La Liga MX y su mediocre futbol que nos hará extrañar a Qatar 2022 como nunca; aquí nos tocó vivir

Qatar 2022 y su recuerdo harán que volver a ver el futbol mexicano sea más cruel. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Qatar 2022 y su recuerdo harán que volver a ver el futbol mexicano sea más cruel. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

Qatar 2022 ya se conjuga en tiempo pasado. Todo quedó atrás, aunque haya sucedido hace dos semanas. Y el consuelo, a nivel nacional, no podría ser más desalentador: la Liga MX. Es lo que nos toca. Todavía no terminaba de hablarse de Messi, Mbappé, la locura y la épica de un deporte sin igual, cuando algunas voces ya insistían en traer a cuenta la Copa SKY. Debería estar prohibida tanta crueldad.

¿Cómo volver al futbol mexicano después de lo visto en la Copa del Mundo? No es fácil, nunca lo ha sido. Pero el fracaso de la Selección lo vuelve todo todavía más lastimoso. Porque veremos, semana a semana y en tiempo real, cada uno de los males que enlistamos en las horas inmediatas al 30 de noviembre de 2022, cuando México jugó su último partido en el Mundial y quedó eliminado pese a vencer a Arabia Saudita.

Igual que cada cuatro años, se habló del exceso de extranjeros, de la multipropiedad, de la falta de apoyo a los jóvenes. La receta está dada desde tiempo inmemorables, pero la enfermedad no se acaba y, para prolongarla, para darle razones de subsistencia, regresa la Liga MX. ¿Cómo entender que Necaxa y San Luis (primer partido del torneo) juegan al mismo deporte que Argentina y Francia? Si ni siquiera la Premier League o la Champions podrán llenar ese vacío, ¿de qué sirve hacerle un hueco en nuestra cabeza a la liga de los repechajes y los no descensos?

Porque además, como si no fuera todo ya desolador, los equipos no se esforzaron en hacer menos dolorosa la resaca mundialista. Ningún equipo tuvo grandes fichajes ni cuenta en sus filas con algún crack deslumbrante por el que valga la pena desvivirse. Los "cuatro grandes" traen la capa caída, como casi siempre; los regios no sacudieron el mercado —se hubiera agradecido—, y ni siquiera hay alguna gran rivalidad, la que sea (equipo-equipo, jugador-jugador, jugador-entrenador), que le ponga sazón al campeonato.

Pero ahí estaremos, pese a todo, contra nuestra voluntad, a regañadientes; del modo que sea, pero estaremos. Porque, queramos o no, al futbol mexicano nos une un rasgo tan identitario como infantil: cuando fuimos niños, y cuando no sabíamos que en Inglaterra se jugaba el mejor futbol de clubes del mundo, la vida se nos iba en nuestro futbol repleto de defectos, ironías, despropósitos, comedia involuntaria y mucha, pero mucha, mediocridad.

Funes Mori y Chávez durante el Mundial de Qatar 2022. Pronto se reencontrarán en la Liga MX.  (REUTERS/Matthew Childs)
Funes Mori y Chávez durante el Mundial de Qatar 2022. Pronto se reencontrarán en la Liga MX. (REUTERS/Matthew Childs)

En tres años y medio el Mundial estará en casa. O algo así: con suerte se tenga la inauguración y un par de partidos decentes. Y ahí el Mundo nos mirará como nosotros miramos a los países sin gloria futbolística que organizan un Mundial: dicen que ahí también juegan futbol, pero no son muy buenos. Y ese camino empieza ya. El primer paraje es el Torneo Clausura 2023, en el que Pachuca defenderá su corona y, mientras lo hace, veremos a Luis Chávez y diremos: él no tendría que estar jugando aquí.

Porque es bueno y los jugadores realmente buenos no juegan aquí. También veremos a Dani Alves en Pumas y será imposible no pensar que hace un mes compartía vestidor con Neymar y Vinícius. La tristeza por Qatar y su recuerdo seguirá configurando la visión del futbol nacional durante un tiempo indefinido, pero tiempo caduco al final de cuentas. Vendrá el desquite, el pago de factura. Luego todo pasará al olvido. En algún momento se anunciará al nuevo entrenador de la Selección Mexicana, que llegará reluciente y tendrá un aura de invencibilidad y de confianza absoluta. Y Qatar 2022 quedará más en el pasado hasta que sea parte de la prehistoria: ¿se acuerdan cuando quedamos fuera en fase de grupos? Yo sí, pero no importa, porque mi equipo fue campeón.

Mbappé, Messi, Qatar. Ya todo es parte del pasado. (Yukihito Taguchi-USA TODAY Sports)
Mbappé, Messi, Qatar. Ya todo es parte del pasado. (Yukihito Taguchi-USA TODAY Sports)

Los extranjeros en exceso, los malos manejos, las promesas truncadas, los torneos inventados. Todo seguirá ahí y esperará su turno de penitencia de cada cuatro años, cuando suene la alarma en 2026. El olvido y el perdón no serán inmediatos. Cada vez que un televisor mexicano se encienda para poner futbol, la nostalgia será inevitable: ¿Dónde está el sonidito (tuntuntun) previo a cada partido del Mundial? No existe más. Lo que extrañas ya no existe: Qatar 2022 es otro mundo. El nuestro es este porque, como tantas veces se ha dicho, aquí nos tocó vivir.

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