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James Hunt, el último rockstar de Fórmula 1 que bebía, fumaba y tenía sexo antes de competir

James Hunt fue irreverente, pero al mismo tiempo demostró ser bueno tras el volante. (Foto: S&G/PA Images via Getty Images)
James Hunt fue irreverente, pero al mismo tiempo demostró ser bueno tras el volante. (Foto: S&G/PA Images via Getty Images)

La actualidad de los pilotos es un poco lejana a la que vivió el corredor británico, James Hunt. La evolución de la Fórmula 1 ha sido considerable desde la década de los 70: las normas, los autos y hasta la cultura de los competidores era distinta, a Hunt todavía le dio para ser el último “rockstar de las pistas”.

Con un estilo relajado, sin aparente miedo a lo que pudiera pasar dentro de un monoplaza, y con el deseo de vencer a Niki Lauda, James Hunt se convirtió en un personaje icónico del automovilismo. En un contexto en el que los accidentes estaban a la orden del día, el británico era de esos aventurados que pensaba que “estar más cerca de la muerte era una forma de sentirse más vivo”.

Su apodo como "el corredor Playboy" no nació de la nada, el piloto fue socio honorario al Playboy Club. Aunque hay que señalar que a pesar de todas esas etiquetas a su alrededor, la habilidad que demostró detrás del volante fue innegable.

Si bien su recuerdo no se mantiene por sus triunfos ya que solo ganó el mundial de 1976, otros factores hacen que perdure en la memoria colectiva. Por ejemplo, la rivalidad que desató con el corredor austriaco, o su excéntrica forma de ser estando fuera de su monoplaza McLaren.

Su vida fuera de las pistas hoy en día escandalizaría al mundo entero. (Foto: Allan OlCharlie Ley/Mirrorpix/Getty Images)
Su vida fuera de las pistas hoy en día escandalizaría al mundo entero. (Foto: Allan OlCharlie Ley/Mirrorpix/Getty Images)

Lo que lo volvió un rockstar de las pistas

  • Sexo previo a las carreras

“El sexo es el desayuno de los campeones”, tal frase se podía leer en los trajes que utilizaba y fue uno de los mantras que le dio personalidad a su trayectoria, ciertamente el que hoy un piloto diga eso resultaría sumamente osado. Además, su gusto por el alcohol y las drogas tampoco era un secreto.

Leyendas sobre Hunt existieron muchas, como aquella que afirma que tuvo relaciones sexuales con 5,000 mujeres, pero de eso nada esta confirmado. De lo que sí hay validación es de su alocada aventura previo al Gran Premio de Japón de 1976 en la que se acostó con 35 azafatas de la aerolínea British Airways.

Freddie Hunt, hijo de James, dio una entrevista al medio inglés The Mirror, en la que dio veracidad a esta historia: “Había testigos. Había un nuevo suministro de azafatas. Venían al hotel, hacían escala y luego subían al avión al día siguiente. Había uno diferente cada noche".

James Hunt nunca trató de esconder su irreverente personalidad. (Foto: Syndication/Mirrorpix/Getty Images)
James Hunt nunca trató de esconder su irreverente personalidad. (Foto: Syndication/Mirrorpix/Getty Images)
  • Cigarrillos a media entrevista

La osadía del británico no conocía fronteras, pero eso no implicaba que no pudiera triunfar. Durante el GP de Gran Bretaña en 1976 dio una de las muestras de porqué también es recordado como un gran corredor.

A pesar de los accidentes e inconsistencias, Hunt supo salir victorioso en el circuito de sus país, quedó primero, aunque después le arrebataron los puntos por una nimiedad reglamentaria, él redujo la victoria a unos cigarrillos.

"¿Qué significa? Nueve puntos, 20,000 dólares y mucha felicidad... por cierto no tendrás por ahí un cigarrito ¿verdad?". Dichas palabras sacudirían al mundo del automovilismo y del deporte de ahora, es por ello que se le conoce como “el último rockstar de la F1”.

La rivalidad

Niki Lauda contra James Hunt fue una de las rivalidades más intensas en la historia de la Fórmula 1, alcanzó tal magnitud que se hizo una adaptación en cine. Rush: pasión y gloria es el filme que narra cómo fue la relación entre ambos pilotos y la personalidad de cada uno; Chris Hemsworth hizo el papel de Hunt mientras que Daniel Brühl interpretó a Lauda.

