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Josep Pedrerol vacía el cartucho con silenciador en ‘El Chiringuito’ contra Luis Enrique

Josep Pedrerol vacía el cargador contra Luis Enrique, pero con silenciador. (Fuente: Twitter/@elchiringuitotv)
Josep Pedrerol vacía el cargador contra Luis Enrique, pero con silenciador. (Fuente: Twitter/@elchiringuitotv)

La imagen que ha dado España en la final de la Liga de Naciones ha sido muy buena, anulando a Francia, vigente campeona del mundo, durante casi todo el encuentro. Pero esto no ha sido suficiente para Josep Pedrerol, que ha aprovechado como nunca para atacar a Luis Enrique en 'El Chiringuito de Jugones', eso sí, como el que no quiere la cosa.

Empezaba el programa con un editorial plasmando el sentimiento general de los españoles ante la jugada del gol de Kylian Mbappé, en clara posición adelantada, por muchas interpretaciones que se hagan de las intenciones de Éric García de jugar o no el balón. Mbappé condiciona el movimiento del central y por eso Pedrerol lanzaba un "nos han tangado".

Comenzaba con el silenciador puesto.

Poco tiempo le duraría, pues seguidamente reprochaba la poca profundidad en el juego del equipo de Luis Enrique, apoyándose en el juego del mejor Barcelona que se ha visto: "Cuando dicen que es el juego del Barça, el Barça de la época buena. No, el Barça de la época buena tocaba y llegaba, tocaba y llegaba, y marcaba. A esta selección le ha faltado algo de punch, le ha faltado llegada. Daba la sensación de que España jugaba con quinta velocidad y que Francia lo hacía con la tercera, y que ellos sabían que llegando tres veces, marcarían un gol. Bueno, han llegado cuatro y han marcado dos".

Otra vez, silenciador puesto.

Pese a todo el reproche, Pedrerol mantenía que el balance "es positivo", añadiendo un "para qué nos vamos a engañar".

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Con la intervención ya de los tertuliano mediante, Pedrerol no dejaría pasar ocasión durante todo el programa de recrearse en la falta de profundidad. Aunque, sin ninguna duda, el ejercicio que mejor representaría ese disparar poniendo y retirando el silenciador, tratando de no desgastar ese papel de lobo con piel de cordero, llegaría a punto de cerrarse la tertulia sobre la Roja.

Lo del sentimiento general por el gol que concedió el VAR se acabaría, para pasar a temas más personales.

Pedrerol abrazaría el discurso de la España de todos (silenciador puesto), tratando de encontrar una justificación para lo que estaría por venir contra Luis Enrique: "La selección es el equipo de todos. Tenemos derecho a criticar lo que no nos gusta. Hay jugadores que ponen y que parece que nos les toca. En fin, me parece que no es tan grave dudar de Luis Enrique".

Sayonara al silenciador: "Estamos confundiendo el apoyar a la selección con ser palmeros, y hay gente que se dedica a dar palmas toda la vida, como periodistas, como público... Me da igual a mí. Hay palmeros y hay gente que hacemos lo que nos da la gana".

Bueno, lo de que dan igual los palmeros del público igual un par de pinzas sí que lleva, especialmente cuando desde 'El Chiringuito' se puso el grito en el cielo en plena Eurocopa porque los jugadores, concentrados ya, saliendo del hotel hacia el partido, no saludaban a los aficionados que estaban fuera esperando en un tramo de apenas 10 ó 15 metros hasta el autobús.

Y aún restaría munición: "A mí Luis Enrique... No significa no ir con España. Yo quería que ganase España, otra cosa es que me identifique con esta selección más o menos".

Otro pequeño de inciso con silenciador: "A mí Francia me da absolutamente igual que gane, me da igual... Yo quiero que gane España".

Licencia para desbocarse y ya ni freno ni silenciador: "Lo que pasa es que también parecía un "si ganamos, ganamos nosotros, que somos Luis Enrique y los 20 que estamos aquí contra aquellos que siempre nos ponen a parir". Yo creo que ellos también montan su grupito, intentan blindar al vestuario, un "aquí ganamos nosotros y otros están deseando que perdamos". Se ha establecido lo de la crítica, si no eres un palmero, eres un crítico que va contra España. Aquí no. Podemos ir con España porque nos sentimos españoles además, pero la selección, si se convierte en el cortijo de unos pocos, hace que nos desenganchemos".

Seguía Pedrerol con el mismo discurso, intercambiando indistintamente el ruido del arma, hasta mencionar explícitamente al seleccionador: "La selección es "Luis Enrique gana y los que me criticáis no sois de los nuestros, no tenéis ni idea, no sé qué...". Es una guerra que se establece y de verdad que es muy antiguo. La guerra contra la prensa ya me la conozco".

Ahí, llegaría al momento deseado de todo lo expuesto, más centrado en el desempeño del asturiano: "Y además con jugadores que tampoco vana protestar, que no son estrellas en sus equipos, son jugadores agradecidos jugando cinco minutos. A Luis Enrique le ha gustado siempre ese punto de control de vestuario y es un vestuario más fácil de controlar que el que Deschamps tiene con la selección francesa [...] Luis Enrique tiene un equipo fácil, que trabaja mucho y corre mucho, y además sabe a qué juega".

Escuchando a Pedrerol cualquiera podría quedar la duda de que la España de Luis Enrique es una selección repleta de futbolistas de segunda división, que lucha por hacer una machada y ganar a una grande para tener esa victoria como si fuera un trofeo. Por poner en perspectiva el asunto: España en apenas cinco meses ha llegado a una semifinales de Eurocopa, perdidas en la tanda de penaltis contra Italia, que saldría campeón, y acaba de llegar a la final de la Liga de Naciones, en la que únicamente juegan las mejores selecciones del mundo. El desprestigio desvirtúa un pelín la realidad.

El problema es que cualquier arma, aunque invisible, tiene retroceso, y hay heridas del pasado que jamás cicatrizan.