Kevin Durant sintió los nervios antes de su debut en casa con Phoenix Suns, pero estaba emocionado de regresar tras una lesión. El alero soportó la frustración de las lesiones en sus primeros meses como jugador de la franquicia desde que fue traspasado de los Brooklyn Nets.

El MVP de la temporada 2014 se unió a los Suns el 9 de febrero, pero había jugado solo tres veces antes del encuentro del miércoles con Minnesota Timberwolves. Todos esos partidos, que fueron ganados por Phoenix, se dieron como visitantes.

Después de perderse los últimos 10 partidos debido a un esguince de tobillo, Durant regresó para jugar en casa contra Timberwolves y anotó 16 puntos, cuatro asistencias y ocho rebotes en una victoria por 107-100.

"Fue difícil para mí dormir hoy, fue difícil para mí dejar de pensar en el juego. A veces puedes quererlo demasiado, y sales, comienzas a apresurarte y a ser poco característico", manifestó el alero tras el encuentro.

"Me alegro de haber vuelto, me alegro de estar jugando de nuevo y ser uno de los muchachos. Solo estoy construyendo desde aquí. Se sintió bien. Extraño jugar, extraño estar con los muchachos. Fue una gran victoria para nosotros, necesitábamos esta, pero sí, me sentí bien estando ahí otra vez", agregó.

El entrenador de Phoenix, Monty Williams, también dio su palabra y aseguró que quedó impresionado con lo que vio del 13 veces All-Star, pero sabe que hay más por venir. "Pensé que luchó en ambos extremos. Creo que su cardio tiene que volver al nivel que él quiere. Una vez que lo consiga, veremos al Kevin que todos conocemos", concluyó.

Foto: Getty Images