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López-35 km, una asociación perfecta para resurgir

Múnich, 16 ago (EFE).- Miguel Ángel López, licenciado en Educación Física por la Universidad Católica de Murcia, ha encontrado en la nueva distancia de 35 kilómetros la excusa perfecta para reactivar, con 34 años, una carrera deportiva que parecía languidecer después de haberlo sido todo en los 20 kilómetros marcha: campeón de Europa y del mundo.

Ocho años después de subir a lo más alto del podio europeo en Zúrich, el español ha vuelto a saborear las mieles del triunfo continental al cabo de una gran exhibición en el circuito de la Odeonsplatz.

Con un tiempo de 2h26:49, había acumulado una ventaja tan grande que en el último kilómetro se permitió el lujo de abrazar a su entrenador, José Antonio Carrillo, y envolverse en la bandera española para adornar su entrada triunfal en la meta, precediendo al alemán Christopher Linke (2h29:30), al italiano Matteo Giupponi (2h30:34) y al segundo español, Manuel Bermúdez (2h32:31).

"Un tío muy introvertido, pero un killer en plena acción", así lo definió su entrenador, José Antonio Carrillo, el 23 de agosto de 2015 cuando Miguel Ángel se proclamó campeón del mundo de 20 km en Pekín. Estaba orgulloso de tener "al mejor marchador del mundo, sin discusión, en cuanto a técnica".

A sus 27 años, el murciano había conquistado el cetro mundial siguiendo una progresión imparable: quinto en los Juegos Olímpicos de Londres 22012, bronce en los Mundiales de Moscú 2013, campeón de Europa en Zurich 2014 y campeón mundial en Pekín 2015.

Carrillo pensó inmediatamente después en un nuevo reto: una medalla olímpica, "cualquiera que sea", confesaba. Pero ese logro se le ha mostrado, por el momento, esquivo al murciano. López se presentó en los Juegos de Río 2016 con rango de campeón del mundo de 20 km e intentó un doble reto, al inscribirse también en los 50.

Sin embargo, los resultados en los Juegos brasileños estuvieron lejos de sus expectativas. Fue undécimo en la marcha corta y abandonó en los 50. Cinco años después, en Sapporo (Japón), terminó en el puesto 31, pero esta victoria europea puede impulsar al murciano a volver a intentarlo en París 2024. Tendrá entonces 36 años.

Desde su título mundial de Pekín, derrotando en su propia guarida a los chinos, que partían como favoritos, López no había bajado del décimo puesto en Mundiales, y en los Europeos de Berlín 2018 había sido sexto, pero la introducción de los 35 km (sustituyendo en el programa oficial a los 50) ofreció al marchador español una oportunidad para resurgir, puesto que su incursión en la distancia más larga tan sólo le había dado un título nacional en 2016.

Nacido en Llano de Brujas, una pedanía de Murcia, el 3 de julio de 1988, López se ha significado desde sus inicios por su exquisita técnica, su espíritu de lucha, un cerebro a prueba de calentones y un cuerpo armónico y proporcionado, ideal para la marcha.

Con sólo 25 años, una edad relativamente temprana para esta disciplina, López ya tenía un historial envidiable: quinto en los Juegos de Londres 2012, bronce en los Mundiales de Moscú 2013, segundo en la Copa de Europa el mismo año y quinto en la Copa del Mundo de Taicang 2014.

Campeón de Europa sub-23 en 2009, López se ganó muy pronto el derecho a figurar en todos los pronósticos sobre medallas para España en cualquier competición internacional.

López fue el hombre que permitió a la marcha española volver a reinar en el mundo veintidós años después de conseguir los dos títulos (20 y 50 km) en Stuttgart'93 con Valentín Massana y Jesús Ángel García Bragado. Su victoria de Múnich demuestra que aún no ha dicho su última palabra.

(c) Agencia EFE