Mr. Wonderful en el parquet

Joan Peñarroya, entrevistado por José Ajero en Movistar+.
Joan Peñarroya, entrevistado por José Ajero en Movistar+.

A veces la entrevista postpartido me parece un subgénero que tiene sus dificultades. El periodista sólo dispone de tres, cuatro o cinco preguntas para sacar punta a lo que hemos visto: las claves, las acciones polémicas, los jugadores destacados… Y hay que prestar atención porque a veces el protagonista se anticipa a lo que le van a preguntar o toma un camino que hace alterar el guión por completo.

A veces la entrevista postpartido me parece un subgénero sin la menor dificultad. El periodista apenas tiene que formular tres, cuatro o cinco preguntas, casi siempre estándar. No es momento para lucimientos. Siempre se cita a un periodista gallego que inició una rueda de prensa del entrenador del Deportivo con un sencillo: “Arsenio… ¿qué?”. Qué, por qué y pocas cosas más. Si acaso, escuchar para no preguntar por aquello que ya te han dicho, cosa muy habitual.

Y luego también hay entrevistas postpartido de autor. Innecesariamente, claro. En las retransmisiones de la Liga Endesa tenemos doble ración, porque también hay declaraciones al descanso. Es una buena noticia para José Ajero, que puede así extender su protagonismo durante todo el partido. En estos playoffs, el periodista de Movistar+ está protagonizando algunos momentos incómodos. No sé si para los profesionales que le atienden, pero al menos para algunos espectadores, entre los que me cuento.

Ajero es el ‘bro’ de todo aquel que pisa el parquet, algo que chirría especialmente cuando charla con entrenadores. Con un colegueo fuera de lugar, se viste de Mr. Wonderful para repartir palmaditas (físicas) y buenos deseos entre los técnicos, desde los más serios como Sarunas Jasikevicius o alguno más receptivo, como Joan Peñarroya. El entrenador del Valencia Basket, al menos, le sonreía antes del partido decisivo de la serie contra Baskonia. Otra cosa fue al final. En lugar de hacer una pregunta directa o de optar por el “Joan… ¿qué?”, Ajero prefirió extraer él mismo las conclusiones y servirle en bandeja una excusa para la decepción:

“Habéis empezado la temporada faltando jugadores y habéis muerto con la cabeza alta con lo de [la lesión de] Martin [Hermannsson]. Felicidades. Lleváis jugando finales desde el primer día”.

Felicitar al entrenador de un equipo que acaba de quedar eliminado tras perder en casa por 17 puntos y anotar cinco en el último cuarto es, al menos, original. Peñarroya, realista, no recogió el guante, pero Ajero se empeñó en prolongar el consuelo:

“Evidentemente, te hubiera gustado con victoria pero… ¿no pones en perspectiva un poco —lo pondrás más adelante— lo jodida que ha sido la temporada?”

Peñarroya tampoco se agarró a ese salvavidas, pero Ajero estuvo metido en su papel hasta el final: “Felicidades, Joan”. Y la palmadita de turno.