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Juegos Paralímpicos Tokio 2020. Brian Impellizzeri no fue a un mundial porque se olvidaron de anotarlo y ahora tiene desquite: ganó una medalla plateada

El rosarino Brian Impellizeri tuvo su debut absoluto en los Juegos Paralímpicosy  no sabía de la existencia de esta competencia hasta hace 5 años
El rosarino Brian Impellizeri tuvo su debut absoluto en los Juegos Paralímpicosy no sabía de la existencia de esta competencia hasta hace 5 años

Hace cinco años, Brian Impellizzeri no sabía ni que existían los Juegos Paralímpicos. En ese lapso, se metió al mundo de la competencia, le fue muy bien, conoció las profundidades de la desorganización y tocó el cielo deportivo. Resumidamente: el rosarino brilló en Juegos Parapanamericanos, no acudió a un mundial porque la dirigencia omitió inscribirlo y ahora consiguió una medalla plateada paralímpica para la Argentina.

El rosarino de 23 años resultó segundo en salto en largo y obtuvo el cuarto podio de la delegación albiceleste en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, que hasta ahora acumula dos segundos puestos y dos terceros. No fue un golpe de suerte: “Galgo” (“me lo puso mi papá porque hago atletismo y soy flaco y alto”) ya era el número 1 del ranking mundial. Y rindió mejor que nunca en su vida, con un brinco de 6,44 metros, su récord personal, en la pista mojada del Estadio Olímpico de la capital japonesa. Aun así, no le alcanzó para la medalla dorada, porque el ucranio Vladyslav Zahrebelnyi registró 6,59.

El mejor salto de su carrera

Impellizzeri tal vez sería un fenómeno del deporte convencional con sus 1,97 metros, pero tiene una leve parálisis cerebral congénita, que le provoca una hemiplejia en el brazo y la pierna izquierdos. Tan leve que es casi imperceptible, pero suficiente para hacerlo competir en la categoría T37 paralímpica.

En 2016 quedó impactado por cómo una conciudadana, Yanina Martínez, lograba en los 100 metros de Río de Janeiro la primera medalla en los Juegos en 20 años para la Argentina. Muy pronto el potencial de Brian fue descubierto por Martín Arroyo, el entrenador de la velocista, que encauzó en una sola disciplina esa afición por muchas que tenía el muchacho de 18 años. “Me gusta hacer deporte. Probé muchos antes de descubrir el paraatletismo”, cuenta hoy quien pasó por el básquetbol, el tenis, el vóleibol, el parkour, el skateboard y el BMX, además de haber jugado pool de forma profesional.

El ojo clínico de Arroyo quedó expuesto en los Juegos Parapanamericanos de Lima: Impellizzeri se coronó en salto en largo (T37/T38), resultó subcampeón en los 100 metros (T37) y se colgó la medalla de bronce en los 200 (T37). Estupendos logros como para ir por más en el Mundial de Dubái, poco después, también en 2019. No pudo: a alguien de la dirigencia se le pasó por alto registrarlo y tal vez la Argentina se perdió algunos podios en Emiratos. En fin. Como para que las personas que tienen discapacidades no se sientan marginadas...

Pero la filosofía de vida de Brian es la “autosuperación”. Y por eso siguió concurriendo al club Río Negro, de Rosario, y entrenándose en el estadio municipal Jorge Newbery, también de su ciudad. Y por eso estudia educación física, mientras reparte el tiempo entre su carrera deportiva (tiene por favorito al saltador griego en largo Miltiadis Tentoglou) y su novia, Micaela Costante.

El festejo

Fue a Tokio para competir en las mismas tres especialidades en que consiguió podios en Lima. No le fue bien en 100 metros: con 12,56 segundos quedó sexto y último en su serie clasificatoria, aunque con su mejor marca de la temporada. Como se dijo, se proclamó subcampeón en salto en largo. Y le queda por delante la prueba de 200 metros, su última chance de satisfacer en éstos, sus primeros Juegos Paralímpicos, su ambición: ganar una medalla dorada. Este jueves, a las 20.19 de Rosario, protagonizará la serie 2 del par de hectómetros.

La Argentina cosechó hasta ahora dos preseas de bronce, vía Antonella Ruiz Díaz en lanzamiento de bala (F41) y Yanina Martínez en los 200 metros (T36), y dos plateadas, ésta y la de Fernando “Pipo” Carlomagno en los 100 metros espalda de natación. Le falta llenar el casillero del metal más preciado. Brian Impellizzeri es un candidato de consideración. Y si no se diere, tal vez lo sea en otros Juegos Paralímpicos. Seguramente ya nadie se olvidará de tenerlo en cuenta.