A Juan Carlos Rivero se le va de las manos en TVE con Álvaro Morata

Si algo se le achaca cada retransmisión de España a Juan Carlos Rivero es su parsimonia a la hora de narrar los partidos, pero en el gol de Álvaro Morata ha pecado precisamente de todo lo contrario: le ha elevado al olimpo de los goles más importantes de las fases clasificatorias de la historia de la selección.

Las quejas en las redes venían siendo las habituales en cuanto a la narración del comentarista de TVE durante el choque entre los nuestros y Suecia. Ya vienen siendo casi rutina, como les pasa a otros comentaristas del gremio como a Carlos Martínez, en su caso por su supuesta falta de objetividad con Real Madrid y Barcelona, según sea el escudo de la camiseta del hater.

Con Rivero se apela al aburrimiento.

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Sin embargo, el gol de Morata daba la tranquilidad a España de no sufrir con los arreones a la desesperada de los suecos, buscando el poderío físico de Zlatan Ibrahimovic, y a Rivero se lo comió la euforia como nunca antes, cantando el tanto desgañitándose, poco habitual en él. En medio del momento apoteósico las palabras se le fueron de las manos, dotándolas de una épica a la cual el gol de Morata ni se aproxima: "Pasó a la historia Hierro, pasó a la historia Juan Señor y pasará a la historia Morata por meter a España en un Mundial otra vez desde el año 78".

Muy grandes les quedan esos goles. Esos goles sí que fueron épicos.

El gol de Fernando Hierro frente a Dinamarca tuvo otro sabor muy diferente, pues existía la obligación de ganar, y en esos tiempos, rumbo al Mundial de EE. UU. de 1994, el combinado de los hermanos Laudrup era una de los más temidos de Europa, también con Peter Schmeichel en la portería. La única similitud es que fue también en Sevilla, en el Sánchez-Pizjuán

Tampoco se acerca en cuanto a significado el gol de Morata al de Señor, el del 12-1 a Malta, determinante para clasificar al Mundial.

Por el contrario, España no tenía la obligación de imponerse a Suecia para estar la cita mundial de Catar, con el empate estaba ya dentro. El gol de Morata ha sido importante para hacernos respirar, pero de ahí a darle tanta épica, endiosando al delantero, poniéndole a la altura de momentos que ponen la piel de gallina, es pasarse y mucho.

Está bien despegarse de la fama de lo que en Argentina llaman 'pacho frío', pero ni tanto ni tan calvo.