Joey Porter Jr. y la tarea de continuar el legado de su padre en los Steelers

Joey Porter, Jr. (9) junto a su familia (Foto de: Randy Litzinger/Icon Sportswire via Getty Images)
Joey Porter, Jr. (9) junto a su familia (Foto de: Randy Litzinger/Icon Sportswire via Getty Images)

Los Pittsburgh Steelers quieren mantener vigente uno de los máximos legados dentro de su franquicia. En el reciente Draft de la NFL, el equipo de los Acereros tuvo la oportunidad de ser uno de los primeros en seleccionar en la segunda ronda. Su primer pick fue el tackle ofensivo Broderick Jones, la posición que debían reforzar con urgencia para tener a quien pudiera cubrir al joven mariscal Kenny Pickett, pero en la siguiente ronda no tardaron en jugar con la nostalgia.

El pick 32 global fue para los Steelers que no dudaron en sumar a sus filas al cornerback Joey Porter Jr., hijo de la leyenda acerera Joey Porter. La selección se podría decir que era obvia a todas luces, ambas partes salían ganando. Por el lado del equipo, el perímetro también era una de las zonas a reforzar en esta temporada baja. En realidad, el equipo defensivo de Pittsburgh tenía que ser reformulado. Por el lado de los Porter, su propio legado familiar puede seguir escribiéndose en la historia de la NFL con los “Black and Yellow”.

Joey Porter padre se convirtió en toda una institución dentro de la organización. Su llegada al equipo al equipo de la ciudad de acero fue en 1999, Joey fue seleccionado en la tercera ronda del Draft de ese año. El linebacker de la Universidad Estatal de Colorado estaba listo para entrar a las grandes ligas. Aunque fue una sorpresa que tuviera que esperar tantas selecciones para poder ser elegido por uno de los equipos, los Steelers encontraron en él a uno de sus máximos referentes en los últimos años.

Por cuestiones del destino, de la casualidad o presagio, Porter fue el primero en utilizar el número 95 en el jersey, mismo que nadie había ocupado desde la retirada de otro legendario jugador: Greg Lloyd. Durante su primera campaña, Porter se convirtió en el líder tackleador del equipo y su participación se extendió también con los equipos especiales. Poco a poco, su jerarquía y nivel de juego se fue acrecentando año con año. Ahora con el número 55 en su dorsal, pues él quería escribir su propia historia en la franquicia.

Entre el 2002 y el 2005, fue seleccionado tres veces al Pro Bowl de la NFL, además de ser considerado como primer equipo All-Pro en una ocasión. Era común que sus marcas en cada encuentro fueran de más de una tacleada, balones sueltos, capturas e intercepciones. Era como un día más en la oficina. Cuando se marchó de los Steelers se llevó 468 tacleos, 59.5 capturas, 17 balones sueltos forzados y 10 intercepciones.

Para el Super Bowl XL, en 2005, los Steelers llegaron con la ilusión de meterse entre los máximos ganadores de la liga. El equipo ya tenía en los controles a un novato Ben Roethlisberger y al profundo Troy Polamalu. Los acereros se enfrentaron y se impusieron a los Seattle Seahawks con un marcador de 10-21. Durante la celebración del campeonato, la historia de Joey Porter Jr. en la NFL dio comienzo. Su padre, que al fin había conseguido su primer campeonato y en los festejos lo cargó en sus brazos, junto con su hermano menor Jacob Porter.

Pasaron 17 años desde ese momento para que de nueva cuenta el hijo mayor de los Porter tuviera los reflectores de la liga encima. Porter Jr. estaba siendo considerado como uno de los primeros prospectos de su posición que podrían salir seleccionados. Su paso por la NCAA lo dejó calificado como uno de los mejores en su posición. Cuenta con un deslumbrante fondo físico, buena estatura y brazos largos que le ayudaron a desviar muchos balones durante su carrera universitaria.

Sin embargo, el desaire de la primera ronda fue notorio. La familia Porter viajó hasta la sede del Draft con la ilusión de ver a su hijo entre los primeros elegidos, aunque la noche pasó de largo y la desilusión se hizo presente en el joven jugador. A pesar de ello, Porter padre, ya consolidado como parte del Equipo de la Década 2000, parte del Equipo de Todos los Tiempos de los Steelers y Salón de la Fama de la NFL, dedicó un discurso a su hijo en el que le señaló que ese momento solo le podía servir como motivación. A pesar de que volvieron a Pittsburgh con la desilusión, al día siguiente recibieron la inesperada llamada del equipo.

El apellido de la familia continuará resonando en el equipo, el menor de los Porter tendrá la presión de llenar los enormes zapatos que dejó su papá en el equipo. Sin embargo, la segunda parte de la historia está por comenzar y como libreto de Hollywood, el aprendiz también puede superar al maestro.

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