El piloto nacido en Inglaterra corrió en McLaren mientras que el tres veces campeón del mundo lo hizo para Ferrari (durante la rivalidad). Aunque se conocieron desde categorías inferiores, fue en el campeonato de 1976 cuando los enfrentamientos fueron más férreos, incluso la vida de ambos estuvo en riesgo.

Lauda mostraba dominio en aquel año, pero Hunt no cedía a los embates y ambos peleaban los primeros sitios; la presión llegó al máximo y el 1 de agosto del mismo año se suscitó uno de los accidentes más recordados en la historia del automovilismo, cuando el auto de Lauda se incendió.

A pesar de la rivalidad, el respeto entre ambos era mutuo.  (Foto: S&G/PA Images via Getty Images)
A pesar de la rivalidad, el respeto entre ambos era mutuo. (Foto: S&G/PA Images via Getty Images)

A tan solo dos vueltas del GP de Alemania, Niki perdió el control de su vehículo por el asfalto mojado y este comenzó a prenderse en llamas. No murió, pero le quedaron secuelas de por vida: sufrió quemaduras de primer y tercer grado en el rostro, la cabeza y manos, también inhaló los gases del combustible, lo que dañó sus pulmones.

No obstante, la competencia con Hunt fue tan feroz, que solo 40 días después del accidente, y aún sin curarse por completo, volvió a las pistas. Aunque Lauda trató de reponerse de los dos GP que perdió, esa ausencia permitió que el británico acortara las distancias y dejara la definición del campeón hasta el último circuito.

El GP de Japón era la carrera definitoria de una rivalidad histórica. En el circuito de Fuji la lluvia no dejaba de caer y el asfalto era sumamente peligroso, algunos deseaban que no se llevara a cabo, pero entre ellos no estaba James Hunt, necesitaba correr sí o sí y sumar puntos desde la tercera posición y así ganar el título.

Lauda, quien había sufrido un accidente apenas semanas atrás, decidió no competir en Japón en pro de su seguridad. Con ello dejó el camino libre para que el corredor de McLaren, aún arriesgando su vida, lo venciera tras quedar tercero y acumular 69 unidades en la temporada, una más que el austriaco.

Así quedó el rostro de Lauda después del accidente. (Foto: Grand Prix Photo/Getty Images)
Así quedó el rostro de Lauda después del accidente. (Foto: Grand Prix Photo/Getty Images)

Por un lado, el británico era alguien que aparentaba no seguir las reglas y disfrutaba de su etiqueta de “corredor Playboy”; por el otro, Lauda era un personaje sumamente metódico: eran ambos opuestos pero necesarios para la grandeza del otro.

"Tenía una personalidad fantástica. Era divertido. Era un hombre al que nunca podías olvidar, cuando lo conocías. James es una de esas pocas personas de las que digo que aún están vivas, a pesar de que hace muchos años que han muerto. Cuando puedes decir algo así de alguien, es que era formidable. Hay gente que pasa al olvido, pero nunca olvidaré a las personas que han sido especiales en mi vida. James fue una gran parte de eso; todavía está vivo para mí", aseguró Lauda en una entrevista con el periodista Graham Bensinger.

James Hunt y su McLaren-Ford  M23 lograron vencer al Ferrari de Niki Lauda en una historia que todo aficionado de la F1 debe conocer. (Foto: Bernard Cahier/Getty Images)
James Hunt y su McLaren-Ford M23 lograron vencer al Ferrari de Niki Lauda en una historia que todo aficionado de la F1 debe conocer. (Foto: Bernard Cahier/Getty Images)

Hunt era un fiel entusiasta de correr hasta la última de las instancias aún cuando esto suponía peligro, y aunque lo etiquetaron de irresponsable, esa personalidad fue la que le hizo ganar un campeonato del mundo al austriaco. Gran parte de su motivación fue vencer a Lauda, quien ya se perfilaba como uno de los grandes pilotos de F1.

Finalmente la rivalidad no los hizo enemigos, se formó un vínculo especial entre ambos. Cada uno pudo sembrar un aprendizaje del otro, pensar en Hunt es recordar a Lauda y a la inversa.

Después de su título, Hunt no volvió a brillar y se retiró de las pistas en 1979, luego incursionó como comentarista en la BBC y se mantuvo allí hasta su muerte en 1993; a los 45 años sufrió un infarto que le arrebató la vida pero que no quitó el rastro de su huella en el mundo del automovilismo.

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