, hay que salir jugando; si viene a presionar con cinco, hay que prestar más atención. Y si viene a presionar con seis, ya no hay más pase corto, el pase es más largo. Con los tres de arriba, más uno más, seguramente es un mano a mano. Uno contra uno”, argumentó.

Entre los rasgos distintivos que caracterizan a la versión 2023 de River está su fortaleza en la pelota parada tanto para la marca como la búsqueda en el área rival, utilizando un abanico jugadas preparadas. A la hora de tomar recaudos, dejó atrás las designaciones individuales de la era Gallardo para apostar a un método colectivo: “Para mí, lo más importante es la pelota, es la que manda. Atacamos la pelota con los que defienden en zona, ahí pongo a mis mejores cabeceadores”.

En los ensayos tácticos, el DT muchas veces mezcla a sus jugadores, sin distinción entre titulares y suplentes, para alimentar la competencia interna y probar distintas variantes. Si bien prioriza las cualidades de sus dirigidos, no ignora las fortalezas y debilidades rivales. Analiza minuciosamente a cada equipo: aunque no tuvo una experiencia precisamente grata en Brasil, donde perdió por 5 a 1, había observado los últimos 15 compromisos de Fluminense.

Para replicar los posibles escenarios que se le pueden presentar en los partidos, Demichelis copia los dibujos tácticos de los adversarios cuando acude a un selectivo de las Inferiores compuesto por talentos de la Cuarta, Quinta y Sexta División, tarea que le confió a Edgardo Sbrissa, técnico suyo en el club rosarino Renato Cesarini, institución desde la que el ex marcador central arribó a las categorías formativas de River.

Por ejemplo, si el próximo oponente de su equipo utiliza la salida a través de los defensores, Demichelis les explica a sus jugadores de qué manera les conviene presionar para quitarles el balón. Y si del otro lado hay una línea de cinco, otorga las herramientas tácticas y teóricas para poner en práctica de qué manera romper con los cerrojos, a pura prueba y error hasta que lograr inculcar el plan que elaboró.

En ese contexto, los ejercicios diseñados por Demichelis, Pinola y Lux, quienes pasan varias horas reunidos en el River Camp luego de cada jornada de entrenamiento, tienen muchos ensayos de fútbol en espacios reducidos y tareas individuales que apuntan a un factor clave para el DT: ganar los duelos individuales, situación que traslada a los partidos cuando la distribución de sus dirigidos en la cancha es similar a la de sus rivales.

Más allá de la parte netamente táctica, técnica y estratégica, Demichelis está muy atento a la preparación física. Al haber vivido casi la mitad de su vida en el Viejo Continente, donde tuvo entrenadores reconocidos mundialmente como los alemanes Ottmar Hitzfeld, Jupp Heynckes y el neerlandés Louis Van Gaal, adoptó el estilo europeo de que haya entrenamientos regenerativos al día siguiente de cada compromiso. Además, cuando un jugador sufre una lesión, prefiere no acelerar los plazos de recuperación, al punto de darle el margen de un partido después de que recibe el alta médica, como sucedió recientemente con la ausencia de Paulo Díaz en el Superclásico.

Además, el DT tampoco desestima la importancia de la nutrición: incorporó un cocinero del club en los viajes para garantizar que todo esté bajo control. Entre los ajustes en la alimentación para reducir azúcares, implementó el aumento en la variedad de frutas y jugos naturales.

Con respecto al plano emocional, Demichelis no ahorra en elogios hacia sus dirigidos delante de los compañeros. Abierto al diálogo, les brinda argumentos para que comprendan cada una de sus decisiones en el armado del equipo. Y si el resultado inmediato es adverso, lejos de caer en la necesidad de aplicar cirugía mayor, a excepción de la presentación posterior a la caída por 2-1 ante Arsenal, elige sostener la estructura para que la confianza siga firme, tal como ocurrió luego de perder por 5-1 contra Fluminense. No dramatiza ante la derrota y aplica un discurso que a esta altura integra sus mandamientos: “Se gana, se empata y se aprende”.

Preparado en Europa, donde consiguió el título de Director Técnico y dos licencias de la UEFA al estudiar en España, Demichelis atraviesa su primer semestre al frente de River con un porcentaje de puntos elevado y el respaldo que representa haberle ganado 1-0 a Boca en el estadio Monumental. Consciente de que la exigencia en el club siempre demanda un título para nutrir las vitrinas del Museo River, va en busca de la vuelta olímpica en la Liga Profesional, amparándose en su laboratorio de metodología exitosa hasta ahora.