Yahoo Noticias La Selección Mexicana y su triste realidad: los entrenadores de prestigio la batean
La elección del nuevo entrenador del Tri, la Selección Mexicana, sigue causando fuertes debates en la opinión pública. Pocas personas conocen ese proceso como Guillermo Cantú, ex director de Selecciones Nacionales, que tuvo que tomar dos decisiones clave durante su última gestión, finalizada en 2019: contratar a Juan Carlos Osorio, con miras a Rusia 2018, y a Gerardo Tata Martino, pensando en Qatar 2022 como destino final.
El directivo reveló que, en ambos casos, buscó a dos directores técnicos de primer nivel: el alemán Jürgen Klopp en el 2015 y el argentino Mauricio Pochettino en 2019. Ambos declinaron la oferta. "Había varios nombres muy interesantes, aunque es irrelevante citarlos a todos. Por ejemplo: Klopp a mí siempre me gustó; él acababa de salir del Borussia Dortmund, lo contactamos y la respuesta fue que en su plan profesional no iba a tomar ninguna selección por el momento. Que muchas gracias por contactarlo e interesarse", recordó Cantú en entrevista con ESPN.
Y más o menos lo mismo pasó con Pochettino, un entrenador que marcó un antes y un después en la historia del Tottenham Hotspur de Inglaterra y luego firmó en el PSG en 2020. "(Me dijo) 'Es que aquí tengo todo lo que necesito, no quiero dejar este trabajo. Pero vente y platicamos; mira, yo entrenó así'. A mí me encanta cómo técnico. Y después de haber platicado con él, también. Él tiene un equipo de trabajo padrísimo", contó el directivo.
Contrario a la idea que se quiere vender, de que la Selección Mexicana es un destino atractivo a más no poder, y de que cualquier técnico suspira por esa oportunidad, Cantú estableció que muchos entrenadores se descartan por cuenta propia y ni siquiera se llega a hablar de condicionales laborales. "Haces una lista, o varias, con entrenadores; con algunos de los logros o características que te gustaría que tuviera el director técnico de la Selección Mexicana, y de ahí vas reduciéndola poco a poco, ya sea por desinterés, o por imposibilidad de alguna de las partes", dijo Cantú sobre la baraja de 24 entrenadores que se llegó a tener en mente para encabezar el proyecto rumbo a Qatar 2022. No todos son candidatos reales, pero se les contempla, a pesar de que tengan condiciones de juego y de trabajo metodológico totalmente diferentes.
Lo más curioso del caso, como reconoció Cantú, es que el alemán no tenía trabajo en ese momento, pero con seguridad era consciente de que le iba a llegar alguna oferta de un club de élite. Y así pasó, pues fue fichado por el Liverpool, club al que reconstruyó y llevó a la gloria europea en 2019 con la obtención de la Champions League y, luego, en 2020, rompió la maldición red de nunca haber ganado la Premier League en su formato vigente (inaugurado en 1992). En México, como mucho, habría aspirado a ganar la Copa Oro. Y a hacer un papel decoroso en la extinta Copa Confederaciones, cuya última edición se jugó en 2017 con México ubicándose en el cuarto puesto tras ser goleada en Semifinales (4-1) por una selección alternativa de Alemania, y perder el partido por el tercer lugar con Portugal.
Pochettino no pudo narrar el mismo éxito, pues fue destituido de los Spurs en 2019 y no le fue bien en París, pero su prestigio permanece intacto y no sería raro volver a verlo pronto en algún equipo de altos vueltos en Inglaterra o algún otro país con futbol competitivo. De hecho, en la misma época en la que fue sondeado por Cantú, Pochettino era la opción número uno de Claudio Tapia, presidente de la Asociación Argentina de Fútbol, para entrenar a la Albiceleste, según La Nación. Pero no sucedió: si no llegó a Argentina, mucho menos lo haría a México.
No hay más que decir. La Selección Mexicana simplemente no ofrece el prestigio necesario para entrenadores de ese nivel. Podrá haber mil y un lamentos, pero la realidad es esa. Y mientras no se haga nada para cambiarla, el desfile de nombres, planes y proselitismo será en vano: el futbol nacional se quedará estancado y, peor aun, seguirá la tendencia a la baja que comenzó en Qatar 2022 al romper la racha de siete Mundiales consecutivos pasando a los Octavos de Final. No pasa por el tema del dinero, pues Gerardo Martino era el quinto entrenador mejor pagado de la última Copa del Mundo, con ganancias de 2 millones 900 mil dólares al año. La Selección Nacional no ofrece prestigio ni ambición, y esa, por doloroso que sea, es su condena.
