Yahoo Noticias Kun Agüero y su elogio para la Selección Mexicana, que solo fue para quedar bien
Sergio Kun Agüero tiene claro que Qatar 2022 será el centro de atención cuando México y Argentina se vean las caras en la cancha del Estadio Lusail. A pesar de asimetría entre uno y otro plantel, el partido ha despertado un sinfín de suspicacias. El desenlace está claro para muchos, pero el Tri suele brindar actuaciones más que decorosas en las grandes citas. Con la presión de las luminarias encima, es cuando los verdes adoptan un rol de caballo negro.
Quizá el clima de pesimismo ha aumentado en los últimos meses. El elenco de Gerardo Martino ha sido más que irregular y su desempeño ha provocado una ola generalizada de críticas, una más salvaje que la anterior. Pero ante los ojos del mundo, como ya lo demostró la leyenda brasileña Dunga, los nacionales suelen ser una piedra en el zapato para cualquiera.
En esta ocasión ha sido un distinguido argentino el que le ha dado motivos a los fans mexicanos para sonreír, o al menos para no tirar la toalla por descontado. “Argentina tiene mucho más chance de poder ganarlo, pero México tiene esos partidos. Capaz hace el mejor partido contra Argentina. De repente te juegan como nunca, por eso creo que México es peligroso. Luego ves a México contra un país inferior y termina perdiendo. Pero con equipos grandes te juega como nunca”, señaló el exdelantero en entrevista con ESPN.
Es una constante para el Tri en Copas del Mundo. No se equivoca Agüero cuando habla de la proclividad que tiene México para sobreponerse a los malos augurios en los días fundamentales. El Mundial pasado otorga la mayor certeza al respecto. Alemania llegó como la favorita indiscutida y muchos vieron una goleada de proporciones épicas desde antes de que el balón empezara a rodar. La realidad, a fin de cuentas, sobrepasó los pronósticos de los más optimistas: México le pegó al campeón del mundo y su victoria entró en los libros de historia de manera instantánea.
Pero también es cierto que todas las grandes victorias de México en Copas del Mundo tienen matices. Por ejemplo, el valor de la hazaña contra Alemania cayó por los suelos cuando vimos que Corea del Sur también pudo hacerlo. Y entonces nadie tuvo dudas: el Tri enfrentó a una de las peores versiones alemanas que se recuerden. Y peor: México borró la magia de esa victoria cuando se le fueron las luces contra Suecia en el último partido del grupo (derrota de 3-0).
Lo mismo podría decirse de el gane de 3-1 a Croacia en Brasil 2014. La selección de Modric fue decepcionante en ese Mundial. Habían llegado como favoritos para pasar la ronda de grupos y se fueron eliminados con aquella victoria mexicana que elevó el autoestima nacional por las nubes. Y cuatro años después la evidencia hablo por sí sola: México llegó al mismo lugar de siempre y Croacia fue finalista de Rusia 2018.
En general, se tienen que conjugar dos cosas para que México tenga grandes días en las Copas del Mundo: un nivel competitivo alto y un mal día del coloso de turno. Y cuando ha pasado de ese modo, el Tri ha pegado los grandes batacazos conocidos hasta hoy. O al menos ha habido partidos que pasan a la posteridad por la originalidad de su desarrollo. Nadie podría olvidar el empate contra Países Bajos en el Mundial de Francia 98 ni el 1-1 contra la Italia subcampeona de Estados Unidos 94.
Y ahí es cuando sobreviene otro problema: México nunca le ha ganado a una superpotencia en un partido de matar o morir. Y esa cifra no sólo se reduce a los cruces de octavos, sino también a los grupos. Contra Italia en el 2002 hubo un empate, cuando el Tri tuvo todo para ganar ese duelo. En 2006, contra Portugal, México perdió y avanzó en su grupo pidiendo la hora.
En efecto, cuando el Kun menciona que México puede dar un gran partido contra Argentina, dice la verdad. Y además sabe que así se echará al bolsillo a los fans mexicanos (que de por sí le profesan simpatía, y cómo no, si el Kun desborda carisma). Pero el contexto actual no brinda las mejores herramientas para pensar en esas reminiscencias de días emocionantes. Da igual. Los partidos, se sabe, hay que jugarlos.
