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Alcalá, azote de streamers

Juan Antonio Alcalá
Juan Antonio Alcalá, periodista de Cope.

El periodismo tradicional puede estar tranquilo. Frente a la amenaza de las plataformas y los streamers, entre otras nuevas formas de ocio, emerge desde hace algún tiempo la figura de Juan Antonio Alcalá, periodista deportivo de Cope, dispuesto a partirse la cara por defender ante un batallón de advenedizos el honor de la onda media, la linotipia y las 625 líneas.

Cada vez que un streamer entrevista a un deportista de renombre, Alcalá aparece en escena como si alguien hubiera proyectado su silueta en los rascacielos de Gotham City. Él, gran amante de la cultura estadounidense, bien podría ser nuestro Homelander. O, sin necesidad de irnos tan lejos, un moderno Don Quijote. Igual que las novelas de caballerías enloquecieron a Alonso Quijano, la lectura de prensa diaria —“Cada mañana compro cuatro diarios en papel, me gusta mancharme las manos de tinta”— parece haber empujado a nuestro hombre a batallar contra molinos de viento. Hasta ahora, con escaso éxito.

La semana pasada, Alcalá fue invitado al World Football Summit, donde pudo debatir con DjMaRiiO; o sea, con Satanás en persona. Tanto en su intervención en el congreso como en su posterior aparición en el Twitch de ‘Tiempo de juego’, Alcalá se empeñó en referirse a los usuarios de esta plataforma como chavalines menores de edad —uso varias veces la horquilla de 15 a 18 años— a los que acusaba de “vivir dentro de una pantalla”. Como se ve, lo de estudiar a tu rival para poder derrotarlo no entra en sus planes. Alcalá habla frecuentemente sobre podcasters, streamers, youtubers —y sobre casi cualquier criatura acabada en ‘er’— pero siempre dejando claro que no los conoce —a ElXokas le cambió el nombre por “El Cocas”— y que jamás se ha rebajado a escucharles durante un solo minuto. Resulta sorprendente que alguien que no participa en estos formatos, ni como emisor ni como receptor, se atreva a pronunciarse sobre ellos de forma tan repetida y, sobre todo, rotunda.

El ataque, una vez más, se le volvió en contra. Para demonizar a todos los streamers que en el mundo son, mostró un clip sacado de contexto —justo lo que se quejaba que habían hecho con él— en el que ElXokas animaba a sus seguidores a seguir una dieta diaria a base de donuts. Era puro sarcasmo, así que cuando ElXokas le preguntó cómo demonios no lo había pillado, Alcalá aprovechó de nuevo para marcar distancias: «Si yo hubiera visto dos streams tuyos, ese audio que me mandaron habría dicho que es irónico». Una buena forma de defender el periodismo tradicional sería, por ejemplo, molestarse en contrastar informaciones. Es decir, no dar por bueno lo primero que te cuenten.

Junto al habitual ejercicio nostálgico, Alcalá citó un par de ejemplos de que su emisora sigue en forma, como las recientes entrevistas con Rafa Nadal o Álvaro Morata. Los oyentes lo agradecemos, pero si en algún sitio deberían marcar diferencias los periodistas es ejerciendo el periodismo, no luciendo protagonistas. Porque ahí, seguramente, no van a pasar del empate con Ibai o DjMaRiiO, mal que le pese a Alcalá. Menos mal que no lo ve.