Johan Vásquez tocó puertas hasta que la correcta se le abrió

Édgar Luna Cruz

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 9 (EL UNIVERSAL).- La realidad es que Johan Vásquez no sabía dónde quedaba Génova.

¿Y quién quisiera saberlo?

El joven nacido en Navojoa, Sinaloa, sólo quería jugar a la pelota.

El joven Johan, quien era bastante "grandecito", a pesar de su corta edad, buscó que el futbol fuera algo más que jugar con sus amigos en la calle, en los campos terrosos de Navojoa.

Por eso se fue a Pachuca para jugar y regresó por nostalgia. Por eso se fue a Pumas a probar y en el club universitario no lo aceptaron. Por eso buscó oportunidad en los Cimarrones de la Liga de Expansión, sólo ahí encontró lugar y pudo lograr que un equipo como Monterrey le hiciera caso. Ahí comenzó su verdadera aventura.

Poco a poco en los Rayados comenzó a mostrarse, a jugar, a dar de qué hablar, pero algo pasaba que la confianza no era absoluta, así que los Pumas, quién lo diría, el equipo que alguna vez le dijo no, le abrió las puertas y en menos de un año, dio el brinco a Europa: a Génova.

Génova es una ciudad que queda a 9 mil 881 kilómetros de Navojoa, lejos de los amigos, del beisbol, porque también le gusta jugar al Rey de los deportes y a los gallos, que son su pasión secreta.

Del Génova, que descendió a la segunda división, se fue al Cremonese, que apenas había ascendido, donde lamentablemente ha dejado de jugar, pocas veces es utilizado, apenas suma minutos. Pero eso no es impedimento para el joven Johan Felipe Vásquez Ibarra. Alguna vez se fue a Pachuca, otra vez fue a tocar puertas en Pumas, hasta que alguien se las abrió.

Todo por seguir pegado al futbol.