José Mourinho recibió autorización para hacerse cargo del partido de la Serie A en el que tendrá a Roma recibiendo en el estadio Olímpico a Juventus el próximo domingo, después de que se suspendió su prohibición de dos partidos presente en el banquillo.

El entrenador de 60 años fue expulsado por tercera vez esta temporada, consecuencia de haber visto la tarjera roja en el minuto 2’ del segundo tiempo en la derrota de los I Giallorossi por 2-1 ante Cremonese el martes pasado.

Mourinho chocó con el cuarto árbitro Marco Serra y fue enviado a la grada, antes de continuar argumentando su caso al entrar al vestuario de oficiales después del partido. Por la situación que sucedió, fue sancionado con dos partidos de suspensión y una multa de 10.000 euros el pasado miércoles, por lo que se habría perdido los partidos contra la Juve y el Sassuolo, pero el elenco romano apeló la decisión.

El comité de apelaciones de la Federación Italiana de Fútbol anunció este sábado que el castigo ha sido suspendido antes de una nueva audiencia que tendrá lugar el próximo viernes. Mourinho defendió sus acciones que lo llevaron a ser expulsado por un altercado con el cuarto árbitro y manifestó: “Estoy emocionado, pero no loco. Por primera vez en mi carrera un árbitro me habla de una manera injustificable”.

“Tener la reacción que tuve es porque algo sucedió. Necesito saber ahora si puedo hacer algo desde el punto de vista disciplinario”, afirmó el DT, que prepara a la Roma que marcha quinta en la Serie A antes de la visita de la Juventus, que está nueve puntos abajo, en la séptima posición tras sufrir una deducción de 15 puntos en enero.

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