Klopp se desquita del 'cholismo'

Liverpool, 3 nov (EFE).- Jürgen Klopp tenía clavada la espina de Diego Simeone y su Atlético de Madrid desde hace año y medio. Desde que este equipo le eliminó de la Liga de Campeones, Klopp sabía que tenía que ejecutar una venganza y quitarse de encima el peso del 'cholismo'. No fue en una eliminatoria, pero el Liverpool venció con tanta superioridad al Atlético que Klopp, por fin, puede darse por satisfecho.

Su roce con el Atlético nació en la rueda de prensa posterior a la eliminación en octavos de final de la temporada 2019/2020, cuando eran vigentes campeones de la Champions e iban lanzados a por el título de la Premier. Klopp, incrédulo al ver que su equipo, con muchas ocasiones, caía tras dos golazos de Marcos Llorente, no se mordió la lengua en rueda de prensa.

"Con la calidad y los jugadores que tienen, deberían jugar a otra cosa". No se creía el teutón que un equipo que había estado atrás durante 100 minutos, conjurados a Jan Oblak y a un puntual fallo de Adrián San Miguel acabara de tumbar al mejor conjunto, según él, del planeta.

Salió muy enfadado de aquella noche Klopp, que además tuvo que aguantar el calentón durante meses, los que tardó en volver la competición y desquitarse con el levantamiento de la primera Premier en treinta años para los 'Reds'.

Pero seguía con la espinita en su interior. Necesitaba una revancha contra los soldados de Simeone y los bombos le sonrieron. Le emparejaron en la fase de grupos, sin la misma importancia que las eliminatorias, pero suficiente par urdir un plan y lograr inclinar a su rival.

Lo consiguió en el Metropolitano, con fortuna por una expulsión de Antoine Griezmann y un penalti no pitado en los minutos finales, pero aún le quedaba el examen final ante su público, en el escenario en el que le desequilibraron.

Anfield esperaba al Cholo y Klopp, que no había parado de halagarle en la previa -"le respeto muchísmo, lo que ha logrado es increíble"-, aún más. Y esta vez se resarció por completo. Le metió un meneo táctico en veinte minutos, explotando, como en la ida, la banda de Yannick Carrasco, y aprovechó la expulsión de Felipe para cerrarle las puertas a cualquier reacción.

Klopp, que acabado el choque fue a saludar a los jugadores del Atlético, ante la atenta mirada del 'Cholo' desde la banda, lucía una impecable sonrisa, una alegría inmensa. Se acercó al centro del campo, comenzó a aplaudir a sus aficionados y se marchó al túnel de vestuarios, consciente de que había tenido que esperar mucho tiempo, pero por fin se había desquitado de la espina del 'cholismo'.

Manuel Sánchez Gómez

(c) Agencia EFE