Joan Patsy: quién es el “cazatalentos” que descubrió a Julián Alvarez, que vive en la Argentina y es la mano derecha de Guardiola

La imagen de Julián Álvarez y Pep Guardiola que se volvió viral... y que sigue teniendo vigencia
La imagen de Julián Álvarez y Pep Guardiola que se volvió viral... y que sigue teniendo vigencia - Créditos: @Twitter

La admiración tiene un prólogo en el tiempo: un año y medio atrás. Un llamado, entusiasta, tomó por sorpresa a Pep Guardiola. “Tenemos un jugador muy especial. Hay que ficharlo cuanto antes”, le dijo su mano derecha, un amigo de toda la vida, desde la Zona Norte de Buenos Aires. Algo más que un “caza talentos”, como el papel de Adam Sandler en la película Garra, en el mágico universo de la NBA.

Esta historia es parecida, pero diferente. El hombre, un anónimo extraordinario, catalán más allá del origen, entrañable amigo de Johan Cruyff, fue periodista, es empresario, vive por Nordelta. Con el antiguo espíritu de Barcelona –un poco extraviado en el tiempo- representa el proyecto de Manchester City. Los ojos del gigante celeste en la Argentina. Ve, escucha, pregunta, opina. Y le manda mensajes a Pep, urgentes, si se trata de un diamante en bruto.

Se llama Joan Patsy, tiene 64 años. Algo así como los ojos de Guardiola en nuestra tierra. Vino hace 10 años. “La idea era quedarme un año y medio y...”, reveló, meses atrás.

Tal vez, Pep es el entrenador más admirado del planeta. Acaso, Julián Alvarez es el mejor proyecto del fútbol argentino de la última década. De pronto, Manchester City los reúne entre goles y elogios que parecen desmedidos, a la distancia. El miércoles pasado el atacante, de 22 años, estelar desde las sombras a cambio de 22 millones de euros, marcó sus primeros goles en la Premier League, en la goleada 6 a 0 en el Etihad Stadium. Fue ante Nottingham Forest, por la quinta fecha. El conjunto dirigido por Josep Guardiola fue un festín.

El DT lo adora: solo llevan un puñado de semanas juntos. “Me pone contento que un entrenador de la dimensión de Pep, con todo lo que ha logrado y de los mejores del mundo, diga esas cosas sobre mí. Es un orgullo. Pero siempre trabajé de la misma forma y lo seguiré haciendo. Para ayudar, para seguir creciendo y aprendiendo muchas cosas”, advierte la Araña, que devuelve este tipo de gentilezas: “Me pone muy, muy contento. Lo vemos cada día con nuestros ojos. Ser trabajador y un chico amable siempre se termina imponiendo. Puedo decir que no hay ni una persona en el vestuario que no esté feliz por él, sus goles y su esfuerzo”, resumió. Y abundó: “Julián se lo merece todo. La ética del trabajo siempre da sus frutos... Se destaca Erling, pero desde el primer día hemos visto a Julián en el vestuario y entrenando y tenemos una opinión increíble. Es un chico muy especial”.

Más allá de la impactante victoria, el entrenador revela algunos destalles de la negociación que lleva largos meses. “Nuestro cazatalentos en América del Sur, Joan Patsy, me dijo hace un año y medio que era un jugador muy especial. Ha marcado muchos goles en un equipo como River, que tiene una presión increíble por ganar. Fue entrenado por Marcelo Gallardo y ahora lo estamos disfrutando”.

¿Quién es el hombre que surge espontáneo de boca de Guardiola, cuando el protagonista de la historia era el goleador?

Fue un prestigioso cronista de TV3, el canal más importante de Cataluña. Nació en Sabadell, un municipio de Barcelona, en 1958. Fue, en su tiempo, uno de los hombres de máxima confianza de Johan Cruyff. A través del tiempo, el afecto se relacionó con Pep. No solo es su mano derecha en América del Sur: el afecto y la forma de ver el fútbol y la vida, se le parecen bastante.

Es uno de los directores de City Football Group, una empresa que que administra clubes de fútbol. El grupo deriva su nombre de Manchester City, la institución de fútbol insignia, que actúa como la empresa matriz. También tiene participaciones en clubes de Estados Unidos, Australia, India, Italia, Japón y España, entre otros países.

Joan Patsy, con Pep y los trofeos del City, acompañado por Manel Estiarte, parte del equipo de trabajo
Joan Patsy, con Pep y los trofeos del City, acompañado por Manel Estiarte, parte del equipo de trabajo

Sus idas revolucionarias, en tiempos del genial holandés, no se trataban solo de la pelota sobre el piso y la belleza del espectáculo: había detrás un compromiso global, una marca que con el tiempo Barcelona cultivó en el mundo.

Hace tiempo que dejó de analizar el juego y realizar reportajes en las páginas de El Periódico, fue blanco de acusaciones y desmentidas por su trabajo de intermediario, sobre todo, en una antigua época en Barcelona y hasta mantuvo reuniones con Mauricio Macri, cuando fue presidente de Boca. Que Fernando Gago, que Rodrigo Palacio. Ninguno llegó, al final, al círculo central del Camp Nou.

Es el nexo “argentino” perfecto entre Pep, Txiki Begiristain, director de fútbol de Manchester City y Ferran Soriano, el director general. En un mundo globalizado, su trabajo es indispensable. En marzo de 2018, se reunió con Pep, de paso por Buenos Aires y Marcelo Tinelli y hasta jugaron al golf. Casado con una argentina, Patsy fue el primer eslabón del arribo de Guardiola a la Premier League, en febrero de 2016.

“Soy el director de fútbol del City Football Grup, el encargado de negociar contrataciones de todos los jugadores de los diez equipos que tenemos por todo el mundo. He sido media vida periodista, como empecé muy muy joven, y todos teníamos mucho trabajo, cosa que no pasa ahora. Consideré que a los 40 años sería un buen momento para hacer un cambio de vida. Se dio y lo hice. Me aparto del todo del mundo del periodismo”, contó, a corazón abierto, en una reciente entrevista en RAC1, una radio de Barcelona.

“Messi será el jugador que más Balones de Oro gane en la historia”, dijo alguna vez Johan Cruyff, que murió el 24 de marzo de 2016. Ese día, Patsy, que era parte de su mundo íntimo, se quedó sin palabras. Inmediatamente enterado de la noticia, llamó a Pep, como años más tarde, conmovido por un tal Julián Alvarez. El catalán atendió el celular. “Después de decirnos el nombre, Joan, Pep... estuvimos dos minutos sin decirnos nada, llorando, un llanto que no se detenía, no había ninguna palabra. Después, nos dijimos que lo que más echaríamos de menos era no poder hablar nunca más con él”.