Yahoo Noticias José Altuve, el pequeño gran gigante de la MLB
Los deportistas latinos se caracterizan para ir a contracorriente. No importa que tan pequeño o grande sea el obstáculo, hallarán la forma de librarlo; tal como hizo el bateador José Altuve, quien soñó con ser estrella de la Major League Baseball (MLB) pero que tuvo que lidiar con el estigma hacia su estatura.
Hoy en día Astroboy es considerado uno de los jugadores insignias de Houston, pues fue pieza clave en la hazaña más grande de la institución hasta ahora: ganar el primer título de Serie Mundial, lo hicieron en 2017 tras vencer a Los Angeles Dodgers.
Ha estado durante 12 campañas en el equipo texano y ha sido elegido para jugar 8 veces el All Star Game; fue el MVP de la Liga Americana en 2017; ha sido el Jugador del Año según la Asociación de Jugadores de la MLB en 2016 y 2017; obtuvo un Guante de Oro en 2015: ha sido 3 veces Líder de bateo de la Liga Americana en 2014, 2016, y 2017; en 2017 Sports Illustrated lo nombró el deportista del año; y es el segundo jugador de la historia con más cuadrangulares en postemporada, solo por detrás de los 29 de Manny Ramírez.
Altuve nació en Venezuela en 1990 pero quería destacar como un beisbolista en la mejor liga del mundo y representar a su nación como lo hicieron Miguel Cabrera, Luis Aparicio y Omar Vizquel; pero para lograrlo tenía que romper los prejuicios que se tenían de él por su estatura. El pelotero de los Astros de Houston mide 1.68 metros (5.6 pies) y es considerado el más pequeño de la liga en la actualidad.
La filosofía de las familias venezolanas, según el politólogo venezolano Gustavo Coronel, es la de formar buenos ciudadanos antes de buenos deportistas; este mantra es lo es lo que define a José, dicho por su propio hermano, Carlos Altuve.
Él se encarga de aconsejar a los jóvenes venezolanos que desean incursionar en el béisbol. El trabajo fuerte es una de las claves, ya que este fue lo que lo ayudó a despejar aquellas dudas con respecto a su tamaño y la posibilidad de trascender. Y con ello ha sembrado elogios, en su tierra lo ven como un verdadero ídolo y una fuente de inspiración.
Desde sus primeros años en el diamante tuvo que lidiar con la falta de confianza por su tamaño. Cómo alguien de estatura tan pequeña iba a destacar en el deporte, era lo que no se cansaba de escuchar, los scouts no lo veían como un verdadero prospecto. No era parte del promedio por su tamaño, pero tampoco por sus habilidades, estas parecían de otras ligas.
Corría el 2006 y la MLB arribó a su país. Los Astros organizaron unas pruebas en Maracay; era el momento de exhibir sus habilidades como bateador y segunda base o shortstop. Sin embargo, se lo negaron; los visores no creían en su edad (pensaban que era más joven), y no tenían certeza de que pudiera desempeñarse en alguna posición infield (del primer cuadro del terreno de juego) por su tamaño.
Alfredo Pedrique, entonces responsable de las visorias de Houston Astros en Latinoamérica era quien tenía más fe en José Altuve, tanto que mintió sobre la estatura para que le dieran la oportunidad de mostrar sus habilidades.
“Pero superó todas nuestras expectativas. Más que su bateo y velocidad, lo que más me gustó de él fue su inteligencia y corazón, y su empuje y fe absoluta en sí mismo”, aseguró Pedrique en su informe de exploración.
Houston lo firmó y tras un año brillante en la liga de Venezuela arribó a Estados Unidos en 2008. No obtuvo su pase al equipo principal inmediatamente, tuvo que atravesar el proceso de ligas inferiores en las que evidenció su poder para batear, sus números eran alentadores 389/.426/.591, con 22 dobles, 10 jonrones, 59 empujadas y 59 anotadas.
Para el 2011 Astroboy ya estaba contemplado como un elemento del equipo principal de Houston, disputó un total de 57 juegos, pero no por ello olvidaba sus orígenes y lo que le faltaba por hacer en su natal Venezuela.
José Altuve, ya como miembro de los Astros también disputó tres temporadas de La Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), lo hizo como parte de Navegantes del Magallanes.
Las raíces son importantes para Altuve, por lo que no pudo dejar pasar una oportunidad de jugar con el equipo de sus amores aun cuando ya estaba considerado para la MLB. “No sé si sabían pero yo soy magallanero desde niño. Jugar un Caracas-Magallanes es como graduarte de la universidad”, dijo en entrevista para la página de la LVBP.
El pelotero ha expuesto la forma en que disfruta del tiempo en compañía sus familiares y amistades, además del apoyo que tiene por sus compatriotas en el mundo del deporte: salió de Venezuela pero esta no salió de él.
Del mismo modo, ha hecho público su deseo por representar a Venezuela en el Clásico Mundial de Béisbol a disputarse en marzo de 2023.
“Voy a estar ahí para lo que sea que necesiten de mí, sea estar en la banca o en segunda base. Para mí fue tremenda experiencia vestir la camisa de Venezuela (2017), y pienso que será todavía mejor ahora”, apuntó Altuve para MLB ante las dudas que existían.
Es así como Altuve demuestra que, pese a ser una insignia del deporte estadounidense, el amor por las raíces perdura y motiva a crecer. Las “desventajas” que pueden manifestarse por ser latino (como una estatura debajo del promedio) no son nada cuando se sueña a ser grande y se trabaja por ello.
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